Obra Misionera activa exclusivamente con fines humanitarios

Con gastos totales por un monto de 6,8 millones de euros en el año 2016, la Obra Misionera sería de lejos la organización caritativa con finanzas más sólidas entre todas las entidades nuevoapostólicas hermanas de todo el mundo. Pero esta suma no incluye solamente el dinero donado para proyectos humanitarios.

Y todo sucedió así: «Obra Caritativa Nuevoapostólica» se llamaba la entidad registrada el 23 de agosto de 1993 en el juzgado de Stuttgart. Fue la antecesora de la posterior «Obra Misionera» de la Iglesia Nueva Apostólica (INA) Alemania del Sur y según datos propios, la institución más antigua de esas características en la Iglesia Nueva Apostólica de Alemania.

Misión, más que anuncio

Su encargo primario (del latín «missio» = misión, encargo, envío) fue el anuncio del Evangelio de Jesucristo y, en relación con él, la asistencia espiritual. La edificación de comunidades cuesta dinero, ante todo en las áreas de África Occidental y Oriental, de las que se ocupa la INA Alemania del Sur. No en todas partes la Iglesia se pudo presentar desde sus inicios como una organización, explica la vocera de la Iglesia Susanne Raible cuando se le consulta. Aquí la Obra Misionera conformó una base institucional.

Pero estrechamente vinculado con el encargo de evangelización también está el mandamiento de amor al prójimo. Precisamente en vista de la gran necesidad material de las personas en los países atendidos, la Obra Misionera ya pronto sentó las señales necesarias haciéndose cargo de la coordinación y promoción de medidas humanitarias.

Al margen del sexo, el color de piel y la religión

«En la mayoría de los países entretanto hemos sido reconocidos jurídicamente», explica Susanne Raible uno de los motivos de la nueva creación de comienzos del año. Esto significa que la Iglesia Nueva Apostólica se puede presentar en los países atendidos como una organización y ya no necesita la Obra Misionera. De manera tal, la obra caritativa se puede concentrar ahora en la parte humanitaria de sus tareas. A tal efecto, la institución no sólo se ha dado un nuevo nombre, sino también un nuevo estatuto.

«La entidad pretende colaborar en aliviar la necesidad y la miseria en forma de hambre, enfermedad, pobreza
y otras formas de sufrimiento humano ayudando a que las personas afectadas
puedan vivir dignamente», dice allí bajo el punto «finalidad y tareas»: «La ayuda debe ser ‘ayuda para la autoayuda’ y posibilitar una mejora permanente de las condiciones de vida. Debe favorecer a personas que padecen necesidades, al margen del sexo, el color de piel, la religión, la nación y el origen».

Establecer sus propios puntos centrales

Más de 1,1 millones de euros fueron puestos a disposición por la Obra Misionera según el balance 2016, el último que fue publicado, y no para la realización de proyectos organizados por la entidad misma, sino como subvención donada a organizaciones aliadas. Esta estrategia también está prevista para «human aktiv», explica la vocera de la Iglesia. ¿Por qué una institución propia? ¿El dinero también podía ir directamente a otras organizaciones?

A estas preguntas, Susanne Raible tiene dos respuestas. Por un lado, «nos resulta importante de las donaciones fluyan 100 por ciento a los proyectos», dice destacando que en la propia institución no se efectúan deducciones para costos administrativos. Por el otro, por la entrega independiente de la ayuda financiera se pueden acentuar los puntos centrales en cada caso, guiando la atención pública a determinados proyectos. «De ello sacan provecho las organizaciones y muchas veces lo hacen a largo plazo».

Este pensamiento implica una nueva innovación: las instituciones interesadas en el futuro podrán solicitar ayuda para recibir el apoyo de «human aktiv». Ya existen a tal efecto lineamientos de promoción y formularios de solicitud para ser descargados. Lo que no cambia en todo esto son las prioridades: los temas centrales anuales en el interior del país y el programa «Pan – Pozos de agua – Puentes» en el exterior.