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«La fe tiene método»

julio 8, 2017

Autor: Dinara Ganzer

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Ciencia y fe, ¿son compatibles? El profesor Max Mühlhäuser (58), decano de la Facultad de Informática de la Universidad Tecnológica de Darmstadt y Evangelista en la comunidad Ober-Ramstadt en Alemania, no ve contradicción alguna.

¿Qué tienen en común la fe y la ciencia?

La ciencia se caracteriza por un procedimiento metódico. Es importante aplicar sin lugar a dudas los métodos, es decir los procedimientos acreditados válidos en la ciencia. Los resultados a los que se llega se llaman «conocimiento seguro». Pero lo que hoy calificamos de conocimiento seguro, muchas veces mañana es dejado atrás por otros conocimientos.

Consiguientemente, nosotros, los científicos, siempre estamos en la búsqueda de la verdad, conscientes de que nunca la alcanzaremos por completo. Este es el primer paralelismo con la fe: siempre estamos en la búsqueda de la verdad divina, pero aunque nos acerquemos un poco a ella, nunca la tendremos mientras vivamos sobre la tierra.

El segundo paralelismo es el siguiente: la fe también tiene sus métodos, y más precisamente, también en el sentido de procedimientos acreditados y ampliamente aceptados. Aquí la oración es un importante «instrumento metódico». Se ha acreditado el ocuparse con la palabra de Dios. Se ha acreditado, que si uno quiere tener vivencias en la fe, tiene que situarse, en lo posible, profundamente en el contexto de la fe. El que se ocupa poco de la fe, tendrá pocas vivencias en la fe.

¿Qué significa para usted la fe?

La fe es un regalo del que hay que tomar conciencia. Que pueda y se me permita tener fe, es gracia. Esto no significa que uno no pueda hacer nada por ella. Si examino detenidamente mi fe, me ocupo de ella, me entusiasmaré una y otra vez para seguir haciéndolo. Nunca me gustó tanto como hoy, ser nuevoapostólico. Cómo por ejemplo en el contexto ecuménico abordamos a otras religiones, la responsabilidad personal bien entendida, el acentuar el alegre mensaje en los Servicios Divinos y otras miles de cosas más me entusiasman.

No todos los hermanos y hermanas reaccionan así ante el desarrollo de la Iglesia…

Sí, los cambios a veces duelen, es así en la fe y también en la ciencia. Pero hace bien, ocuparse de ello, reflexionar, escudriñar. Yo también muchas veces tengo preguntas, hasta dudas. Pero aprendí a manejarlas. Cuando tengo un problema con un tema referido a la fe, muchas veces no se puede aclarar rápidamente. Lo dejo en un lugar especial en mi interior. Más temprano o más tarde tendré una respuesta; a menudo tengo que corregir lo que pienso, pero a veces también me es confirmado.

¿Cumple su fe algún rol en su profesión?

Sí, por cierto. Quisiera, en lo posible, que en mi profesión pueda «vivir» bien mi fe. Sin embargo, hay que contenerse en lo que respecta a hablar. Tengo muchos estudiantes, estudiantes de doctorado, secretarias en mi entorno profesional, frente a los cuales tengo poder de decisión, pero sería inapropiado si quisiera mantener con ellos conversaciones sobre la fe. Con los colegas esto es más fácil. Ante todo con mis colegas converso con frecuencia acerca de la fe.

¿Qué puede provocar con la ayuda de su fe?

Un ejemplo: oro para que acontezca lo que sea correcto. Cuando uno coloca lo que se propone en manos de Dios, muchas veces se puede experimentar que el amado Dios está con uno, y es igual si se tiene éxito o no. Y esto es lindo. Como científico uno inevitablemente tiene muchos fracasos. Es lindo cuando uno siente que Dios lo guía, que Él tiene la última palabra. Siempre cuando incluyo a Dios en tales situaciones, es para mí una hermosa experiencia. El amado Dios entonces me muestra una y otra vez: «Sí, has trabajado bien, pero mira dónde esto termina, tus capacidades tienen sus límites, esto no puedes influenciarlo». Y con frecuencia, allí donde se me muestra que están mis límites, suceden milagros.

¿Fue su fe alguna vez un obstáculo en su profesión?

Alguna vez lo sentí así. Fue en la época en que muchas cosas no se podían hacer. Entonces por ejemplo creía no poder estar presente en algunos eventos importantes para las redes y con ello para el éxito en mi profesión. Falté muchas veces a esos eventos vespertinos y me dediqué a mis tareas en la Iglesia, por ser consciente de las obligaciones que tenía. Pero mirando hacia atrás tengo que decir que Dios me ayudó a poner en consonancia las obligaciones de mi profesión y las de la Iglesia. Cuando hoy me libero más temprano de una conferencia un miércoles por la noche para ir al Servicio Divino, reúno experiencias hermosas: a pesar del apuro previo vivo en su mayoría Servicios Divinos hermosos y siento así una confirmación de la decisión que tomé.

¿Es la ciencia un asunto de la cabeza y la fe más para el corazón?

Todos tenemos cabeza y corazón o, diciéndolo de otra manera, lógica y pensamiento formal así como sentimientos. Uno puede hacer uso de ambos. La fe tiene más que ver con los sentimientos y sensaciones, la ciencia más con la lógica y el pensamiento. Pero ambas interactúan. El Apóstol Mayor dijo hace poco en una hora de juventud: «Quiero que uséis vuestra cabeza». Antes esto no se hubiese formulado de esta manera. Pero apuntando al desarrollo, también en la Iglesia hay que usar la cabeza.

M profesión tiene mucho que ver con pensar, pero también hay que sentir. Trabajo mucho junto a personas. Además, en tecnología siempre es importante que esta sea bien acogida por la gente. Pienso que si un científico sólo ve lo viable técnicamente y no pone su corazón o si el creyente dice que su inteligencia lo molesta en su fe, hay algo que no va.

Los avances tecnológicos, ¿sirven siempre para bien?

Los científicos desarrollamos cosas con el objetivo de que sean útiles para la humanidad. Pero todo desarrollo tiene una porción que produce nuevos problemas. Y entonces a los investigadores se nos exige realizar un aporte –en el marco de lo que estamos capacitados– para poner un límite a las consecuencias negativas y seguir desarrollando en lo posible las positivas. No podemos ni queremos ser ajenos al progreso. Siempre se anunció que el progreso y la tecnología eran responsabilidad de la sociedad, hoy más que nunca.

¿Qué visión tiene con relación a nuestra Iglesia?

Debido a que profesionalmente tengo mucho que ver con personas jóvenes, me preocupa que en la Iglesia cada vez tengamos menos juventud. Mi visión es que logremos que nuestro ofrecimiento en las comunidades sea tan variado que se adapte a la gran diversidad que tienen los jóvenes. Pues uno mismo lo experimenta: cuando uno se involucra, se divierte con lo que hace y le gusta participar. Algunos jóvenes se entusiasman con la música, pero otros no tanto. Yo personalmente sueño con que se integren también otras formas de aportes de la juventud firmemente en la vida cotidiana de nuestras comunidades.

Una pregunta para terminar: ¿Cuál es el lema en su vida?

Un lema en la vida es mucho decir, pero se me ocurre espontáneamente una cita muy usada: «El mejor camino para predecir el futuro, es forjarlo». Esto es válido para mí, para la fe y la ciencia en la misma medida.

julio 8, 2017

Autor: Dinara Ganzer

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