Un largo proceso de desarrollo, un obstinado “viejo Adán”… El Apóstol Mayor Schneider conoce los desafíos que conlleva vivir según el ejemplo de Jesús. Sin embargo, alienta a tomar esta resolución una y otra vez.
“Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”. El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider eligió las palabras de Marcos 10:45 como base para la prédica en la comunidad de Mulhouse (Francia) el domingo 21 de febrero de 2021.
¿Una petición escandalosa?
Estar sentados junto a Jesús, estar sentados en el reino de Dios directamente a la derecha y a la izquierda del Hijo de Dios. Ese era el deseo de Santiago y Juan. Los otros diez discípulos se indignaron por ello, e incluso Jesús –tras una explicación amistosa– acabó por rechazarlos: “No es mío darlo” (Marcos 10:40). Jesús aprovechó la oportunidad, convocó a los discípulos y los instruyó sobre “mandar y servir”. Servir en este contexto no se refiere a estar subordinado, a una relación jerárquica, aclaró el Apóstol Mayor. Más bien, el término utilizado se refiere a servir en la mesa. “Significa sencillamente contribuir al bienestar de los demás, ocuparse de ellos y ayudarlos”.
Jesucristo da el ejemplo
Jesucristo vino para traer la salvación a los seres humanos, explicó el Apóstol Mayor. Jesucristo se ocupó de las necesidades espirituales de las personas y sigue haciéndolo hoy:
- Jesús conquistó el mal con su sacrificio: “Sirvió contribuyendo a nuestra salvación, haciendo lo que ningún hombre podía hacer”.
- Jesús mostró la verdadera naturaleza de Dios. Sabía que las personas necesitaban conocer a Dios y estar cerca de Él: “Jesús dijo: ‘Les voy a mostrar cómo es Dios realmente: Dios es un Dios de amor, es un Dios de gracia, no está en lo alto, en lo profundo del cielo, está a vuestro lado, los escucha, los oye, los ama, los ayuda’”.
- Jesús hizo el bien sin reciprocidad; durante toda su vida e incluso en la cruz, “lo hizo realmente al extremo: ‘No vine aquí para ser servido’. Estoy aquí para servir, para contribuir a tu bien y para darte lo que necesitas’”.
- Jesús sigue sirviendo hoy: “Cada vez que acudimos a Él, nos ofrece el perdón. Cuando pienso en las veces que el Señor me ha perdonado; ¡es impresionante!”.
- Jesús viene de nuevo. Las personas no llegan al reino de los cielos por su cuenta y qué hace Jesús: “Viene a buscarnos porque no podemos llegar allí por nuestros propios méritos”.
- Jesús trae la salvación a todos los seres humanos. Incluso después de las bodas del Cordero, Jesús servirá: “¡Volverá a la tierra! ¿Para hacer qué? Para traer la salvación a todos los seres humanos, porque sabe que no todos han tenido acceso al Evangelio, no todos lo han aceptado”.
Llamados para servir
La respuesta de Jesús en ese momento fue para Juan y Santiago, que pidieron un lugar especial. Pero también es una respuesta para hoy, porque “cuando nosotros, como cristianos nuevoapostólicos, decimos: ‘Esperamos el retorno del Señor y queremos participar en la Primera Resurrección, queremos entrar en el reino de Dios como primicias antes que los demás’, eso es incomprensible para muchos cristianos”.
Pero no se trata de una carrera, de ganarse un privilegio: “Sí, estamos esperando el retorno del Señor, creemos que vendrá a buscar a su novia, para ser de los primeros en entrar en ese reino, pero ¿por qué? Para volver con Jesús, formar parte del sacerdocio real, ayudar a las personas, contribuir a su salvación en el milenario reino de paz”. Este es el servicio al que están llamados los creyentes, dijo el máximo dirigente de la Iglesia.
Aprender a servir
Para poder servir más adelante “debemos aprender a servir hoy”, dijo el Apóstol Mayor Schneider. Y eso incluye los siguientes aspectos:
- Contribuir para que el prójimo pueda descubrir a Dios; no hacer publicidad con carteles y eslóganes, sino “confesar a Cristo viviendo nuestra fe, viviendo nuestra vida según los mandamientos de Dios, hablando de las bendiciones y de nuestra certeza sobre el futuro”.
- Estar cerca de los que sufren y apoyarlos: El indigente, el forastero, el enfermo… necesitan algo más que apoyo material. El prójimo “necesita ser escuchado, necesita ser respetado, necesita que se le preste atención, necesita poder compartir su dolor, necesita afecto, necesita amor”.
- Estar al lado de los demás: Pero los creyentes también deben servirse unos a otros, para la paz y la edificación mutua. “Si aplicáramos siempre ese filtro a lo que se dice, a lo que se hace en la Iglesia… todo sería celestial”.
- Servir, sin elogiarse a sí mismo: “Jesús dijo: ‘No sepa tu izquierda lo que hace tu derecha’”. Lo crucial, pues, es tener la actitud adecuada: “He venido para servir. No para glorificarme ni para que todos digan: ‘¡Es genial!’. ¡No! Para contribuir a la paz y a la edificación mutua, no para hablar de ello”.
Jesucristo llama al seguimiento. El Apóstol Mayor Schneider da para reflexionar: “El que sirve al Señor no está exento de pasar por tribulaciones, aflicciones y pruebas. Aunque haga mucho bien, seguirá experimentando pruebas, seguirá experimentando tribulaciones”. Pero luego sigue la comunión: “Amados hermanos y hermanas, este es nuestro futuro: estar en el salón de bodas, en la mesa del Señor”.