
Fe, comunión y una actitud caribeña ante la vida: en Jamaica, la Iglesia Nueva Apostólica une a las personas: con corazón, dedicación y una dosis extra de “One Love”.
Despertar histórico con impacto global
Cuando el 8 de marzo de 1965 se fundó en Jeffrey Town la primera comunidad nuevoapostólica fuera de Norteamérica, nadie podía imaginar el desarrollo que se produciría. El Apóstol de Distrito Kraus tuvo el valor de ponerse en camino, sentando así las bases para una red espiritual que hoy se extiende por 72 países de todo el mundo.
Casi 60 años después, el fin de semana del 9 de marzo de 2025, miembros de las siete comunidades de la isla se reunieron para un Servicio Divino con el Apóstol de Distrito John Schnabel y el Apóstol Robert Ferguson en la iglesia de Kingston. Se reunieron 186 hermanos y hermanas, una comunidad viva y alegre, llevada por la convicción y la calidez caribeña. El día anterior se celebró en Jeffrey Town un taller con 42 miembros. Uno de los temas fue el poder del perdón, en el sentir del verso de un canto que no solo casi todos los jamaicanos conocen:
“Is there a place for the hopeless sinner
Who has hurt all mankind just to save his own?”






Cuando la despedida se convierte en una celebración de la comunidad
Este verso de “One Love”, de Bob Marley, plantea la cuestión de la reconciliación, de la responsabilidad y de un lugar para todos. En Jamaica, la fe tiene muchos timbres y la Iglesia Nueva Apostólica añade su propia voz a este coro. Esto es particularmente impresionante cuando se trata de una despedida y del luto.
Pues los funerales en Jamaica son mucho más que un acto oficial: son acontecimientos sociales significativos. Semanas de planificación, grandes multitudes, elaborados preparativos: los funerales unen a familias, amigos y vecinos, a menudo más allá de las fronteras nacionales. Pueden pasar semanas o incluso meses antes del funeral propiamente dicho. La gente se toma su tiempo: para la organización, para que lleguen los familiares, para que la comunidad se reúna.
Fe, cultura y consuelo, de la mano
Shorn Stephenson, dirigente de distrito residente en Jamaica, describe cómo se organiza este proceso: con la tradicional “excavación de la tumba”, en la que familiares y voluntarios cavan juntos la tumba. Esto va acompañado de docenas, a veces cientos, de invitados que celebran y hacen nuevos amigos. Shorn Stephenson recuerda: “Antes, en mi infancia, solía hacerse al mismo tiempo el ataúd. Los carpinteros se reunían en casa del difunto, tomaban la madera en bruto y la trabajaban para hacer un hermoso ataúd”.
A continuación, se celebran las “Nueve noches”, nueve veladas de recuerdo conjunto, especialmente populares en las zonas rurales. La gente visita la casa del difunto, le expresa su apoyo y ánimo, y pasan tiempo juntos y jugando.
La última noche antes del funeral se celebra un gran “velatorio”, con mucha música. “Es como la comida de los cinco mil. Duraba hasta altas horas de la madrugada. La música y los cantos (sobre todo música góspel) están a la orden del día”, dice el Anciano de Distrito.
El entierro, el “día del funeral”, comienza con un Servicio Divino y suele terminar con una abundante comida para todos los presentes. Los honores en forma de cantos y discursos en memoria del difunto suelen ocupar mucho tiempo.
Esperanza que perdura
En las descripciones de Shorn Stephenson queda claro que despedirse en Jamaica es un acto de comunión, y no algo solitario. La dimensión religiosa está profundamente arraigada. En medio de las emociones, los cantos y los recuerdos, siempre resuena la esperanza: la esperanza de la resurrección, del reencuentro, de seguir viviendo con Dios.
Los cristianos nuevoapostólicos de Jamaica combinan estas tradiciones culturales con su fe: las palabras de consuelo de la Biblia, la oración común y el pensamiento de la comunión eterna con Cristo sirven de apoyo. La Iglesia se convierte en un lugar de vinculación, más allá de la vida misma.
De este modo, las tradiciones de fe y las expresiones culturales se encuentran en Jamaica de una manera muy especial. El resultado es una espiritualidad profundamente arraigada en la historia, abierta a la comunión y llena de música, emoción y amor.
“As it was in the beginning (one love)
So shall it be in the end (one heart), alright
Give thanks and praise to the Lord
And I will feel alright
Let’s get together and feel alright.”
Photo: NAC USA