¿Qué caracteriza a un buen maestro? Una necesaria porción de paciencia, ciertamente mucha comprensión con sus alumnos y gran cantidad de energía. Cuando se trata de la fe, el efecto de ser un ejemplo es esencial: quien viva como Él enseña será recordado por mucho tiempo.
A principios de año hay una vez más un nuevo lema anual. Para 2021 el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider ha titulado su lema anual con el llamamiento: “Cristo, nuestro futuro”. Esta certeza debe acompañar a las comunidades durante todo el año, así como el Señor siempre está con los suyos. El director de la Iglesia comentó: “Comenzamos el nuevo año con la certeza de que Jesús vendrá pronto. Nos seguimos preparando para el retorno de Jesús, buscando la comunión con Él y orientándonos en su doctrina. En las comunidades centrémonos en lo esencial: ¡Tenemos la misma meta!”. Así que lo que sea que traiga el nuevo año, Jesucristo nos acompaña.
El segundo domingo: Jesús, Maestro y ejemplo
El segundo domingo se inicia en los Pensamientos Guías una nueva serie temática para los Servicios Divinos: “Cristo con nosotros”. Él es ante todo el Maestro, el ejemplo. Durante su vida habló y actuó con autoridad divina. No buscaba su propia gloria, sino que enseñaba la voluntad de Dios y solo a Él le daba gloria: “Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió” (Juan 7:16).
Sin embargo, su doctrina nunca fue teórica. Él mismo actuó en consecuencia, lo que puede ilustrarse con muchos encuentros inusuales con otras personas. Al mismo tiempo es una indicación para el que quiere ser su discípulo: Sigue su doctrina y busca la vinculación permanente con Él. Entonces el discípulo también puede convertirse en maestro.
El tercer domingo: Jesús, el hermano
El tercer domingo la prédica pone énfasis en “Jesús, nuestro hermano”. Jesús es un hermano entre hermanos y hermanas, no se avergüenza de ellos. Por el contrario, tiene parte en su alegría y su sufrimiento, y es solidario con ellos en todas las circunstancias. Jesús, el hermano, se toma en serio hasta los suspiros más pequeños, comparte las preocupaciones más triviales. Defiende a sus hermanos y hermanas cuando están débiles. Sus pecados no influyen en absoluto en el amor que les profesa.
El cuarto domingo: Jesús da la fe
Jesús da la fe y la aumenta en quienes se lo piden. Este es el título de la prédica del cuarto domingo. Por supuesto, está muy claro que la fe siempre es puesta a prueba. La duda se apodera del alma, especialmente en tiempos de angustia. Pero es precisamente la fe atribulada la que el Señor quiere fortalecer a través de la oración, el anuncio del Evangelio, el perdón de los pecados y la Santa Cena, y a través de la comunión con otros cristianos.
El quinto domingo: ¡Cristo nos hace libres!
El último domingo de enero recordamos una vez más el lema del año pasado: “¡Cristo nos hace libres!”. Juan 8:36 dice: “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. Se trata entonces de la “verdadera libertad”. Esto no debe entenderse filosóficamente, sino que es una cuestión de fe. Los cristianos creen que a través de Jesucristo, por su sacrificio y resurrección, es posible la salvación. Vino a liberar de la esclavitud del pecado a los que creen en Él. La verdadera libertad cristiana se desarrolla amando y sirviendo conforme al ejemplo de Cristo.