“En la ciudad encontramos once comunidades que en total tienen 500 miembros”. Cuando el Ayudante Apóstol de Distrito David Devaraj habla de ciudad, se refiere a los 600 kilómetros cuadrados de superficie, en los que se extiende la gigantesca Mumbai, en la que, además, la lucha por la supervivencia es un verdadero desafío.
La vida nuevoapostólica pulsa al mismo ritmo que la vida de los demás habitantes de la India, cuenta el Apóstol a cargo de la asistencia espiritual en este subcontinente. El típico indio nuevoapostólico se siente en casa en cualquier lugar, en cada comunidad, a pesar de la gran cantidad de diferencias culturales que existen”.
De todos modos, en la gran metrópoli que es Mumbai tampoco hay tantas dificultades con la sociedad de castas y las confesiones religiosas como en las ciudades más pequeñas. El día a día en Mumbai es, sin duda, para resilientes: “Es necesario ser ‘duro y tenaz’, y suficientemente inteligente para poder sobrevivir”.
En esta megaciudad, según el Apóstol, convive un muy amplio abanico de personas diferentes. Están los muy ricos y los muy pobres. Algunos tienen mucho de todo y otros no tienen nada de nada. La clase media entre ambos extremos es muy poco numerosa y prácticamente no cuenta. “Y justamente de esta parte de la población provienen los miembros de nuestra comunidad. Es como un grupo ‘sándwich‘ que están en el medio”.
Poco espacio, pero mucho corazón
Antes, Mumbai se llamaba Bombay. En el ínterin ha pasado a ocupar el primer lugar entre las ciudades más grandes de la India. Aquí, en la región metropolitana, están en casa 18 millones de personas. Esta región comprende la ciudad y su zona periférica. Hay quienes aseguran que son 20 millones. Nadie lo sabe a ciencia cierta en verdad. Con estas cifras, Mumbai es uno de los cinco centros de mayor concentración demográfica del planeta; en la ciudad propiamente dicha viven 12 millones de personas.
Mumbai es una ciudad sobrepoblada con muy poco espacio para el que tiene poco dinero. La gente intenta de todo y vive en cualquier lugar. Se conforma con cuatro paredes y un techo. Muchas veces no es mucho más que eso. La mayoría de las viviendas tienen una suerte de entrepiso, en el que conviven las familias de parientes o amigos, relata el Apóstol, con conocimiento. “En pocas palabras: si alguien quiere aprender cómo arreglárselas con una familia muy numerosa en un lugar más que restringido, podrá aprender algunos trucos en Mumbai”.
“Muchos de nuestros miembros son simples trabajadores que viven al día con lo que ganan». Otros trabajan como oficinistas, mensajeros, taxistas, empleados, personal doméstico. Son espiritualmente ricos, a pesar de no provenir de la clase alta más rica”. Y con lo poco que poseen apoyan a su Iglesia, hasta con recursos financieros. “¡Esto los constituye en un verdadero ejemplo!”
Mumbai aún es Bombay
El 12 de agosto de 1996, la ciudad de Bombay cambió su nombre por el de Mumbai, aunque muchos todavía la llaman por su nombre anterior. Hoy, esta ciudad boom se ha convertido en el centro financiero de la India, el corazón económico de la nación. Mumbai es muchas cosas a la vez: Bollywood, cricket y un bus de doble piso. Es lo viejo y lo nuevo, uno junto a lo otro. Y también es pobreza extrema de alcances inimaginables.
Los barrios pobres, los slums como se los llama, son los más grandes de Asia. Hasta es posible visitarlos pagando una ínfima entrada. La mitad de la población urbana vive en slums. En muchos casos, las condiciones sanitarias son extremadamente precarias. En los cuatro meses que dura la temporada de monzones llueve casi sin parar. Entonces se producen inundaciones y plagas y los desperdicios contaminan superficie y subsuelo.
Mumbai es una ciudad gigantesca. El que logra sobrevivir en ella, sabe mucho de la vida.