La mejor respuesta a las cartas del maligno
¿A quién no le pasa? Impulsos de afuera que sentimos como si fueran cartas del maligno trayéndonos el mensaje: «Tenéis cero de posibilidades». ¿Cómo reaccionar a esto? «Igual que el rey Ezequías», dice el Apóstol Mayor. Respuestas de un Servicio Divino.
«Ahora pues, Jehová Dios nuestro, líbranos de su mano, para que todos los reinos de la tierra conozcan que sólo tú eres Jehová». Este texto bíblico de Isaías 37:20 fue la base para el Servicio Divino con el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider el 14 de agosto de 2016 en Heilbronn (Alemania del Sur).
La triple carta
Estas palabras provienen de una oración con la que Ezequías, el rey de Judá, reaccionó a una amenaza de guerra que le dirigió un enemigo, el rey de Asiria. Este había enviado una carta en la que se ensalzaba por sus victorias y blasfemaba a Dios. «¡Vuestro Dios no os salvará! ¡Tenéis cero de posibilidades!», explicó el Apóstol Mayor el mensaje.
También hoy la gente recibe «cartas del maligno», dijo el Director de la Iglesia haciendo referencia a los informes de atentados y las atrocidades de todo el mundo. Además siempre hay noticias de las victorias del maligno, expresó mencionando como ejemplo el retroceso del cristianismo. Y finalmente también están las vivencias personales: «Las personas impías tienen más éxito que los creyentes».
La triple oración
«¿Cómo debemos reaccionar a estas cartas?», preguntó el Apóstol Mayor Schneider y respondió: «¡Por favor, igual que el rey Ezequías!». Su primera reacción fue: «¡No queremos ser siervos de este rey extranjero!». Y esto significa para los creyentes hoy: «No paguemos mal con mal. No perdamos la confianza en el todopoderoso Dios. Obremos igual que el Señor Jesús».
Ante todo, Ezequías reaccionó con oración: «En realidad fueron tres oraciones. Oró: ‘¡Líbranos!’. El profeta Isaías debía orar por el remanente que aún había quedado. Y quería que todos los hombres conociesen que Dios es el Dios verdadero».
También los creyentes de hoy encuentran su ayuda en la triple oración, explicó el Director de la Iglesia:
- «Amado Dios, ayúdame a que eche raíces aún más profundas» –en la fe en Jesucristo como el Redentor, en el amor a Jesucristo, que amó primero, y en la esperanza en la eterna comunión con Jesucristo. «Esta es mi oración por la Obra de Dios».
- «Señor, ayúdanos a poder ser testigos de Jesucristo para poder ayudar a nuestros pares a aceptar a Jesucristo, a creer en Él, a experimentar y sentir qué efectivo Él es».
- «¡Señor, ven pronto!». Pues, «antes de que venga el juicio final, tiene que venir el reino de paz. Entonces todas las personas podrán oír el Evangelio».
«Estas oraciones son agradables a Dios», fue la conclusión del Apóstol Mayor. «¡Él responderá a ellas!».