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Los secretos de una comunidad en la que todos se sienten bien

diciembre 19, 2017

Autor: Andreas Rother

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Una comunidad en la que las personas se sientan bien… ¿cómo funciona esto? La respuesta del Apóstol Mayor: todos pueden contribuir para que así sea. Diez motivos de alegría y cinco ladrillos para construir una comunidad de bienestar.

El comienzo de un cántico que entonaban los peregrinos en el camino al templo de Jerusalén estuvo en el centro del Servicio Divino del 26 de noviembre de 2017 en Essen (Renania del Norte-Westfalia). Se puede leer en Salmos 122:1: «Yo me alegré con los que me decían: a la casa de Jehová iremos».

«En esta Jerusalén, en este templo vemos para nosotros, en primer lugar, una imagen de la Jerusalén celestial», dijo el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider y mencionó cinco motivos de alegría:

  • «No estamos huyendo» de una catástrofe o «porque la vida sobre esta tierra se nos volvió insoportable. No, queremos llegar allí porque amamos a Dios y sentimos nostalgia por Él».
  • «Naturalmente, allí ya no habrá más sufrimiento, ni dolor. Pero lo que aún es mejor para mí es que estaremos liberados de nuestra pecaminosidad, de nuestras imperfecciones y nuestros errores».
  • «Junto a Dios hay lugar para todos los seres humanos. Él quiere atraer a todos hacia Él».
  • «No sólo queremos ir a la casa del Señor porque queremos ser salvos. Queremos ir allí porque queremos ayudar a las personas y apoyar a Dios».
  • «El camino solamente lo podemos recorrer juntos, individuos solitarios no pueden llegar allí. ¡Hagámoslo juntos!».

«También podemos ver a Jerusalén como una imagen de la comunidad de hoy, que se reúne para vivir el Servicio Divino», completó el dirigente de la Iglesia y mencionó cinco motivos más de alegría:

  • «Nos alegramos porque podemos tener comunión con Dios ya ahora: en la palabra, en el festejo de la Santa Cena».
  • «Nos alegramos por venir a la casa de Dios porque precisamente en ella recibimos las fuerzas para recorrer el camino a la Jerusalén celestial».
  • «Nos alegramos por ir a la casa de Dios porque en ella ya hoy podemos ser liberados de la carga de nuestros pecados».
  • «Nos alegramos por ir a la casa de Dios porque en ella podemos orar juntos. Y sabemos: ¡Orar ayuda siempre!».
  • «Nos alegramos por venir a la casa de Dios porque en ella encontramos todo para tener comunión a pesar de nuestras diferencias y entonces podemos desarrollar la unidad. En ella hay todo lo necesario para que podamos vivir en paz todos juntos».

«Pero esto también lleva vinculada una tarea», destacó el Apóstol Mayor. «Cada cristiano nuevoapostólico participa de esta responsabilidad, de que todos realmente puedan alegrarse de venir a la casa del Señor».

  • «Es la casa del Señor, y eso se debe poder vivir y experimentar: aquí Jesucristo tiene la palabra, rige su ley, rige su voluntad, Él es el Maestro».
  • «En la comunidad no puede ser que unos pocos hagan todo y los demás sean solo ‘clientes’ que vienen cuando necesitan algo. Que todos podamos vivir la alegría que lleva implicito el servirse unos a otros».
  • «Puedes ser un pacificador, puedes contribuir a que haya paz y mantenerla. Todos lo pueden hacer. Este don le ha sido dado a cada hijo de Dios. No necesitas decir siempre todo lo que piensas. No necesitas tener siempre la razón».
  • «Para que nos podamos alegrar en la casa del Señor, se necesitan una cierta cantidad de cosas, y para eso también se necesita dinero. En esto también coloquemos nuestros dones al servicio de Dios y de la comunidad».
  • «Si cada uno hace lo que quiere y aplica su don arbitrariamente, dará por resultado un caos. Un poco de organización se necesita, también se necesita una Dirección de la Iglesia: mundial, en el distrito, en la comunidad. Esto no es tan sencillo. Mas nos esforzamos en lograrlo».

Muchos creyeron que en una comunidad donde todos se sientan bien cada uno tiene que encontrar lo que responde a sus gustos. «Pero esto no es posible de ninguna manera. ¿Por qué no? Muy fácil: porque todas las personas son diferentes y nosotros, por lo tanto, también somos diferentes», dejó claro el Apóstol Mayor. Su definición: «Una comunidad de bienestar es una comunidad a la que todos vienen a buscar a Jesucristo y lo encuentran».

diciembre 19, 2017

Autor: Andreas Rother

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