¿Por qué? No hay respuesta a la pregunta sobre el sufrimiento en el mundo o en nuestra propia vida. ¡Pero hay una actitud que ayuda! Porque hay alguien que quiere ayudar para bien y tiene un gran plan para hacerlo. Reflexiones de un Servicio Divino.
“Cuando estos días volví a leer Lamentaciones, me sentí como si estuviera leyendo el periódico”, informó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider el 22 de octubre de 2023 en Metz. Este libro bíblico recuerda la invasión de Judá por el rey de Babilonia, la destrucción del templo de Salomón y la deportación del pueblo. Y describe muchos escenarios de horror.
“Tuve la impresión de abrir el periódico y leer lo que ocurre hoy en todo el mundo, en Cercano Oriente, en África, en Sudamérica, en Asia”. Esto plantea preguntas: Si Dios ama a los seres humanos, ¿por qué no interviene? ¿Se ha vuelto indiferente a su destino? ¿Quiere castigarlos? ¿También a los inocentes?
Preguntas desde la necesidad
Las preguntas suenan parecidas cuando pensamos en la situación personal de algunas personas: ¿Por qué permite Dios que sufran tanto? ¿Por qué algunas personas deben ser “castigadas” por sus malas decisiones, mientras que a otras que han hecho cosas mucho peores les va bien?
Y luego está el desarrollo de la Iglesia. En algunas partes del mundo, el número de comunidades y de creyentes ha disminuido considerablemente. ¿Han cometido errores los dirigentes anteriores o actuales de la Iglesia? ¿Puede aceptar Cristo que el futuro de su Iglesia esté en peligro por los errores de pocos?
“¡Preguntas sin fin, sin explicación, sin respuesta!”, dice el máximo dirigente de la Iglesia. “Entonces, ¿qué hacemos ahora?”.
Dios no puede evitarlo
Así se siente también el poeta de Lamentaciones: “Da vueltas en círculos, se vuelve loco, dice: ‘Cuanto más pienso, más abatido estoy’. Y en algún momento dice: ‘Ahora debo concentrarme en la naturaleza de Dios’”.
¿Quién es Dios? La respuesta del Apóstol Mayor:
- “Dios es amor, no puede hacer otra cosa que amar, esa es su naturaleza”.
- “Es un Dios de misericordia, es sensible a nuestra aflicción y quiere ayudarnos”.
- “Dios es fiel, es veraz, es digno de confianza. Cuando dice algo, lo hace”.
- “La ayuda de Dios es liberar a todos los seres humanos de todo mal de manera definitiva y radical, llevándolos a la comunión perfecta con Él”.
- “Y Dios es todopoderoso, nadie puede impedirle que ayude a las personas y haga lo que ha prometido”.
Nuevas, una y otra vez
Al final, el poeta de las Lamentaciones llega a la conclusión de que lo único que podemos hacer es creer en la palabra de Dios, invocarlo y esperar pacientemente su ayuda.
El texto bíblico del Servicio Divino lo atestigua: “Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré. Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad” (Lamentaciones 3:21-23).
Y, en efecto, la ayuda del Señor llegaría unas décadas más tarde. Los exiliados pudieron regresar a Jerusalén y el templo fue reconstruido.
Respuesta desde la fe
“¿Y cómo reaccionamos nosotros, amados hermanos y hermanas? Reaccionemos como el poeta que escribió las Lamentaciones”, apela el Apóstol Mayor:
- “Sí, yo creo. Creo que Dios es como me dice el Espíritu Santo. Creo que Dios es como se reveló a través de Jesucristo”.
- “Me entrego a Él. Confío en Él, aunque no entienda en absoluto lo que hace. Confío en Él sin explicaciones”.
- “No sé cuándo llegará su ayuda, pero estoy absolutamente convencido de que su ayuda llegará. La esperanza es esperar con convicción y, mientras tanto, estar activo”.
“Dios puede ayudarnos. Puede solucionar –y lo hará– aquí y allá una serie de situaciones en las que la gente dirá: El amado Dios ha hecho un milagro”, enfatizó el Apóstol Mayor Schneider para concluir: “Pero la mayor ayuda para nosotros, que la estamos esperando, será el retorno del Señor, la resurrección, el arrebatamiento de la novia. La ayuda de Dios llegará. Vendrá en una forma que no podemos imaginar, pero vendrá”.