Las obras de Dios son grandes. Sí, claro, así oramos y también cantamos. Pero el Altísimo no necesita esta alabanza. “Lo hacemos por nosotros mismos, no por Él”, dice el Apóstol Mayor y muestra que la obra más grande la experimentará el creyente en sí mismo.
Durante su primera visita a Bangladesh el 10 de noviembre de 2023 en Dhaka, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider utilizó el texto bíblico de Salmos 92:5: “¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos”.
“Hoy podemos alabar y adorar juntos a nuestro Padre celestial y a nuestro Señor Jesucristo. Y este es precisamente el significado del texto bíblico de hoy”, explicó el Apóstol Mayor Schneider. “Por eso nos reunimos en cada Servicio Divino. Cada Servicio Divino nos da la oportunidad de recordar cuán grandes son las obras de Dios”.
Jesús es el Vencedor
El Apóstol Mayor enumeró las obras que Dios hizo a través de su hijo Jesucristo:
- Cumple la voluntad de su Padre: “Nadie pudo detenerlo: le hicieron daño, lo mataron. Pero Él permaneció fiel, cumplió perfectamente la voluntad de su Padre y logró permanecer sin pecado hasta el final”.
- Ama perfectamente: “No solo amaba a los que lo rodeaban, sino que también se acercaba a los débiles, los marginados, los pobres y los pecadores. Incluso mientras sufría al final de su vida, no dejó de amar”.
- Tenía pensamientos profundos: “No daba a las personas lo que le pedían. Querían que hiciera milagros, esperaban que expulsara a los romanos y reconstruyera el reino de Israel… pero les trajo la redención”.
“Esa es la razón por la que celebramos a Dios en cada Servicio Divino, lo adoramos y alabamos”, explicó el Apóstol Mayor. Pero no porque Dios lo necesite. “Lo hacemos por nosotros mismos, no por Él”. El Apóstol Mayor enfatizó: “La obra y la victoria de Jesucristo son lo más importante en nuestra vida”.
Lo que Dios hace por la salvación
A continuación, el Apóstol Mayor se centró en el ofrecimiento de la salvación de Dios:
- Él hace mucho más que ayudar en la vida cotidiana: “Muchas personas esperan: ‘Dios me curará’. Esperan que Dios resuelva sus problemas. Pero la idea, el plan de Dios es mucho más grande. Él quiere que seamos liberados completamente del mal”.
- Él transforma por completo: “Nos toma a nosotros, pobres pecadores imperfectos, y nos transforma en la imagen perfecta de Jesucristo. Hace posible que nosotros, los pecadores, lleguemos a ser como Jesucristo, que era sencillamente perfecto. Esto es algo que ningún ser humano puede hacer”.
- Actúa más allá de todo lo comprensible humanamente: “Las obras de Dios están más allá de nuestra comprensión, pero tenemos la garantía de que Él actúa”.
Y aunque estas grandes obras proceden de Dios, a menudo solo pensamos en lo que nosotros, como seres humanos, hacemos por Dios. “Cambiemos este punto de vista”, dijo el Apóstol Mayor. “Piensa en lo que recibes de Dios, en lo que llegarás a ser a través de la transfiguración”.
Dios quiere redimir a todos los seres humanos
La redención de Dios incluye:
- La redención de todos los seres humanos: “Todos los seres humanos están incluidos en su plan de salvación. Nadie queda excluido. Él quiere llevarlos a todos a su reino”.
- La comunión con Dios y de unos con otros: “No solo quiere que seamos redimidos, sino también que lleguemos a ser un solo pueblo. Quiere que vivamos en perfecta comunión con Él, pero también unos con otros. Jesús quiere que lleguemos a ser uno, como Él y su Padre son uno”.
- El obrar de Dios que desafía la comprensión humana: “Hasta el retorno de Cristo, los miembros de la Iglesia no serán perfectos. Pero no te concentres en las debilidades de los seres humanos, sino recuerda que es la Obra de Dios y que Él puede utilizar las debilidades de los seres humanos para hacer grandes cosas”.
El Apóstol Mayor recordó una vez más a la comunidad que Dios dirige su Iglesia, no los seres humanos. Por eso se hace la voluntad de Dios, no la propia: “Confiemos en Jesucristo y sigámoslo hasta el final. Entonces todos alabaremos su nombre en su reino y cantaremos en la eternidad cuán grande es Dios”.