Los Sacramentos (65): Como en la tierra, así también en la tierra
¿Por qué son necesarios los actos en este mundo para el más allá? Jesucristo mismo lo demostró viniendo a esta tierra para traer la salvación a los vivos y a los muertos. Y esto también conforma la naturaleza de los Sacramentos.
Los Sacramentos están relacionados puntualmente con la encarnación de Dios en Jesucristo. “La salvación de los Sacramentos se basa en la encarnación, la muerte en sacrificio y la resurrección de Jesucristo, así como en el envío y obrar del Espíritu Santo” (Catecismo INA 8 ).
Al igual que las Iglesias Católica y Evangélica, la Iglesia Nueva Apostólica también enseña que los Sacramentos fueron instituidos por Jesús, es decir, que Él es su Señor y su origen. Tras su resurrección, Jesús encargó a los Apóstoles la administración de los Sacramentos. Los Sacramentos –esta es una de las posiciones básicas de la fe nuevoapostólica– son necesarios para alcanzar una nueva relación con Dios, para recibir la salvación en Cristo y para pertenecer a la comunidad nupcial.
Salvación adquirida en esta tierra
La encarnación de Dios en Jesucristo acontece en el marco de la historia. Tiene lugar en un momento y un lugar concretos. Acontece en la época en que “Cirenio era gobernador de Siria” (Lucas 2:2), en la actual Palestina.
No es diferente lo referente a la muerte de Jesús, que los cristianos creen que es un hecho de salvación. Jesús fue “crucificado, muerto y sepultado bajo Poncio Pilato”, como dice el Apostólicum y la Confesión de fe nuevoapostólica.
La salvación fue creada por Jesucristo en esta tierra, pero tiene validez universal, se refiere a la creación, es decir, a los cielos y a la tierra (Colosenses 1:20). Por eso, en los tiempos del Nuevo Testamento se bautizaba a las personas “por los muertos” (1 Corintios 15:29).
Los Sacramentos reflejan la naturaleza de Jesús
En cierto modo, los Sacramentos son la imagen de la naturaleza de Jesús:
- Que Jesús adoptó la condición de hombre es un hecho visible, que Él es Dios está oculto. Según su carácter humano, Jesús es verdaderamente hombre y fue creado; según su carácter divino, es verdaderamente Dios y no fue creado.
- En los Sacramentos también encontramos la estructura de la doctrina de las dos naturalezas. Ellos tienen un lado visible, material, y otro invisible, inmaterial. Se refieren a la tierra, porque el agua, el vino y el pan pertenecen a ella, y se refieren al cielo, porque en ellos es transmitida la salvación del Dios eterno.
La conexión estructural entre los Sacramentos y la encarnación de Dios en Jesucristo queda especialmente clara en la Santa Cena. El Catecismo habla de que en la Santa Cena “pan y vino corresponden a la naturaleza humana, cuerpo y sangre a la naturaleza divina de Cristo” (Catecismo INA 8.2.12 ).
Los Sacramentos transmiten la salvación
Aquellos que desean recibir salvación dependen, por lo tanto, de la recepción de los Sacramentos, los cuales, sin embargo, tienen siempre un aspecto terrenal, de este mundo. La Iglesia Nueva Apostólica enseña: «Así como Jesucristo ofreció sobre la tierra su sacrificio, la transmisión de salvación también se realiza sobre la tierra a través de los Apóstoles. Ya que los Sacramentos siempre tienen un lado visible, solo pueden ser llevados a cabo en el ámbito de lo visible. El efecto de los Sacramentos como elementos esenciales de la transmisión de salvación, es el mismo para los vivos y para los muertos” (Catecismo INA 9.6.3 ).
Reunión entre los vivos y los muertos
Una tarea esencial del apostolado es la reunión de la comunidad nupcial y su preparación para el retorno de Cristo. Nuestra Iglesia se sustenta en la certeza de que la comunidad nupcial será buscada y reunida no solo entre los vivos, sino también entre los muertos.
Para que esta tarea pueda ser cumplida, es necesario que también sean dispensados los Sacramentos a los muertos. Los que han nacido de nuevo de agua y del Espíritu, es decir, los que han sido bautizados y sellados, así como los que han sido fortalecidos por la Santa Cena, son llamados a ser parte de la comunidad nupcial y deben proclamar el Evangelio en el reino de paz.
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