Color del sitio web:

apostles.today faith.today

“No tengo nada más importante que decir”

12 02 2025

Autor: Simon Heiniger

Imprimir
Escúchalo

El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider terminó el año litúrgico 2024 con un llamamiento insistente: “¡Ven, Señor Jesús!”. Dedicó el Servicio Divino de Fin de año a esta exhortación central a orar. 

El dirigente de la Iglesia eligió el texto bíblico de Apocalipsis 22:17 como base para la prédica del Servicio Divino del 29 de diciembre en Alsdorf (Alemania): “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven”. 

Anhelo expresado en la oración

“Amados hermanos y hermanas, bienvenidos a este último Servicio Divino del año”, saludó el Apóstol Mayor a la comunidad. Subrayó que el Servicio Divino de Fin de año no es solo una oportunidad para mirar atrás, sino sobre todo un encuentro con Dios. La pregunta decisiva es: “¿Qué quieres decirle a Dios?”. Una de las respuestas más importantes es la oración: “¡Señor, ven!”, como expresión del profundo anhelo por el retorno de Jesús.

Un deseo con consecuencias

La oración “¡Señor, ven!” no es solo un deseo, sino una actitud en la fe. “Si realmente lo creemos, entonces nos preparamos para ello”, dijo el Apóstol Mayor. Esto significa:

  • Reconocer y hacer la voluntad de Dios: Quien ora con fervor por el retorno de Jesús debe estar dispuesto a orientar su vida como corresponde. La fe en el retorno no debe consistir solo en palabras, sino que debe tener efectos concretos en la vida diaria, una orientación concreta de la vida conforme a los mandamientos y principios divinos.
  • Querer cambiar: El retorno de Cristo no es un acontecimiento lejano, sino una realidad que requiere preparación: “Puedo cambiar, quiero hacer las cosas mejor”. El verdadero arrepentimiento no consiste solo en reconocer la necesidad de cambiar, sino en orientar concretamente la vida en la voluntad de Dios. 
  • No olvidar al prójimo: “También quiero que mi prójimo esté conmigo”. Este deseo va mucho más allá de un anhelo personal y significa también responsabilidad hacia el prójimo. Significa que cada cristiano tiene un papel que desempeñar quitando los obstáculos que podrían impedir que otros se conviertan a Cristo. Esto a través del ejemplo activo de hacer el bien y generar un ambiente en el que los demás se sientan invitados a acercarse a Cristo.

¿Estás realmente convencido?

El Apóstol Mayor planteó una pregunta central: “¿Todavía crees en el retorno de Jesucristo?”. Advirtió del peligro de ver esta promesa como una imagen meramente simbólica: “¡No, es una realidad divina!”. Jesucristo vendrá otra vez, no en un futuro lejano, sino en la existencia de cada creyente.

Estableció una comparación con la primera venida de Jesús: “Todo lo que se predijo se cumplió, pero para las personas de entonces, todo resultó muy diferente de lo que habían imaginado”. Lo mismo ocurrirá con el retorno. “No podemos imaginar cómo sucederá. Sin duda será muy diferente de lo que tú y yo imaginamos. Pero ocurrirá”. Por eso, la oración “¡Señor, ven!” no es solo una esperanza, sino una firme confesión de fe.

La esencia de la fe

“’Señor, ven’ es la quintaesencia de nuestras oraciones, lo resume todo. ‘Señor, ven’ es nuestra salvación. La pregunta es: ¿aún crees en ella? Si creemos, esta oración tiene su efecto, un efecto muy concreto en nuestro comportamiento diario, en nuestros pensamientos, palabras y actos cotidianos”, subrayó el Apóstol Mayor: “Sé que no digo nada nuevo, pero realmente no tengo nada más importante que decir: ¡Señor, ven!”.

Fotos: Frank Schuldt

12 02 2025

Autor: Simon Heiniger

Imprimir