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Los Sacramentos (3): el origen doblemente misterioso

febrero 18, 2020

Author: Andreas Rother

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Los Sacramentos y la Biblia son toda una cuestión. Si bien la idea está en la Biblia, no son mencionados por su nombre. Recién más tarde fueron incluidos en el lenguaje cristiano y esto incluso requirió dos intentos: una historia de significado(s).

Cartago, norte de África, siglo II: Justamente aquí, y no en su gran rival, Roma, es donde el latín comenzó su carrera como idioma de la Iglesia. Aquí surgió el documento cristiano más antiguo en este idioma, los «Archivos de los mártires sicilianos». Y aquí es donde van a trabajar los traductores de la Biblia.

¿Por qué es esto importante? Porque la palabra «Sacramento» proviene del latín. Y porque la historia de su uso y su traducción tiene mucho que contar sobre lo que el término significa todavía hoy.

Conocimiento solo para consagrados

«Mysterion» es la palabra griega que trae preocupación a los traductores latinos de la Biblia en el Nuevo Testamento. El concepto lo conocen los contemporáneos a partir de dos contextos:

  • «Mysteria», el plural, se refería a antiguos cultos que usaban ritos para reflejar acontecimientos de la vida de sus deidades. Solo podía participar de ellos quien en su consagración se comprometía a la confidencialidad.
  • En la filosofía de Platón, el significado se desplazó a un nivel más abstracto. «Mysterion» se refiere aquí al conocimiento de lo real, cuya divulgación expresa está dirigida a un grupo de personas conocedoras.

Revelación en perfección

En el último sentido, la palabra también se puede encontrar en la «Septuaginta», la traducción autorizada de la Biblia judía al griego, en el libro de «Daniel», que trata sobre la revelación de la voluntad divina a los elegidos.

Los autores del Nuevo Testamento, sobre todo el Apóstol Pablo, le dan a esta interpretación veterotestamentaria un nuevo giro: La realización histórica de los secretos de la salvación divina encuentra su forma más elevada en Jesús. Pero solo puede verlo el creyente.

Los cartagineses intentan traducir este «mysterion» con el término en latín «sacramentum», pero el texto africano no logra imponerse del todo. En la Ítala, la próxima generación de traducciones, y en mayor medida en la Vulgata, que al final resultó dominante, se prefiere usar el «mysterium» latinizado.

La jura de la bandera como puente

El hecho de que «sacramentum», a pesar de todo, se convirtiese en vocablo cristiano, se debe a Tertuliano, el primer escritor latino de la Iglesia. La palabra se refiere originalmente al juramento de soldados y funcionarios a su emperador, el cual era adorado como divino, y también a la fianza depositada en la corte, que en caso de duda quedaba para un templo y su sacerdote.

Tertuliano, hijo de un soldado y abogado experimentado, veía en la jura de la bandera a un paralelismo con el voto bautismal. Finalmente, el creyente se comprometía a servir a su Señor Jesucristo. Es así como el cartaginés se refirió primero al voto del Bautismo y más adelante al Bautismo completo como «sacramentum». Y al final incluyó también la Santa Cena bajo ese término genérico.

Una palabra, dos significados

Esto explica por qué «Sacramento» tiene actualmente dos significados:

  • En el sentido más estricto, hace referencia a actos dentro del Servicio Divino que permiten ser partícipes en la salvación alcanzada por Jesucristo, es decir el «sacramentum» de Tertuliano. Estos ritos son el resultado del Bautismo y la Santa Cena, así como lo documenta la Biblia.
  • En un sentido más amplio, generalmente se trata de la realización histórica de los secretos de la salvación divina, es decir el «mysterion» del Nuevo Testamento. Es por eso que algunos teólogos hablan de Jesucristo y su Iglesia como Sacramentos.

Sin embargo, el padre del concepto cristiano no desarrolla una doctrina integral sobre el Sacramento. Otro africano del norte del continente desarrolló esa hazaña unos 200 años después. De esto hablaremos en la próxima parte de esta serie.

Foto: Thomas Mucha – stock.adobe.com

febrero 18, 2020

Author: Andreas Rother

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