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¡No alcanza sólo con atenerse a los mandamientos!

enero 7, 2017

Autor: Peter Johanning

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Para muchos cristianos la fe se ha vuelto una tradición. Pero la fe cristiana también significa lucha, sufrimiento, seguimiento, mostrar obras. Explicaciones de un Servicio Divino con el Apóstol Mayor.

Pasadena no está lejos de Los Ángeles. La metrópoli en el oeste de los EE.UU. mostraba su mejor lado el último domingo de noviembre de 2016 cuando el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider celebró allí el Servicio Divino con la comunidad.

Las palabras de Isaías 48:17 fueron el material sobre el que predicó la máxima autoridad espiritual de la Iglesia: «Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir». Se trata, entonces, de la enseñanza apropiada y lo que el hombre tiene que hacer con ella. El Apóstol Mayor Schneider introdujo primero a la comunidad en el contexto histórico: «El texto bíblico se refiere al acto de salvación que realizó Dios en el pueblo de Israel. Con su misericordia liberó a su pueblo, para lo que tuvo que derrotar al faraón, y lo llevó a la tierra prometida». Esta liberación fue un acto de gracia. Gracia significa recibir el amor de Dios sin merecerlo. Pero Israel también se tuvo que someter a la voluntad de Dios para llegar a la meta. Fueron necesarios muchos esfuerzos, dijo el Director de la Iglesia: «Israel tuvo que cruzar el desierto y luchar contra sus enemigos».

Con esfuerzos a la meta

Hoy Dios quiere liberar a los hombres del dominio del pecado y llevarlos a su reino, dijo el Apóstol Mayor comparando el ayer con el hoy. «Esta salvación es una gracia que no nos podemos ganar. Para alcanzarla debemos orientarnos en la voluntad de Dios y hacer los esfuerzos necesarios».

Forma parte de esto creer en el «grandioso acto de salvación que realizó Dios»: el envío de su Hijo como Salvador del mundo. «Gracias a su sacrificio podemos ser salvos, mas como condición previa debemos creer en Jesucristo». Pero creer en el mensaje de Evangelio, siguió diciendo el Apóstol Mayor, también significa:

  • No sólo creer en el Hijo de Dios, Jesucristo, en su muerte y su resurrección, sino también en su enseñanza.
  • Hacer obras que respondan al Evangelio.
  • Perseverar en el Evangelio.

«Con el Evangelio no se pueden hacer negocios», dejó claro el dirigente de la Iglesia. No es un simple código de buena conducta o una referencia ética, mucho menos un libro con consejos para tener éxito en la vida. Antes bien, la necesidad de ser renacido de agua y Espíritu, celebrar la Santa Cena y prepararse para el retorno de Cristo, es inseparable de la enseñanza de Jesucristo, aclaró.

El seguimiento a Cristo es el camino

«Dios nos quisiera conducir a su reino y nos muestra el camino hacia allí: el seguimiento a Jesucristo». El Apóstol Mayor Schneider armó las partes necesarias para la salvación, como si fueran un rompecabezas: renacimiento de agua y Espíritu, festejo de la Santa Cena, así puede desarrollarse la vida divina. Pero depende del hombre

  • si se quiere esforzar: «el camino del seguimiento no es un camino cómodo». Si uno quiere la salvación de Dios, debe pelear y luchar.
  • si quiere sufrir con Cristo: «no alcanza sólo con atenerse a los mandamientos». Para ser como Cristo, el hombre tiene que vencer a la vieja criatura. Esto a menudo es doloroso.
  • si quiere ser paciente: «estamos en el camino a la patria celestial, pero aún no la hemos visto». Esperarla con paciencia no siempre es fácil.

«La redención completa la dará Dios a los que la anhelan entrañablemente».

enero 7, 2017

Autor: Peter Johanning

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