Hacer el bien hace feliz (3): una sonrisa que forja el futuro
“¡Es tiempo de hacer el bien!”, el lema del año 2025 inspiró a hermanos y hermanas de todo el mundo. En Togo, una asociación demuestra que hacer el bien no es algo que se hace por única vez.
“Un gesto, una sonrisa” (Une geste, un sourire, UGUS). Este no es solo el nombre de una asociación en Togo, sino también su programa. La piedra angular de la asociación la puso un grupo de jóvenes músicos nuevoapostólicos en 2017 con un concierto para recaudar fondos tras una gran inundación en el país. A partir de esta iniciativa, y con la ayuda de muchas manos, se creó una asociación caritativa que también este año ha podido llevar a cabo varios proyectos.
El distrito de la Iglesia Ostwestfalen-Lippe (OWL, Alemania) y los responsables de Togo lograron recaudar donativos bajo el lema anual “Es tiempo de hacer el bien” y, con ello, apoyar a la asociación en África Occidental en sus proyectos.
Empieza el colegio
En el norte y el sur de Togo, 700 alumnos pudieron disfrutar de un paquete para el comienzo del curso escolar. El material escolar también se completó con donaciones. Así, la escuela privada CPL le Guide de Vogan recibió 20 mesas y bancos construidos por un carpintero local.
La escuela fue fundada hace doce años por el ahora Apóstol Ablam Degbe. Actualmente ofrece clases desde preescolar hasta secundaria. Este año se han podido pagar las cuotas escolares de algunos de los niños, entre ellos seis huérfanos.





Creatividad en todas sus facetas
Niños y jóvenes de nueve comunidades demostraron sus habilidades musicales en un concierto celebrado en octubre en Gakpoto, Lomé. Desde hace más de cinco años, la asociación equipa a las comunidades con instrumentos musicales e imparte clases de música a los niños para asegurar el futuro de los directores musicales del mañana. Tras el concierto, se regalaron atriles, flautas dulces, melódicas, un trombón y un clavicordio a algunas comunidades. Las costureras de las comunidades cosieron la ropa para el concierto.
Por su parte, los sastres de Dapaong, en el norte de Togo, recibieron una donación de máquinas de coser. Ahora, los expertos quieren ofrecer cursos de costura a los jóvenes que no disponen de los medios necesarios y ayudarlos a aprender el oficio.



Hacia el verano con música
Veinte jóvenes esperaban con ilusión las vacaciones de verano. Tenían la oportunidad de participar durante todo el mes de agosto de un curso de música en la Iglesia Nueva Apostólica de Dapaong, en el norte de Togo. El programa de enseñanza incluyó: teoría musical, solfeo, aprendizaje de himnos, manejo de instrumentos como el piano, la melódica y la flauta dulce. Sambiani Biankouri explicó: “Aprendí a leer partituras, a entrenar mi voz, a moverme en el escenario y a convivir con mis compañeros”.
Después de la formación musical, los jóvenes deben transmitir sus conocimientos a sus comunidades y fomentar allí la música. Al finalizar el curso, cada participante recibe un certificado como símbolo de su compromiso y de su futura función como capacitador.
Fotos: Petra Kunzmann