Las siete claves para la bendición divina
“Al que tiene, se le dará”. Un pensamiento que parece extraño, opina el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider y, no obstante, aclara: en él se ocultan las siete claves para la bendición divina. Un Servicio Divino abreviado.
“Porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará”. Este podría ser el comentario de un periodista sobre la injusticia del mundo, dijo el máximo dirigente de la Iglesia en el Servicio Divino del 10 de abril en Bogotá (Colombia). Pero, efectivamente, se trata de una palabra de Jesús (Marcos 4:25).
Esta aparente contradicción es tomada reiteradamente en el Nuevo Testamento por Cristo mismo. Con ella Jesús deja claro que se deben cumplir determinadas condiciones previas para poder alcanzar la salvación divina. No constituye una garantía de redención, sino el fundamento para obtenerla. El Apóstol Mayor enumeró las siete claves para la bendición:
Primera clave: la fe
“Nadie puede ser salvado sin fe”. No se trata solamente de creer que Jesús es el Hijo de Dios. La fe también significa confiar en su palabra y su amor, pues esta confianza previene de perder la fe cuando las cosas ocurren en forma diferente a lo esperado.
Segunda clave: el agradecimiento
“Todo lo que poseemos es un regalo de Dios”. Todo se lo debemos a su gracia. “El agradecimiento es la clave para más bendición”. Y el agradecimiento también protege de la propensión a considerar los dones de Dios como sobreentendidos, darle cada vez menos valor y esperar cada vez más.
Tercera clave: la disposición a aprender
Con el don del Espíritu Santo, los creyentes también recibieron la capacidad de reconocer y comprender los misterios del reino de los cielos. Utilicemos este don: “Seamos conscientes de que no sabemos todo. Es importante querer seguir aprendiendo siempre y crecer en el reconocimiento de Jesucristo”.
Cuarta clave: la colaboración
Toda persona ha recibido de Dios diferentes dones. Y todos han sido convocados a multiplicar sus dones y talentos. “Deberíamos invertirlos en la Obra de Dios y servir a Dios en la comunidad, para que podamos multiplicar la bendición”. Aun el que no pueda predicar o cantar o involucrarse de otra manera, ha recibido el don del amor.
Quinta clave: los bendecidores
La maravillosa multiplicación del aceite hecha por Dios, estaba limitada a la cantidad de vasijas que la pobre viuda pidió prestadas a sus vecinos por indicación del profeta Eliseo. “Para ser bendecidos necesitamos fuentes de bendición y vasijas de bendición”. Y: “Muchas veces Dios utiliza a nuestro hermano, a nuestra hermana, a nuestro prójimo como fuente de bendición”. Por eso: “Aceptemos a nuestro prójimo así como es, a fin de que pueda ser una bendición”.
Sexta clave: el amor al prójimo
“Si siempre estamos esperando que otros nos amen, no recibiremos mucho amor”. En su lugar, lo que vale es la regla divina: “Cuanto más ames, tanto más serás amado”.
Séptima clave: la disposición a arrepentirse
“Cuanto más dispuestos estemos a arrepentirnos, más gracia experimentaremos”, es otra regla divina. El arrepentimiento es mucho más que el miedo al castigo. Se trata de la determinación de vencer el mal y de la sincera voluntad de reconciliarse con el prójimo.
La conclusión del Apóstol Mayor: “Andemos por este camino para experimentar la plenitud de bendición y ser redimidos”.