Color del sitio web:

apostles.today church.today seasons.today

«No hemos heredado la Iglesia de nuestros padres, sino que nos la prestaron nuestros hijos»

junio 11, 2016

Autor: Andreas Rother

Imprimir
Escúchalo

Apertura fue su segundo nombre, el futuro de la Iglesia su íntimo deseo. Dentro de una semana pasará a descanso el Apóstol de Distrito que lleva más tiempo en su ministerio en todo el mundo. ¿Quién es realmente «este» Wilfried Klingler?

«¿Qué le ofreció Daimler-Benz?». Esta pregunta le hicieron al gerente de calidad Klingler cuando renunció a Volkswagen. Había nacido en Renania del Norte-Westfalia en junio de 1949 y se había mudado Baja Sajonia para estudiar. Ahora, en 1987, el constructor de máquinas se enfrentaba al mayor desafío de su vida. Pero no como ejecutivo en la industria automotriz, sino como un Apóstol de Jesucristo.

«¿Me quieres dejar solo?». Esta pregunta le hicieron sólo seis años más tarde, cuando luchaba con manos y uñas defendiéndose de ser nombrado Apóstol de Distrito y Presidente de la Iglesia, primero en Baja Sajonia, más adelante en Sajonia-Anhalt y Sajonia/Turingia. A él mismo no le resultaba apropiado: uno como él, para una tarea como esa… Pero este hombre se desvive por su causa. Y esta es la causa que tiene que ser cumplida.

Un hombre para casos especiales

El Apóstol de Distrito Klingler fue un hombre para casos especiales: fue miembro del «Comité para asuntos especiales» precisamente cuando en Alemania tuvo mucha repercusión el tema de los «desertores». Además, fue uno de los que preparó el camino a la reconciliación con la Comunidad Apostólica. Y condujo el grupo coordinador, el comité central de todos los grupos de trabajo y de proyectos, durante el período tenso en el que surgió la obra básica «Catecismo».

Los dones que lo capacitan para esas tareas, los tiene en abundancia: cordialidad, fluidez, amplio interés, una gran formación, rapidez interpretativa, inteligencia analítica. Pero ante todo: es muy abierto. Lo caracteriza su apertura para la diversidad en los pensamientos, en la fe y en la vida. La uniformidad lo consterna. «Pero nosotros no somos cristianos «conejos de chocolate» –afuera todos igual de lindos y adentro huecos», le gusta decir.

Proyectos y Reforma

Wilfried Klingler diseñó innumerables proyectos. Dos cosas lo marcaron: la explicación sobre la responsabilidad personal del Apóstol Mayor Hans Urwyler. Y los principios guías «Servir y dirigir» publicados por el Apóstol Mayor Richard Fehr. Un año después de su aparición comenzó en 2002 un proceso de Reforma: ¿Son adecuados los principios guías? ¿Qué les falta todavía? ¿Qué hay que cambiar? Estas preguntas fueron formuladas en su área de actividad a los responsables de la juventud, a los dirigentes de comunidad y de distrito. «También se necesitan inconformistas», dijo al respecto en la transmisión de un Servicio Divino.

Lo que comienza como un proceso organizativo, desemboca en un desarrollo espiritual. Surge entonces la «Visión de la comunidad» 2010/2014, un programa de diez puntos para el camino hacia el futuro. Forman parte de este programa: la comunidad como punto central, ancla y motor, conducción cristiana a partir de una autoridad interior, no exterior ni formal, trato sincero y bondadoso con las debilidades y los conflictos. Con la ayuda de grupos de resonancia, este programa se prosigue en la base de la Iglesia.

«¡Sólo Dios merece la honra!»

Sí, el Apóstol de Distrito Klingler es un reformador, que como muy pocos ha dado muchos impulsos con proyección de futuro. Y esto no le gustó a todos y cada uno. Entonces uno se ve a veces en una dolorosa disyuntiva, como cuando en la propia Iglesia regional surgió una ola de críticas en contra de la interpretación de Iglesia que acababa de ser publicada. Esto deja sus huellas.

«No hemos heredado la Iglesia de nuestros padres, sino que nos la prestaron nuestros hijos». Este pensamiento fue impulsor en su trabajo. De todos modos, hay algo que fue más importante para él: una fe y un servir que tenga a Jesucristo en el centro. Y así también dice el lema que fue elegido para la visita del Apóstol Mayor en ocasión de su pase a descanso el 19 de junio de 2016: «¡Sólo Dios merece la honra!».

junio 11, 2016

Autor: Andreas Rother

Imprimir