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«Nos queremos reunir» – desde hace 90 años en Brasil

mayo 19, 2017

Autor: Andreas Rother

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Todo comenzó con un anuncio en un periódico. La Iglesia Nueva Apostólica Brasil celebra este año su 90º cumpleaños. Y lo hace con mucha música, una jornada de juventud que atraviesa las fronteras y una invitación no habitual a todos.

Wilhelmine Wyck se puso contenta cuando el propietario de la casa que alquilaban puso en sus manos un recorte de un periódico. «Amados hermanos y hermanas nuevoapostólicos…», así comenzaba el anuncio. Dos años antes, en 1925, Mimi, como era su sobrenombre, había llegado a Brasil proveniente de Alemania Occidental, con escala en los Países Bajos, junto a sus padres y sus cuatro hermanas. Desde entonces Mimi, de 18 años de edad, no había podido asistir a ningún Servicio Divino más.

«… nos queremos reunir», así seguía el texto del anuncio en el periódico. Lo había hecho publicar Josef Koller, quien ya se había mudado a Brasil en 1924 junto a su esposa y su hijo menor procedente de Alemania del Sur. Desde ese momento se había mantenido en estrecho contacto con el Apóstol Georg Schall. Y ahora buscaba establecer contacto con los hermanos y hermanas en la fe del sur del país.

Huyeron de la crisis económica

Las familias Wyck y Koller se contaban entre los numerosos europeos que habían huido a Sudamérica después de la Primera Guerra Mundial por las necesidades económicas. Desempleados y empobrecidos, muchos inmigrantes se vieron obligados a trabajar en la agricultura, donde no pocas veces eran explotados. Pero como venían con una sólida formación en profesiones muy solicitadas, en el curso de los años pudieron forjarse una nueva existencia.

Entre los inmigrantes también había muchos miembros de la Iglesia Nueva Apostólica, la mayoría de Alemania y Suiza. Biemann, Skalla, Freitag, Lipok, Krupski, son los nombres de las familias de las que informa Mimi Wyck. En la casa de su futuro suegro, Josef Koller, se realizó en noviembre de 1927 el primer Servicio Divino nuevoapostólico en Brasil.

Prohibición que regula el idioma de los Servicios Divinos

La primera visita de un Apóstol –con Sellamientos– siguió en 1930: al futuro Ayudante Apóstol Mayor Heinrich Franz Schlaphoff le había sido confiada Sudamérica como área de actividad, además de Sudáfrica, Australia y China.

Primero se predicaba en alemán, por la procedencia de la mayoría de los creyentes. Sin embargo, cuando Brasil entró en la Segunda Guerra del lado de los Aliados, el idioma fue prohibido. Desde ese momento, el idioma portugués que se habla en el país, se convirtió allí en el idioma de los Servicios Divinos.

La primera visita de un Apóstol Mayor a Brasil fue en el año 1978 cuando vino Ernst Streckeisen. A partir de 1983 el país perteneció a dos diferentes áreas de Apóstol de Distrito: el sur a Argentina y el norte como área misionera a Renania del Norte. Desde 2002 Brasil, junto con Bolivia, es un área de Apóstol de Distrito autónoma.

Largos caminos en un país gigante

Apenas 8.000 miembros tiene hoy la Iglesia Nueva Apostólica en Brasil, en un país que es tan grande que fácilmente caberían dentro de él toda Europa desde Escandinavia hasta el Mar Mediterráneo, desde Gran Bretaña hasta el Bósforo. «Las comunidades parecen islas». Lo que no disminuye para nada el compromiso de los hermanos y hermanas: sólo para los ensayos del coro y la orquesta previos a la visita del Apóstol Mayor en 2015, tuvieron que recorrer entre 350 y 1000 kilómetros en ómnibus afrontando ellos mismos los costos.

«Y el que quiera, venga…» podría ser el lema para la visita de este año del Director internacional de la Iglesia. Pues para la celebración del cumpleaños están invitados al Servicio Divino de fiesta que será en agosto, todos los miembros de la Iglesia a los que les sea posible emprender el viaje al noreste de Brasil. Además figuran en el programa: una jornada de juventud transfronteriza junto con los hermanos de la juventud de Uruguay, así como conciertos de coro en las diferentes comunidades de San Pablo.

mayo 19, 2017

Autor: Andreas Rother

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