
Es el aspecto más actual del lema del año. Y se explica por el viento y el clima. Todo un Servicio Divino basado en una sola palabra.
“El que al viento observa, no sembrará; y el que mira a las nubes, no segará”. Este fue el pasaje bíblico de Eclesiastés 11:4 en torno al cual giró el Servicio Divino del 12 de enero de 2025 en Spreewald (Alemania). “Esto encaja en nuestro programa anual”, dijo el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider: “Hagamos el bien. Y ahora es tiempo de hacerlo”.
Con viento y clima adverso
“El que al viento observa, no sembrará”. El texto bíblico recurre así a la imagen del agricultor. Se abstiene de sembrar en condiciones de viento para que la semilla no sea arrastrada. “La siembra en la Biblia es a menudo una imagen de nuestro modo de vida”. Y “el viento es todo lo que dificulta la siembra”.
En otras palabras: “Si tienes algo que hacer, no esperes a que se den todas las condiciones. Hazlo ahora, de lo contrario nunca lo harás”. Y en el contexto del lema del año, esto significa: “No debemos esperar a que se den todas las condiciones. Es tiempo de hacer el bien ahora”.
El Apóstol Mayor dio dos ejemplos de ello:
- “Esto empieza ocupándote de tu propia salvación. No te distraigas con las dificultades, con tus problemas, con tus preocupaciones. Ocúpate de tu alma, haz la voluntad de Dios ahora, incluso en estas condiciones. Hazla ahora”.
- “Hacer el bien también significa asegurarnos de que nuestros hijos aprendan a amar a Dios y a amar al prójimo. No mires el viento. No esperes a que se den las condiciones favorables. Hazlo ahora. Asegúrate de que el Evangelio está plantado en su corazón”.
Viento en contra y confianza en Dios
“Solo somos responsables de sembrar la semilla y no de que brote”, subrayó el dirigente de la Iglesia. “Dios se encargará de eso. Él decide cuándo y dónde brotará la semilla. Lo bueno nunca es en vano. Dios lo bendecirá. Haz el bien, aunque creas que es completamente inútil”.
Y luego está el viento en contra. “Hoy no siempre sale bien cuando se quiere hacer la voluntad de Dios”. A veces se rechazan las concesiones, el perdón y la tolerancia porque se consideran débiles. Pero “olvídate de este viento en contra. Cuando hacemos el bien, nuestra motivación no es lo que piensan los que nos rodean. Es consecuencia de nuestra actitud interior”.
Cuando se juntan las nubes
“Y el que mira a las nubes, no segará”, continúa el texto bíblico: “La cosecha es una imagen del juicio de Dios”, explicó el Apóstol Mayor. “Para nosotros, esto significa que no se puede calcular el momento del retorno de Cristo. Solo se puede saber una cosa: Él vendrá. Prepárate. ¡Ahora!”.
“La nube oculta al sol. Las nubes son las que nos impiden ver la majestuosidad de Dios”. Así que, “no mires esas nubes que ocultan a Dios, que te hacen olvidar lo grande y todopoderoso que es Dios. Él enviará a su Hijo, independientemente de lo que parezca en la tierra, de lo que parezca en tu comunidad, de lo que parezca en tu vida”.
Nubes y verdad
Y luego están las nubes sin agua. “Crees que va a llover, pero viene el viento y dispersa las nubes y no llueve. Y esta es una imagen en la Biblia para los falsos maestros”, explicó el dirigente de la Iglesia. “No te dejes engañar por estas nubes”.
“El único que dice la verdad, el único que cumple, puede cumplir y cumplirá cada una de sus promesas, es Dios. Dios, el Padre, Dios, el Hijo, Dios, el Espíritu Santo”. Por lo tanto: “Aférrate a la palabra de Dios. Me refiero al Evangelio de Jesucristo, la base, lo esencial, la Confesión de fe. Lo que creemos se cumplirá. Haced el bien ahora. Ya es hora”.



