Color del sitio web:

apostles.today

No es cuestión de discusión

octubre 30, 2019

Autor: Peter Johanning

Imprimir
Escúchalo

Los cristianos creen que Dios es omnipotente. ¿Pero qué significa esto concretamente? ¿Y por qué es importante que lo sepa el creyente? Respuestas del Apóstol Mayor de un Servicio Divino.

Brampton está ubicada en la provincia canadiense de Ontario. Hasta allí viajó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider el 18 de agosto de 2019. El versículo bíblico que definió su prédica, dice: «Todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos» (Salmos 135:6).

Dios hace aquello que quiere

Al escucharlo por primera vez, este texto bíblico suena un poco extraño, comenzó sus explicaciones el Director de la Iglesia. No obstante, es solo una explicación de la omnipotencia de Dios: «Sabemos que Dios es omnipotente. Su poder no conoce límites. Puede hacer todo, nada es imposible para Él». Esto también significa que decide soberanamente aquello que hace. «Nadie le puede exigir lo que tiene que hacer, nadie lo puede obligar a algo, ningún hombre, ningún espíritu, ninguna circunstancia». Nada ni nadie lo puede influenciar.

En definitiva, esto también significa que el hombre no lo puede entender realmente, siguió expresando el Apóstol Mayor. «Su voluntad y sus pensamientos son mucho más elevados que nuestra comprensión de ellos». Pero, por más que quizás no lo entendamos, por más que quizás no coincidamos con su voluntad, Dios igual hace aquello que quiere. «Él quisiera que aceptemos su voluntad. Esto no es cuestión de discusión».

Él dice lo que hace y hace lo que dice

Sin embargo, siguió diciendo el principal dirigente de la Iglesia, esto no significa que Dios no conoce reglas o que obra sin ningún motivo. «¡No, Dios es fiel! Podemos confiar en Él. Él es la verdad. Él es justo. Él nos ama. Él dice lo que hace y hace lo que dice». Ahora naturalmente sería interesante saber lo que agrada a Dios: «¿Qué quiere, cuál es su voluntad?», preguntó el Apóstol Mayor. Esto es bastante fácil de responder: «Es claro que Dios quiere que el hombre viva en eterna comunión con Él. Por este motivo creó al hombre». Incluso la caída en el pecado no lo cambió en nada. «Él quiere la eterna comunión con nosotros. Y Él quiere salvar a todos los hombres».

Es decisión nuestra, decir que sí

Para esta salvación existe un único camino: ¡Jesucristo! «Para los seres humanos no hay otro nombre para su redención que este. Esa es la voluntad de Dios y debemos aceptarla. No podemos discutir al respecto». Si el hombre está de acuerdo o no, existe solamente un camino: Jesucristo.

Pero Dios dotó a los hombres de libre voluntad. No los quiere obligar a que sean redimidos, enfatizó el Director de la Iglesia. «Nos tenemos que decidir: ¿Decimos que sí a la voluntad de Dios o no?». Él le da al hombre las fuerzas –sean cuales fueren las circunstancias– para decir que sí a Dios. «Este es un punto muy importante: Dios siempre garantizará que tengamos libre elección para decidirnos por Él, decir que sí a su elección y seguirlo». Ya el Apóstol Pablo destacó que nada nos podrá separar del amor de Dios: ni principados, ni potestades, ni circunstancias, ¡nada!

Déjate salvar

«Dios quiere tener comunión con nosotros –para eso nos escogió–, Él se ocupa de que en cada situación, pase lo que pase, podamos decirle que sí». Y «mi redención depende de mi fe y de mi disposición a seguir a Dios y querer estar en eterna comunión con Él. Mi redención depende de mí y únicamente de mí. ¡Mi redención depende de mi fe!», así fue su insistente resumen al final de la prédica.

octubre 30, 2019

Autor: Peter Johanning

Imprimir