Las personas necesitadas necesitan personas que les ayuden
El 5 de septiembre de 1997 es el aniversario de la muerte de la Madre Teresa y desde entonces se celebra en este día el “Día Internacional de la Beneficencia”. En realidad, es un escándalo que la humanidad necesite que se le recuerde la beneficencia. Pensamientos sobre el amor al prójimo.
La Madre Teresa, una de las personalidades más famosas de la humanidad, fue a la India en 1928 para dedicar su vida a ayudar a los indigentes. En 1950, fundó la orden de las Misioneras de la Caridad. Durante más de 45 años, se ocupó de los pobres, los enfermos, los huérfanos y los moribundos, y construyó varios hospicios y residencias para los pobres y desamparados. En 1979, además del reconocimiento del mundo entero, recibió el Premio Nobel de la Paz «por su trabajo para superar la pobreza y la angustia que constituyen una amenaza a la paz». Al día de hoy, es un ejemplo de que no hay que tener mucho para dar mucho.
Por ejemplo, se ha transmitido la siguiente historia: Ella tomó en brazos a un niño enfermo de lepra –muy marcado por la enfermedad– y lo abrazó. Un periodista que la acompañaba dijo entonces que no lo haría ni por 1.000 dólares, a lo que la Madre Teresa se limitó a responder: “¡Yo tampoco!”.
Un programa de buenas acciones
Los pobres, los solitarios, los desamparados y los enfermos siguen existiendo hoy en día, incluso en las grandes ciudades ricas de este mundo, las metrópolis del dinero y la avaricia. Por supuesto que es correcto poner algo de dinero en un gorro colocado al lado de la carretera y acabar por fin con el prejuicio de que esto solo se usa mal. ¡Las personas necesitadas necesitan personas que les ayuden! Es tan sencillo como eso. Y quienes se niegan deliberadamente a amar al prójimo no solo violan las buenas costumbres éticas, sino también el mandamiento de Dios de amar al prójimo. Mucho más fuerte que el miedo inherente a las represalias de una mayoría o el temor a tener menos posesiones, debe ser el deseo de ayudar a los demás. Esto no debe quedarse en un buen propósito, sino en el inicio de un programa de buenas acciones. Cada día una buena acción ¡y serás mejor persona! Por nombrar solo algunas:
- acariciar en lugar de golpear
- perdonar en lugar de condenar
- entender en lugar de maldecir
- conectar en lugar de desgarrar
- levantar en lugar de deprimir
- integrar en lugar de aislar
- alentar en lugar de acusar
- amar en lugar de odiar
Amor al prójimo en la Biblia
Amor al prójimo – caridad – misericordia – altruismo – beneficencia, todos están cortados por el mismo patrón. La ayuda incondicional y sin reservas está siempre en el centro. Un servicio de amor sin factura, que refleja acuerdos éticos, valores sociales y convicciones cristianas fundamentales que nunca pierden su fuerza.
La palabra clave “amor al prójimo” nos recuerda la historia bíblica del buen samaritano. Su punto central: la posición de las personas involucradas en su relación con los demás es completamente irrelevante. El prójimo no es una persona de su mismo origen o religión, sino simplemente una persona al alcance de la mano que necesita ayuda. Lo que cuenta no es la persona, sino el hecho.
Pablo lo escribe en forma muy impresionante: “No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque (Éxodo 20:13-17): No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume (Levítico 19:18): Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor” (Romanos 13:8-10).
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