Este canto, el número 191 del himnario nuevoapostólico en alemán, acompaña a los hermanos de la comunidad de Kiel Este. No solo porque viven tan cerca del mar y los barcos forman parte de su vida cotidiana, sino también porque su iglesia tiene forma de barco.
Ruth Schade lleva más de 20 años en la comunidad Kiel Este. Cuenta con mucho entusiasmo del edificio de la iglesia: “Está justo al lado el agua, enfrente de la Color Line, la terminal de cruceros del Norwegenkai (muelle de Noruega). A veces, se oye tocar la bocina de un barco durante el Servicio Divino. Y el edificio de nuestra iglesia se parece a la proa de un barco. Encaja muy bien con el lugar. Uno se siente bien aquí y se respira aire de mar”.
Determinando la ubicación de la casa de Dios
La ubicación en la calle Werftstrasse, en la ciudad de Kiel, se ajusta al aspecto marítimo que presenta la comunidad. El hecho de que el rugido de los motores de los barcos noruegos y las bocinas de los buques en el fiordo de Kiel se mezclen a veces con los cantos de los creyentes no les molesta, porque la proximidad al muelle Norwegenkai también ofrece sus ventajas. El dirigente de la comunidad, Jürgen Marth, se alegra porque en tiempos de vacaciones son muchos los que los visitan. “Muchas veces vienen hermanos y hermanas a nuestro Servicio Divino de la mañana antes y después de su viaje en ferry a Noruega”.
Desde 1898 hay en Kiel miembros nuevoapostólicos. Debido a la industrialización –los astilleros de Kiel eran un factor económico importante– la primera comunidad tuvo cada vez más concurrencia y se tuvo que dividir en nuevas comunidades. En 1907 se fundó la comunidad Kiel-Gaarden, de la que surgió hace 13 años la comunidad Kiel Este junto con las demás comunidades de la orilla oriental de Kiel. Durante un tiempo, los Servicios Divinos se celebraron en un antiguo establo de caballos. “Como Gaarden fue la centésima comunidad después de la Segunda Guerra Mundial en obtener su propia iglesia aquí en el norte de Alemania, el Apóstol de Distrito Karl Weinmann dispuso hacer en ella muchas cosas especiales y bonitas”, dice el dirigente de la comunidad, Jürgen Marth.
La corbata negra
Pero primero había que encontrar un terreno. Jürgen Marth informa: “El entonces dirigente Ohlis dijo en broma en el círculo ministerial que quien encontrara un terreno adecuado recibiría de él una hermosa corbata negra”. El Diácono Leo Klaassen viajaba mucho para visitar a los hermanos y hermanas. “Y, efectivamente, mientras realizaba esa tarea, encontró un terreno muy bien situado a un lado de la carretera principal de Gaarden, en la calle Werftstrasse”. La Iglesia ganó la licitación, pero el dirigente de la comunidad no pudo cumplir su promesa debido a su temprana muerte. 45 años después, el dirigente Jürgen Marth recuerda: “Cuando pude dar la bendición al matrimonio de Christa y Leo Klaassen por sus bodas de oro en 2015, me acordé de esta promesa y obsequié a Leo Klaassen una corbata negra”.
El arquitecto Uwe Niehaus diseñó el progresista edificio de la iglesia, que recuerda a la proa de un barco y combina muy bien con la calle en la que se encuentra. El 14 de julio de 1969 fue colocada la piedra fundacional y, tras 17 meses de construcción, el edificio fue consagrado por el Obispo Peter Hansen en el Servicio Divino de Navidad.
Seguros en el barco
El dirigente de la comunidad, Jürgen Marth, explica el aspecto casi inalterado de la iglesia desde entonces: “El edificio tiene dos plantas. Se entra por la planta baja, en el llamado “salón azul”. Se llama así porque las baldosas son de un hermoso azul oscuro. Allí está el guardarropa, la sacristía, la sala para la juventud, la sala para los niños y los baños. Si se sube un piso, por las escaleras o en ascensor, se llega a la nave. Tiene forma de proa de barco. Se estrecha hacia la calle, hacia adelante, y tiene grandes ventanales de vidrios emplomados y bancos de caoba. El altar está en dirección a la tierra, el barco se dirige hacia el fiordo”. Herbert Opitz hace 76 años que concurre a la comunidad y compara la iglesia con un barco especial: “El barco navega hacia casa como el arca de Noé. Estoy unido a este edificio. Entras y sales contento”.
Está claro que no solo les gusta a los hermanos y hermanas en la fe. “Despierta interés. El hermoso edificio de nuestra iglesia también es un centro de atracción para mucha gente”, dice el dirigente. “Una y otra vez la gente viene a eventos como la ‘Noche de las Iglesias’ y dice: ‘Por fin puedo echarle un vistazo a este edificio’”. No en vano, ha sido declarado monumento nacional desde el año pasado. “Nos sentimos un poco orgullosos de que el periódico local “Kieler Nachrichten” pusiera nuestra hermosa iglesia en el punto de mira”, relata el dirigente de comunidad acerca de lo publicado en varios periódicos. “Esto, por lo demás, no tiene ninguna relevancia para el funcionamiento normal de la iglesia”. Por eso ha rechazado rigurosamente las peticiones de que el edificio pudiera ser utilizado para otros fines. Solo prefiere el uso cultural. Por ejemplo, el coro IVocalisti utiliza a veces la iglesia como local de ensayo y conciertos.
Un capitán en aguas tormentosas
Como muchas personas de la comunidad, Jürgen Marth ejerce una profesión dedicada al mar. Tiene formación de capitán y navega como piloto por el Canal de Kiel. “Ser piloto también significa estar de guardia muchas veces”, dice. “Y cuando estoy en el Servicio Divino, alguien atrás tiene mi teléfono móvil. De hecho, alguna vez me han llamado y tuve que salir del Servicio Divino”. Pero esto nunca ocurrrió mientras él era el siervo que oficiaba: “Cuando yo conducía el Servicio Divino, de alguna manera el amado Dios siempre me ayudó para que no sea interrumpido”.
Aunque la comunidad tenga que prescindir a veces del capitán durante el Servicio Divino, pudo compartir con él la fiesta de la comunidad. Luego, Jürgen Marth alquiló un barco –de otro hermano en la fe– para navegar como “capitán dirigente” con sus hermanos en la fe por el fiordo de Kiel contándoles lo que sabe de él.