«Sucede también hoy que en tu vida, que en la comunidad no funcione todo como lo deseabas». El Viernes Santo el Apóstol Mayor habló de fracasar y triunfar en las pruebas y estableció un paralelismo con nuestra vida.
Más de 12.500 participantes pudieron ser contados en el Servicio Divino de Viernes Santo el 3 de abril de 2015 en Hesse/Renania Palatinado/Sarre, del que participaron por transmisión de video los países de Grecia, Luxemburgo, Turquía y Chipre. El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider, presente en la alcaldía de Kassel, basó su prédica en la palabra del Evangelio de Lucas, capítulo 22, versículos 61 y 62: «Entonces vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente».
La preparación llevó a Jesús a triunfar en la prueba
«El Viernes Santo no es en absoluto la fiesta del año preferida por los cristianos porque la mayoría dice: Ah, es un día tan horroroso. Se habla sólo de sangre, sufrimiento, heridas», expresó el Apóstol Mayor Schneider al comienzo del Servicio Divino. Pero mucho más importante que el padecimiento en sí, fue la reacción de Jesús en la prueba que tuvo que pasar. «Aquí tengo que sentir admiración por el Señor una y otra vez. Él lo hizo magistralmente», mencionó el Apóstol Mayor su reconocimiento.
El Apóstol Mayor explicó: «El Señor Jesús se preparó muy intensivamente para esa prueba, para ese día». Cómo se preparó Jesús, lo expuso valiéndose de tres aspectos:
- Preguntó por la voluntad de Dios. «En el tiempo previo se ocupó muy intensivamente de la voluntad de su Padre. Una y otra vez buscó, preguntó, investigó y reflexionó: ¿Qué es lo que quiere el Padre?»
- Pidió humildemente por la ayuda. «Era consciente de que sólo no podía lograrlo. No puedo hacerlo. Es imprescindible la ayuda de mi Padre. Él era humilde y sabía que sin Dios no lo lograría».
- Luchó consigo mismo. «Y luego, cuando las cosas se pusieron mal, o cuando fue consciente de que estaba por llegar el fin, luchó intensivamente en Getsemaní consigo mismo: ¡Debo, quiero hacer la voluntad de mi Padre!»
Sin preparación Pedro fracasó en la prueba
Pedro no siguió el ejemplo de Jesús. «Él también pasó por aflicción y fracasó totalmente. ¿Cómo pudo ser? ¿Por qué uno fue tan fuerte y el otro tan débil? Dependió de la preparación», explicó el Apóstol Mayor Schneider.
- Se opuso al plan de Dios. «Cuando el Señor le dijo lo que iba a suceder, que debía padecer, que iba a morir, Pedro dijo: ¡No, no puede ser!»
- Declinó la ayuda. «Pedro era muy seguro de sí mismo. Cuando el Señor lo previno: ¡Ten cuidado, me traicionarás, me negarás!, Pedro dijo: ¡Yo, no, nunca te negaré!»
- Se durmió a causa de la tristeza, en lugar de luchar. «Y cuando Jesús oraba intensamente luchando consigo mismo, ¿qué hacía Pedro? Dormía. La Escritura dice que dormía con los otros discípulos a causa de la tristeza».
Podríamos volvernos débiles como Pedro
«¿Qué tiene que ver esto con nosotros en este tiempo? La negación de Pedro también es actual para nosotros hoy». El Apóstol Mayor Schneider estableció un paralelismo con Pedro. «Creemos en el Señor Jesús. Creemos en el Evangelio. Amamos al Señor». Pero, dijo el Apóstol Mayor: «A veces somos débiles igual que Pedro».
- Buscamos excusas y culpamos a nuestro prójimo. «Pecamos. Pero no queremos admitirlo. Y entonces encontramos tantas disculpas y culpamos a nuestro prójimo, nos escondemos bajo razones a veces muy tontas».
- Buscamos el camino más cómodo, en lugar de aplicar la doctrina. «Pero entonces vienen aprietos y momentos difíciles y entonces notamos que, bueno, ahora no puedo obrar de acuerdo con el Evangelio».
- No somos siempre verdaderos discípulos. «Como hijos de Dios debemos dar testimonio de la actividad de nuestro Señor. ¿Siempre damos este testimonio? Festejamos la Santa Cena. El mismo Señor Jesús dijo: ‘En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros’. Y cuando uno mira alguna vez en las comunidades, ¿todo lo que todavía queda que no fue perdonado, donde falta reconciliarse y hacerlo con amor y en unidad?»
Prestar atención a la preparación
«Fíjate, así como Pedro fue débil, eso también nos pasa a nosotros». El Apóstol Mayor Schneider se refirió al amor de Jesús. «Jesús sólo nos mira con todo su amor. Tomemos conciencia: Sí, Señor, yo también fui débil. Y el Señor Jesús nos perdona».
«¡Pero la próxima vez lo puedes hacer mejor! Ten cuidado con la preparación. Piensa en Pedro. ¿Por qué fue tan débil? Su preparación no estuvo en orden. El Señor no nos reprocha nada en absoluto. Él nos perdona. En su amor nada ha cambiado. Pero Él tiene un deseo para ti, para mí: Mejora tu preparación. Ocúpate una vez entrañablemente de la voluntad de Dios. ¿Qué quiere el Señor? El mismo Señor Jesús dijo: Tendréis aflicciones a causa de la palabra de Dios. Estamos en este mundo. Y la voluntad de Dios es que vivamos en este mundo. Y las cosas son así en este mundo, si uno quiere vivir conforme al Evangelio y quiere estar estrictamente en el seguimiento, si quiere ser sincero, si quiere perdonar, si quiere ser obediente, si quiere guardar estrictamente los Diez Mandamientos, entonces la vida no es fácil», resumió el Apóstol Mayor.