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Música sin límites: aprender en ensamble

septiembre 17, 2016

Autor: Andreas Rother

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La música es algo que se lleva en el corazón en las comunidades nuevoapostólicas de todo el mundo. Aunque las condiciones son completamente diferentes, lo único que ayuda muchas veces es un trabajo conjunto que trasciende los límites.

Buenos Aires, fines de agosto: 24 niños muestran en la iglesia San Miguel Nº 1 a unos 150 presentes, lo que aprendieron en sus instrumentos. Pertenecen a la escuela de música que regentea la Iglesia Nueva Apostólica en Argentina. – Niederhausen, principios de septiembre: tres días ensayaron 300 jóvenes músicos para la jornada de juventud en Hesse (Alemania). El ensayo final es público y tiene lugar en una gran sala.

Obstáculos en el comienzo

«A empezar de chico» dice la divisa con que la Iglesia Nueva Apostólica en Ghana quiere acercar a la nueva generación lo más temprano posible a la música. En forma similar a la Iglesia hermana de Nigeria y la Iglesia regional «República Democrática del Congo Sudeste» pone actualmente más atención en la formación musical de niños y jóvenes, como informan los sitios web regionales.

Pero los compromisos básicos son muy diferentes: formación previa, disponibilidad de instrumentos o también la posibilidad de asistir a clases, lo que para algunos es algo sobreentendido, para otros constituye un problema. Lo muestra el ejemplo de Nigeria: aunque el Apóstol Peter Gfeller en 1998 ya organizó una serie de capacitaciones, el proyecto quedó a mitad de camino por obstáculos financieros.

Se consigue en el segundo intento

Ahora el Apóstol Geoffrey Nwogu lo intentó nuevamente. Tres semanas duró un campamento musical efectuado durante las vacaciones, al que estaban invitados niños y jóvenes entre 9 y 16 años. Recibió el apoyo necesario de la Fundación Jörg Wolff de Alemania del Sur. Las cosas fueron tan bien que ahora los responsables quieren crear una orquesta.

Experiencias similares pudo reunir la Iglesia regional «República Democrática del Congo Oeste». Aquí también fracasó por dinero un primer intento de formación de los jóvenes, pues la escuela de música estatal es muy cara. El nuevo comienzo –la organización de una escuela de música propia– dirigida por un profesor de música también se logró con apoyo internacional: llegaron donaciones de instrumentos de Canadá, Sudáfrica, Alemania y las Filipinas.

Juntos es más fácil

Asimismo en un campamento musical efectuado durante las vacaciones escolares, se promovieron justamente los jóvenes talentos de Ghana. Los gastos se repartieron: mientras que la comunidad anfitriona se hizo cargo del alojamiento y la comida, las comunidades de origen financiaron los viajes de ida y vuelta de los niños y jóvenes.

Todo el mes de julio duró el campamento de orquesta en Lubumbashi en la República Democrática del Congo. El programa de formación creado de 2014 recibe el apoyo de la Iglesia regional Cabo. Los jóvenes músicos sudafricanos ya habían ofrecido en las últimas décadas una ayuda inicial parecida destinada a la capacitación en Zambia. Lo que resultó de ello se pudo escuchar en Pentecostés 2015.

Más que trabajo duro

No es un milagro entonces, que la medida para la formación musical nuevoapostólica venga de Ciudad del Cabo: el coro de niños de la INA que, entre otras actividades, entusiasmó en sus viajes de conciertos o en Pentecostés 2016 en Alemania. El motivo del éxito es, por cierto, la exigencia bien orientada y a largo plazo. No en vano la administración de la Iglesia cuenta allí con dos músicos con dedicación completa.

Pero los niños de Sudáfrica muestran una y otra vez que no alcanza sólo el trabajo duro para transmitir entusiasmo como músicos en la Iglesia. Pues cuando se presentan en el escenario, lo hacen en firme comunión, con una fe gozosa y una cordialidad descollante.

septiembre 17, 2016

Autor: Andreas Rother

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