Nunca se había visto un concierto así en una asamblea de Pentecostés de la Iglesia Nueva Apostólica: con una combinación de música y luz, palabra y movimiento, la región de Alemania del Oeste, anfitriona del evento, ofreció un espectáculo innovador.
Acaba de terminar la obertura del oratorio “Paulus”, de Felix Mendelssohn Bartholdy. La oscuridad reina en el Kurhaus (Casa del balneario) de Wiesbaden: una voz femenina habla de la desesperanza. Tatjana Augustin, directora general de la organización benéfica NAK-karitativ, relata lo que ha visto hasta ahora.
En fragmentos con extras
La composición espiritual de la década de 1830 cuenta la historia de una transformación radical: la del Apóstol Pablo, “de perseguidor a predicador, de
la duda a la convicción, de la oscuridad a la luz”, explican los organizadores.
Y el concierto, bajo el lema “By his Spirit – Changed to Change” (Por su Espíritu, transformados para cambiar), lo cuenta a su manera: con fragmentos de la obra sacra, que dura casi tres horas, salpicados de referencias actuales. La introducción sobre la desesperanza en el mundo actual es solo el preludio.
Entre alabanza y sufrimiento
En vuelo libre a través de la naturaleza, el video grabado con drones acompaña al coro. “Señor, tú eres el Dios”, resuena, “el Dios que hiciste el cielo, y la tierra, y el mar”, recita el coro la oración de la comunidad de los Hechos de los Apóstoles 4.
“¡Apedréalo, apedréalo!”. El oratorio multimedia ha llegado a la lapidación de Esteban. Un video muestra al Apóstol de Distrito Armin Brinkmann en descanso. Habla sobre la disposición al sacrificio, cuenta los primeros días de la Iglesia Nueva Apostólica en Angola y cómo el pionero de allí, el Apóstol Sukami Landu Ronsard, fue asesinado a tiros.
Sensibilidad y potencia sonora
“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas!”, había cantado antes la solista Hanna Ramminger (soprano). “Dios, ten piedad de mí según tu misericordia” cantará más tarde Florian Conze-Zahe (bajo). Ambos demuestran por qué también se sienten como en casa en el escenario de la ópera.
Y entremedio: “¡Levántate, y seas luz!”: el coro de conciertos de Hesse del Sur, reforzado por miembros de los coros de cámara de Hesse Central y del Norte, demuestra su clase. Los vocalistas no solo reciben el apoyo de la Orquesta Filarmónica de Cámara de Hesse del Sur, sino que esta los acompaña con gran maestría.
Y Burkhard A. Schmitt, el hombre de la batuta, controla con mano firme lo que sucede en el escenario.
Transformados para cambiar
“Alaba al Señor, alma mía”, dice el coro al final. El público fascinado ha llegado a la luz. Y sabe lo que hay que hacer. Porque los últimos videos muestran a un hombre que ayuda a personas sin hogar y a una joven que colabora ayudando con la tarea del hogar. El mensaje es claro: por pequeña que sea, cada persona lleva dentro de ella una luz que puede brillar.
Pero la velada no termina con una explosión acústica ni un espectáculo de luces, sino con un coral: la “Canción de la tarde” de Josef Gabriel Rheinberger: “Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha inclinado”. Una velada que invita a la reflexión.
Fotos: Simon Kisselbach
