Las lágrimas se convirtieron en lágrimas de gozo
¡Jesús ha resucitado! El llanto de los discípulos por el sufrimiento y la muerte de Jesús se convirtió en gozo. Tanto entonces como ahora el sufrimiento se convierte en gozo. El Apóstol Mayor transmitió este alegre mensaje en un Servicio Divino.
Jesús explicó a sus discípulos que sufriría y moriría, pero que luego resucitaría. Estarían tristes, pero: “De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo” (Juan 16:20).
Entre los discípulos había gran alegría
“Esto es lo que pasó cuando murió”, informó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider, que utilizó este pasaje bíblico en el Servicio Divino del 25 de marzo en Lomé (Togo). Los discípulos estaban muy tristes, mientras que los enemigos de Jesús se alegraban y decían: “Lo hemos matado. Ha muerto, se acabó”. Pero no se había acabado: Jesús resucitó y la alegría estuvo del lado de los discípulos. “Lo mismo que os entristeció os llenará de gozo”, había dicho Jesús a los discípulos. “Después se alegraron precisamente porque Jesús había muerto, porque al hacerlo había vencido el pecado”, dijo el Apóstol Mayor. “Estaban tristes porque Jesús tuvo que renunciar a su cuerpo terrenal, pero luego se alegraron porque se dieron cuenta de que Jesús había cambiado su cuerpo terrenal por el cuerpo de resurrección”. Y “estaban tristes porque Jesús tuvo que dejar el mundo de los vivos. Y después comprendieron que, al dejar el mundo de los vivos, pudo llevar el Evangelio a los que habían muerto”.
El sufrimiento no es absolutamente necesario
“Esta palabra también se aplica a nosotros, la Iglesia de hoy”, dijo el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider trayendo al presente la palabra bíblica de hace 2.000 años. “Vuestra tristeza se convertirá en gozo”. Esto no significa que los cristianos tengan que ser fundamentalmente infelices. Tampoco que sufran más que los demás y que su sufrimiento influya en la redención. “Jesús habla aquí de sufrimiento espiritual. Solo los discípulos de Jesús conocen este sufrimiento”.
Gozo por su retorno
El Apóstol Mayor profundizó en estos sufrimientos espirituales y explicó cómo se convierten en gozo:
- El pecado: Los cristianos renuncian al pecado, quieren hacer el bien. “Pero entonces nos damos cuenta de que el pecado sigue reinando en el mundo”. Eso duele. Pero “un día vendrá el Señor nuevamente y entonces mostrará quién tenía razón. Y los que hayan hecho su voluntad entrarán en su reino”.
- El amor a Jesús: “Amamos a Jesús con todo nuestro corazón”, explicó el Apóstol Mayor, “y sufrimos porque lo amamos, pero no podemos verlo”. De no poder verlo en su perfección y de no poder estar con Él, surge una gran tristeza. “Pero esta tristeza se convertirá en gozo, porque a los que aman al Señor Él los recibirá en su reino. Y entonces verdaderamente podremos verlo tal como es”.
- Nuestras propias imperfecciones: “Sufrimos a causa de nuestras imperfecciones y nuestras faltas”, dijo el Apóstol Mayor. “Incluso si somos sinceros, debemos decir como el Apóstol Pablo: ‘No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago’. Y esta debilidad, esta imperfección, nos hace sufrir”. Es el arrepentimiento, lo que entristece. “Sin embargo, el arrepentimiento se convertirá en gozo. Gracias al arrepentimiento, Jesús puede perdonarnos”.
- El sufrimiento de los demás: “Amamos a nuestro prójimo. No podemos ser indiferentes a su sufrimiento”, aclaró el Apóstol Mayor. “Este amor al prójimo también nos hace sufrir porque lloramos con los que lloran. También sufrimos porque reconocemos que aunque queramos hacer el bien, no podremos evitar todo el sufrimiento de los demás”. Pero también este dolor, se convertirá en gozo. “El amor al prójimo que nos hace sufrir hoy será fuente de gran alegría mañana, porque todos estaremos juntos en comunión con Cristo”.
- El desinterés por Cristo: “Creemos que Jesús puede traer la salvación a los seres humanos”, dijo el Apóstol Mayor. “Mas nos encontramos con que muchos no quieren aceptar este mensaje”. Es triste que cada vez más personas se alejen de Dios. “Pero es importante que sigamos anunciando el Evangelio”, enfatizó el Apóstol Mayor. “Tanto si las personas aceptan nuestro testimonio como si no lo aceptan, sigamos anunciando el Evangelio. Sigamos siendo testigos de Jesucristo en el apostolado. Llegará el día en que Jesús hará perfecta nuestra obra. Y llevará su Obra a la consumación. Y los que sigan sembrando el Evangelio cosecharán con gozo”.