Color del sitio web:

apostles.today

La bondad de Dios y la ofrenda como respuesta

marzo 2, 2017

Autor: Andreas Rother

Imprimir
Escúchalo

¿Ofrendar porque, de lo contrario, podríamos quedar sin bendición? Un planteamiento totalmente equivocado. Lo explicó el Apóstol Mayor hace poco en un Servicio Divino: sobre la bondad de Dios y las posibilidades de respuesta que tenemos.

«Aquí el salmista nos invita a descubrir la bondad de Dios». Así comenzó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider su prédica el 21 de enero de 2017 en Koumra (Chad). El Servicio Divino estuvo bajo el texto bíblico de Salmos 34:9-10: «Gustad, y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en él. Temed a Jehová, vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen».

La bondad de Dios en siete puntos

«A menudo, cuando oramos, decimos ‘buen Padre celestial'», dijo el Apóstol Mayor. ¿Y en qué consiste la bondad de Dios, del Padre? «Esta es la bondad de Dios resumida en siete puntos:

  • Él envió al buen Pastor para salvarnos: Jesús, quien dio su vida desinteresadamente por todos, sin contraprestación alguna.
  • Él nos da el reino de Dios, aunque seamos pequeños e insignificantes y no nos lo hayamos ganado.
  • Él siempre se ocupa de que nuestras pruebas y tentaciones no sean demasiado pesadas y nos da las fuerzas para poder sobrellevarlas.
  • Incluso cuando no podemos resistir al pecado, Él nos perdona.
  • Dios es bueno; vemos su bondad en la creación. Todo lo que Él hace, es perfecto.
  • En su bondad, Él también se fija en lo que necesitamos en nuestra vida cotidiana.
  • Él trata con bondad hasta a sus enemigos».

La reacción de los creyentes

Y ahora que hemos entendido qué es la bondad de Dios, ¿cómo podemos reaccionar ante ella?», siguió diciendo la máxima autoridad de la Iglesia:

  • «Damos gloria a Dios y confiamos en Él. Quedamos fieles en las tentaciones porque sabemos que Él sólo quiere el bien para nosotros.
  • Damos gloria a Dios y obedecemos a sus mandamientos.
  • Como Dios es bueno y está con nosotros, somos buenos con nuestro prójimo y le perdonamos.
  • Damos gloria a Dios: esto también significa que guardamos los votos que le hemos dado».
  • «Y finalmente, como Dios es tan bueno con nosotros, le damos su parte y traemos nuestra ofrenda».

Agradecimiento, el verdadero motivo

El final de la prédica estuvo dedicado al último punto: «¿Por qué ofrendas?». A esta pregunta a veces se escuchan determinadas respuestas: «por tradición» o «sino tendré dificultades».

«Nuestra ofrenda no es un aporte, una suma que se le da a Dios para que nos deje tranquilos», destacó el Apóstol Mayor. «Damos la parte que pertenece a Dios porque sabemos que Dios es bueno, que Él es el que nos ha dado lo que tenemos y porque con nuestra ofrenda le demostramos nuestro agradecimiento».

La Biblia brinda indicaciones sobre lo que Dios quería originalmente: que el pueblo de Dios le ofreciera la décima parte. «Esto es mucho. Esto es más que darle algo de tanto en tanto, cuando vamos a la Iglesia».

Pero, «en la Iglesia Nueva Apostólica esto no es un asunto de dinero», dejó claro el Director internacional de la Iglesia: «Nosotros no examinamos quién dio qué. No hay una lista». Pues, «queremos que nuestros creyentes sean adultos; ellos mismos son responsables».

Lo decisivo es la motivación correcta, reafirmó el Apóstol Mayor Schneider: «Damos gloria a Dios y le damos nuestra ofrenda, aunque duela. Pues sabemos que todo viene de Él. Y por eso le agradecemos. A quienes ofrendan por temor de Dios, amor y agradecimiento, nada les faltará».

marzo 2, 2017

Autor: Andreas Rother

Imprimir