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Obra de comunión a un alto nivel

agosto 17, 2017

Autor: Andreas Rother

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El Servicio Divino es más que oír la palabra de Dios, celebrar la Santa Cena y experimentar comunión. ¿Qué falta aquí? ¡La oración conjunta de la comunidad! Y de esto se trata. Siete motivos para juntar las manos juntos.

Los primeros cristianos perseveraban en la doctrina de los Apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Uno de estos aspectos destacó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider en el Servicio Divino del 14 de mayo de 2017 en Tilling (Filipinas): «Todos éstos perseveraban unánimes en oración». Así dice la frase central del extenso texto bíblico de Hechos 1:13-14.

La oración de la comunidad – el marco

«Esto no significa que hubiesen orado día y noche», explicó. Pero la comunidad se reunía tantas veces como era posible, y precisamente en el aposento alto de una casa. Allí estaban protegidos del ruido de la calle. «Más que nunca vivimos hoy en un mundo lleno de ruido y bullicio. Se necesita tiempo para prepararse para el Servicio Divino. No solamente para estar menos tensionados, sino para ordenar nuestros pensamientos, para que las cosas importantes estén en primer lugar».

«La oración de la comunidad es una obra colectiva», acentuó el Apóstol Mayor. Por supuesto, el siervo oficiante es el que pronuncia la oración en el altar. Sin embargo, «no es su oración, es la oración de la comunidad». El Director de la Iglesia apeló a los portadores de ministerio: «Por favor, no prediquéis cuando oráis. No debéis enseñar a la comunidad en la oración. Debéis hablar por la comunidad, de manera que cada uno en la comunidad se pueda unir a la oración».

La oración de la comunidad – el contenido

¿Cuál es el contenido de la oración conjunta de la comunidad? El Apóstol Mayor Schneider encontró respuestas en la Biblia, tomando hechos que acontecieron en un aposento alto o en una habitación ubicada en un piso alto.

  • A pesar de todos los riesgos a los que se exponía, Daniel ofreció alabanza y agradecimiento a Dios (Daniel 6:11): «La Iglesia de Cristo tiene la misión de presentar a Dios gloria y adoración. Mostrémosle con esto al mundo que creemos en Él, que tenemos motivos para agradecerle».
  • El profeta Elías pidió por salvación y gracia por el hijo de la viuda de Sarepta (1 Reyes 17:20-21): «También esto es la misión de la Iglesia de Cristo. Pidamos juntos por nuestra redención, pero también por la salvación de toda la humanidad».
  • Su sucesor Eliseo se presentó en intercesión por el hijo de la sunamita (2 Reyes 4:33): «Nosotros oramos juntos por todos los que sufren. No tenemos la misión de orar para que todos sean sanados. Pero tenemos el deseo de que nuestro hermano y nuestra hermana puedan disfrutar de la salvación y por eso oramos por ellos: ‘Dales la fuerza y el consuelo que necesitan para preservar la fe'».
  • Antes de Pentecostés, la comunidad imploraba por el cumplimiento de la promesa para que sea derramado el Espíritu Santo (Hechos 1:8): «Es y sigue siendo nuestro mayor deseo: ¡Padre, envía a tu amado Hijo! ¡Señor Jesús, ven pronto! Este anhelo debe sentirse también en nuestra oración conjunta».
  • Más tarde, la comunidad pidió por un don ministerial para que reemplazara a Judas (Hechos 1:24-25): «La Iglesia necesita buenos servidores. Seguramente hay muchos motivos para criticar, pues nadie es perfecto. Lo importante es que oremos por los siervos de Dios. Ellos necesitan la gracia de Dios, ellos necesitan la santificación de Dios, ellos necesitan la fuerza de Dios».
  • Cuando a Pedro y Juan les fue prohibido que predicasen, la comunidad oró por ellos para que tuviesen el denuedo necesario para la confesión (Hechos 4:29): «Anunciar el Evangelio no es solamente una tarea de los Apóstoles. Oremos todos juntos para que podamos dar testimonio de Dios y dar a conocer su palabra en el mundo».
  • Al lavar Jesús los pies a los discípulos (Juan 13:14), exhortó al perdón mutuo: «Confesamos nuestros pecados delante de toda la comunidad. ¿Somos conscientes de esto? Oramos por el perdón y nos perdonamos mutuamente. ¿Se ve esto después del Servicio Divino? Reflexionad alguna vez al respecto».

«Orar aún más de esta manera», apela el Apóstol Mayor a la Iglesia en todo el mundo. «Entonces experimentaremos que Dios responde a nuestra oración». Pues la promesa de Jesús de Juan 14:14 sigue siendo válida: «Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré».

agosto 17, 2017

Autor: Andreas Rother

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