La mujer en el ministerio: un debate lleno de contradicciones

Sí, hubo de esos posts que utilizaban vocabulario como “lamentable” y “vergonzoso”, apuntaban a los “viejos” como imagen enemiga y acusaban a la Iglesia de “sexismo y opresión”.

Pero eso estuvo más bien al margen de un debate a veces duro, pero en su mayoría justo. “Solo podemos aprender los unos de los otros, compartir nuestras formas de ver y así hacer una contribución conjunta al desarrollo que quiere Dios para la Iglesia”, como dijo alguien de Alemania del Sur.

El procedimiento

El trasfondo: En la entrevista anual, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider presentó el proceso de decisiones de la asamblea de Apóstoles de Distrito sobre la “ordenación de mujeres”. Esta iniciativa ha recibido una gran aprobación: “Me alegro de que se aborde de forma tan estructurada y transparente. No todos están entusiasmados con esta idea. De este modo, todos pueden entender los argumentos y las decisiones”, escribe un interlocutor.

Se critica la duración de las deliberaciones: Desde 2014 estaba claro que el tema estaría en la agenda. “Decisiones que marcan tendencia y que son absolutamente existenciales, nadie las toma a las apuradas”, se lee en un comentario de Facebook. “Hace quince años ni siquiera habríamos sabido que este era un tema de la conferencia”.

Y otro añade: “¿Qué tiene de malo si se tarda unos años más y luego todo el mundo puede apoyarlo?”. Porque: “Hemos visto cómo una Iglesia se ha separado de otra por la misma razón”, opina alguien de Papúa Nueva Guinea temiendo por la unidad de la iglesia.

Las posiciones

“Como mujer, quiero servir igualmente a la comunidad, ser una asistente espiritual y que se me permita desempeñarme en todos los ministerios”, dijo una mujer de Alemania del Norte, formulando la expectativa predominante en los comentarios en alemán. “Es simplemente una cuestión de igualdad”, insistió otra de Alemania del Oeste. “La ordenación de mujeres no significa un cambio de roles, sino simplemente que las mujeres pueden cumplir su vocación de servicio de la misma manera que los hombres”, subraya un británico.

“Lo interesante aquí es que este debate fue iniciado principalmente por miembros de la INA de Alemania, un reflejo de los cambios sociales en nuestro país”, señala un alemán del sur. Efectivamente, por ejemplo, en África Central se ven temas más urgentes para la agenda: la construcción de iglesias o el desarrollo de las actividades caritativas, entre ellos. Pero también en Europa hay quienes no lo comprenden: “No puedo entender en absoluto cómo uno puede sentirse discriminado solo porque no puede ocupar un ministerio en la Iglesia”, dijo una mujer de Alemania del Este representando a toda una serie de mujeres que piensan lo mismo.

Las razones

Opositores y partidarios coinciden en una cosa: el camino que tome la Iglesia debe estar bien fundamentado bíblicamente. El problema aquí es que ambas partes encuentran versículos que se ajustan a sus opiniones.

Algunos hacen referencia a Junias, una mujer a la que la epístola a los Romanos llama “muy estimada entre los Apóstoles”. Sin embargo, “Junias fue probablemente una misionera muy diligente y exitosa, pero probablemente no fue un Apóstol en el sentido que queremos decir”, dice un suizo con conocimiento del texto original, describiendo el consenso académico predominante.

Los demás se preguntan: “¿Por qué Jesús no incluyó a una mujer en la lista de sus Apóstoles?”. La respuesta viene de Australia: “Simplemente porque no se hacía en esa época. Los tiempos han cambiado, nuestras necesidades han cambiado y nuestra comprensión ha aumentado en la mayoría de los casos. Ya no hacemos muchas cosas que están en las Sagradas Escrituras. Los incrédulos de la época de Jesús querían volver a las leyes de Moisés, pero los tiempos habían cambiado gracias al Hijo de Dios. Él dejó ese trabajo y poder al ministerio de Apóstol y las cosas seguirán desarrollándose como lo han hecho desde los tiempos de Moisés”.

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