Quienes piensan en Navidad suelen pintar en su mente un campo cubierto de nieve, montañas blancas, lagos helados. Pero a la vista del estado de ánimo global, este es un mundo de ensueño. Detrás de la fachada, la Navidad se ve diferente.
En muchos países del mundo, la Navidad es en realidad un simple registro en el calendario. O bien la religión predominante no reconoce la fiesta cristiana, o la política del país no permite que haya seguridad y protección, o los acontecimientos familiares tienden a convertir la fiesta de la alegría en días de tristes recuerdos. Para muchas personas, la Navidad es simplemente estrés. La alegría se convierte en decepción. Una vez más, un año termina en un caos de emociones…
Contra el espíritu navideño
Hay muchos hechos que hablan en contra del espíritu festivo:
- El cambio climático amenaza el futuro de la humanidad. Muchos están preocupados por el mundo en el que viven. La conferencia de Glasgow sobre el cambio climático deja a muchos observadores decepcionados. Solo existe esta tierra, dicen, y la estamos arruinando. A pesar de la Navidad, las previsiones para el futuro son poco halagüeñas.
- Todavía hay demasiadas guerras o conflictos armados en todo el mundo. Las estadísticas hablan de unas 25 guerras y cuatro conflictos armados, dicen las organizaciones de derechos humanos, por lo que la gradación entre guerra y conflicto ya suena como algo cínico. Desde Afganistán hasta República Centroafricana, pasando por muchos otros países: unos disparan, a otros se les dispara, ¡y todos sufren!
- Hay muchos países en este mundo que se ven afectados por la pobreza extrema. En Madagascar, Congo y Malawi, el 97% de la población vive con menos de cinco dólares al día. Son 150 dólares al mes o 1.800 dólares al año. Y a menudo, un único asalariado de la familia tiene tres trabajos a la vez. Y este fenómeno tampoco es del todo desconocido en los países industrializados.
- El World-O-Meter predice que solo en 2021 podrían sumarse más de 70 millones de personas al crecimiento de la población. Nacieron 120 millones de personas y murieron 50 millones. ¡Y cada número representa un destino! El ciclo eterno de la vida es todo menos romántico.
Habría muchas más columnas de cifras, hechos de la vida social, noticias tristes que podrían encontrar espacio aquí. ¡Pero basta! Es Navidad.
A favor del espíritu navideño
Los hechos que hablan a favor de un espíritu festivo también son, afortunadamente, muchos. La Navidad es lo que hacemos de ella. Este es el calendario de festividades del cristiano devoto:
Jesucristo vino a este mundo. Nació como verdadero hombre y verdadero Dios. Su llegada se celebró en pequeño, pero derramó gran gozo en el corazón de los seres humanos: “He aquí os doy nuevas de gran gozo…”. Muchos lo creyeron y lo siguen creyendo hoy en día. Su gozo navideño no consiste únicamente en regalos, salud, seguridad, sino en confianza y esperanza. La confianza en la omnipotencia de Dios no hace que la vida cotidiana sea más bella, pero hace más fácil soportar los imponderables y las incoherencias. La satisfacción es una cuestión del corazón y no está controlada únicamente por influencias externas.
El que coloca su esperanza en Jesucristo
- siente gozo, porque el gozo en el Señor es uno de los principios del Evangelio.
- tiene un futuro, porque la fe cristiana es un seguro para el futuro.
- nunca está solo, porque ha prometido estar con sus seguidores hasta el fin del mundo.
- gana la salvación de su alma, porque de eso se trata la Navidad, ¿no?
Una Navidad bendecida es una Navidad de esperanza y de futuro.
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