La familia como embrión del ecumenismo vivo
Habiendo crecido como hijo de un párroco evangélico, Helmut Strippel se confesó a la fe nuevoapostólica con 24 años. Hoy el Pastor en descanso tiene ya 70 años y está comprometido con la actividad en la Comunidad de Trabajo de las Iglesias Cristianas.
¿Cómo es crecer como hijo de un párroco evangélico?
Uno era bastante observado, pero también tenía muchas ventajas, así por ejemplo de niño podía participar de festejos en lo de otras familias. Si yo alguna vez hacía alguna travesura, mis padres ya lo sabían antes de que yo regresara a casa. Mientras vivía en casa de mis padres, era sobreentendido asistir regularmente a los Servicios Divinos y ayudar, por ejemplo a tocar las campanas y encender las velas. Las excursiones de fin de semana solo podían hacerse durante las vacaciones de mi padre. De niño esto era para mí algo normal y no se sentí afectado.
¿Cuándo y cómo llegó a la fe nuevoapostólica?
Mientras navegaba conocí a una hermosa joven, pero que los domingos nunca tenía tiempo. Cuando le consulté me enteré de que mi amiga siempre iba a la ciudad para asistir al Servicio Divino en la Iglesia Nueva Apostólica. Yo naturalmente estaba curioso y sucedió que muchas veces concurríamos juntos a los Servicios Divinos nuevoapostólicos. En uno de mis primeros Servicios Divinos, un Servicio Divino en ayuda para los difuntos, tuve un encuentro para mí totalmente inesperado con la eternidad que se constituyó en una impronta para mi vida de fe.
¿Qué llevó a que se decidiese por la Iglesia Nueva Apostólica?
Con seguridad en primer lugar el encuentro personal con mi amiga –mi futura esposa– y su familia y la amable recepción que tuve en la comunidad por parte de los siervos y hermanos. Las prédicas libres por caracteres muy diferentes en el anuncio de la palabra me atraparon y sentí como si el amado Dios me hablase personalmente. La parte decisiva y más importante para mí fueron los contactos espirituales reiterados en cada uno de los Servicios Divinos.
¿Cómo le comunicó a su familia que quería ser nuevoapostólico?
Cuando tuve por delante el día de mi adopción en la Iglesia Nueva Apostólica, fue para mí emocionalmente una tarea difícil hablar al respecto con mis padres. No los quería lastimar y al mismo tiempo no quería tirar fuera de borda mis experiencias personales de la fe. Una noche me senté espontáneamente en el auto y me dirigí a lo de mis padres para comunicarles mi decisión.
¡Fue una noche sumamente emotiva! Nuestra conversación finalmente terminó –como era mi esperanza, pero podía haber sido de otra manera– en una atmósfera de tolerancia y de comprensión mutua.
¿Cómo fue la relación con sus padres en los años siguientes?
Mi Apóstol me llamó la atención, que el cuarto mandamiento: «Honra a tu padre y a tu madre» debía tener un valor especial para mí de allí en más. A fin de demostrarles la valoración que sentía con mis padres, visitaba a menudo en días festivos los Servicios Divinos de mi padre junto a mi esposa y mis suegros. El comentario para mí más hermoso de mi padre después del Bautismo y el Santo Sellamiento de nuestra hija hacia el Apóstol Schilling fue: «¡Le agradezco de que hoy haya bautizado y sellado a mi nieta en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo!».
Después de mudarnos de Hesse al Mar Báltico lo esperaba en su nueva etapa de la vida –el descanso ministerial– una nueva comunidad. ¿Cómo fue que lo nombraron delegado en la Comunidad de Trabajo de las Iglesias Cristianas?
En ocasión del 100º aniversario de la comunidad Greifswald, ofició el Servicio Divino el Apóstol Jörg Steinbrenner. El Pastor Mathias Tuve, Presidente de la Comunidad de Trabajo en el territorio de Mecklemburgo-Pomerania Menor, entregó ese día –simbólicamente con pan y sal– el mensaje de que la Iglesia Nueva Apostólica había sido aceptada como miembro invitado. Cuando escuché las palabras claves «ecumenismo» y «membresía como invitado» mi alegría por ellas fue visible. Esto no quedó oculto al Apóstol Steinbrenner. Me abordó y como motivo aludí el ecumenismo privado que se vivía en mi familia. Después de unos momentos el Apóstol preguntó si no podía apoyar a mi dirigente en ese tema. Le dije que sí.
¿Qué significa para usted como cristiano nuevoapostólico involucrarse en el plano ecuménico?
Por la tolerancia vivida en mi familia con respecto a las diferentes posturas de la fe me sentía precisamente comprometido con esta colaboración y la cumplo con mucho gusto. Mi vida hasta ahora estuvo caracterizada por el estrecho contacto con los miembros de mi familia evangélicos y nuevoapostólicos. Esto me hizo experimentar que el reconocimiento, la aceptación y la valoración mutuos del prójimo en el sentir cristiano pueden y deben ser vividos. Esto es para mí ecumenismo en el nivel más pequeño, en la familia. A partir de esta experiencia puedo y deseo involucrarme en el plano ecuménico. Ayudar a dejar de lado prejuicios y eventuales malentendidos, poder hablar con todos los cristianos sobre similitudes basándonos en nuestro Salvador Jesucristo y fortalecernos mutuamente, este es mi deseo.