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Klaus Michael Fruth: apoyó con dinamismo la transformación musical

agosto 22, 2015

Autor: Oliver Rütten

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Hace 55 años que Klaus Michael Fruth compone para la Iglesia Nueva Apostólica. 297 obras musicales lleva creadas hasta ahora este maestro de alemán y maestro de música; son 5,4 composiciones por año. Mañana celebra su 75º cumpleaños.

La música del salmo «Alma mía, en Dios solamente reposa» o frases de «Eternamente estar con el Señor» y «Si dejas tus caminos» son conocidas por los hermanos de todo el mundo. Las composiciones de Klaus Michael Fruth se encuentran desde hace décadas en los himnarios y carpetas de coro en idioma alemán, pero también internacionales y en el libro con cantos para la juventud. Y también en las colecciones de música más nuevas aparece una y otra vez el nombre del compositor nuevoapostólico.

Un cazador de Kurpfalz

En 1952 intentó componer por primera vez; en primer lugar con seis variaciones de piano para el canto popular alemán «Un cazador de Kurpfalz». Algunos años más tarde, en el año 1960, se pone en contacto con la Editorial Bischoff. El hermano Fruth recuerda: «Hermann Ober envió textos a diferentes compositores para que los musicalicen, también a mí. Era entonces un tipo de competencia. A los compositores nuevoapostólicos de aquel tiempo los conocí poco después de un encuentro en la Editorial, por ejemplo a los hermanos Deis, Füssgen, Metzger, Steinberg, Rödiger».

Y todavía sabe explicar con total exactitud la transformación que se esbozaba en la Iglesia en el ámbito de la música. No siempre las grandes orquestas tocaban variaciones y piezas artísticas. «Hoy existe en nuestra Iglesia una gran variedad de posibilidades. En mi infancia, el ancho de banda, en cambio, era muy limitado. En mi entorno prácticamente existía sólo el canto de la comunidad y del coro. El coro cantaba los cantos que el dirigente había recopilado, el organista tocaba los cantos del himnario y a veces acompañaba al coro. Por un lado, en aquel tiempo casi no había un potencial de personas con formación, por otro lado, estaba difundida la forma de ver de que entre nosotros lo que importaba era el alma, el sentimiento, el ánimo, la simpleza y el corazón».

Lo artístico no tenía cabida, en parte se lo desaprobaba. Hermano Fruth: «La inteligencia, la exigencia, lo difícil, incluso el arte, eran asignados al mundo. O sea, que no se quería una música con un estilo individual, que hubiese podido tener reminiscencias del arte. Muchas veces esta asignación aconteció por desconocimiento, malentendidos o comodidad», dice el compositor mirando retrospectivamente.

Desarrollo constante, pero lento

«En 1960, el responsable de la música, el Apóstol de Distrito Walter Schmidt, el futuro Apóstol Mayor, quiso hacer surgir con toda prudencia una nueva música para coros. Se buscaron más compositores, también a mí».

Pero esto no fue tan sencillo. Se habían acostumbrado mucho a lo que había y no siempre se estaba abierto a lo nuevo. «El desarrollo de la música para coros avanzaba en forma excesivamente lenta. Los dirigentes, en su mayor parte, querían seguir como lo venían haciendo: cada uno a su manera». En los años 1970 fue introducida en Alemania la conocida carpeta negra de dos volúmenes y se la completó continuamente. En 1980, la Editorial Bischoff publicó luego los dos volúmenes encuadernados en marrón, llamados «Piezas para órgano» («Orgelvorspiele»). Después el hermano Friedhelm Deis trajo al mercado su «Escuela para órgano». Muchos deben sus conocimientos de órgano a esta obra de enseñanza.

Formación, más calidad, conciertos

Y entonces comenzó una nueva época: «Al mejorar la calidad de la formación musical de nuestros niños y jóvenes, se extendió el ofrecimiento de la Editorial: se agregaron el libro con cantos para la juventud de color rojo, el libro instrumental de color azul, se amplió la producción de discos y los coros de los discos se presentaron por primera vez públicamente. En todos los niveles se crearon ensambles y orquestas, surgieron coros de cámara y coros de proyectos. Hubo cada vez más conciertos, hasta conciertos de órgano, más adelante conciertos a beneficio como ayuda para instituciones sociales».

Desarrollo en muchas áreas

El hermano Fruth supone que para este desarrollo fue decisiva una circunstancia en particular: «Se quería tender puentes hacia cristianos de otras confesiones, se quería presentarse ante el público en general». La música en la Iglesia se volvió más importante y más presente. La Iglesia al mismo tiempo estaba en camino al ecumenismo. Salir del aislamiento elegido por nosotros mismos, fue aquí una palabra clave; en la música también se sentía esta actitud de liberación.

Un hito personal fue para el hermano Fruth un concierto en la Sala Lírica de Stuttgart el 23 de diciembre de 1988: «… en la que también pude tocar obras como solista en el gran órgano para conciertos. El impulso para este concierto provino del Apóstol Werner Kühnle. Muchos primero tuvieron que hacerse la idea de poder ir a un concierto organizado por la Iglesia».

Una nueva cultura musical

Klaus Michael Fruth quiso desde un principio ampliar el ancho de banda de la música. ¿Cómo lo iba a poder lograr? «Introduje en mis cantos innovaciones estilísticas, las cuales entonces no se conocían en mi entorno, en el aspecto técnico de la composición y en la imitación de modelos históricos. Por ejemplo introduje tonalidades menores, imitaciones, el traslado del «cantus firmus» (la voz de la melodía, que habitualmente es la soprano) a otras voces. En mis composiciones para orquesta y órgano me apoyé en modelos históricos como J. N. David, H. Bornefeld o H. Schroeder y preferí un estilo diatónico libre sin rigidez».

Y no transitó solo el camino en dirección a la calidad y las innovaciones: «No deberíamos olvidar a los entusiastas integrantes de los coros, sus dirigentes y los portadores de ministerio que se animaron a introducir innovaciones a las que muchos primero tuvieron que acostumbrarse», dice el hermano Fruth con reconocimiento hacia ellos, siendo así exitoso hace muchos años un continuo desarrollo.

Con 20 años comenzó su colaboración con la Editorial Bischoff. Después de 55 años se hizo realidad la palabra del entonces Apóstol de Distrito Georg Schall, con la cual le había aconsejado al joven Klaus Michael Fruth dedicarse al estudio de la música: «Esto para nuestra Iglesia sólo puede ser una ventaja». Mañana Klaus Michael Fruth celebra en su comunidad local su 75º cumpleaños. Está anunciado el Obispo para oficiar el Servicio Divino. Vendrán organistas amigos y tocarán para él, se alegra el hermano Fruth pocas horas antes de su cumpleaños. Festejará con su esposa Heidemarie y el círculo familiar y de amigos.

Una entrevista extensa con Klaus Michael Fruth fue publicada en la revista «Unsere Familie», edición 16 del 20.08.2015. En ella, el hermano Fruth informa, entre otras cosas, sobre obras musicales que lleva en el corazón, lo que significa para él la composición y cómo pasa su etapa de descanso.

agosto 22, 2015

Autor: Oliver Rütten

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