Oportunidad única de conocer nuevos mundos

Desde 2017, las organizaciones de ayuda NAK-karitativ y NACRO envían a jóvenes a África para que adquieran experiencias interculturales. Este año, a partir de septiembre irán a Malawi. El plazo para presentarse finaliza el 30 de abril.

Ir hacia el mundo

Stephanie estuvo casi un año en Zambia. En el verano de 2018, la entonces joven de 22 años había terminado su licenciatura y entonces se aventuró hacia lo desconocido. A través de la organización de ayuda alemana NAK-karitativ, Stephanie llegó al programa financiado Weltwärts (= hacia el mundo), un servicio de voluntariado que permite a los jóvenes involucrarse en el extranjero.

Con financiación del gobierno alemán, los jóvenes conocen otras culturas, aprenden a actuar en forma solidaria y se desarrollan personalmente. “El entendimiento mutuo pretende estrechar lazos entre distintas formas de vida y contribuir a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU”, dice en la página web de NAK-karitativ.

Stephanie puede confirmarlo por sí misma: “Colaborar en los proyectos me permitió conocer el país en sus múltiples facetas y estoy orgullosa de haber podido trabajar allí durante un año. Pude aprender de personas cuya vida es muy diferente a la mía y miro atrás a este año llena de gratitud”. En lo personal, el voluntariado le dio impulsos completamente nuevos. Tras regresar a Alemania, empezó otra carrera.

Los organismos de ayuda colaboran estrechamente entre sí

La organización de ayuda africana NACRO (New Apostolic Church Relief Organisation) es el brazo caritativo del área de Apóstol de Distrito Zambia, Malawi y Zimbabwe. Promueve proyectos que apoyan a los pequeños agricultores, aseguran el suministro de agua y saneamiento, y fortalecen económicamente a los grupos destinatarios.

NACRO está llevando a cabo actualmente el primer proyecto en Malawi. Y aún necesita ayuda dinámica para ponerlo por obra. Por ello, NAK-karitativ, como organización asociada, desea enviar a jóvenes a Lilongwe, la capital de Malawi, con el programa Weltwärts del gobierno alemán. El plazo para presentar las solicitudes se ha ampliado hasta el 30 de abril.

Candidatos: presentarse rápidamente

Se debe tener al menos 21 años, contar ya con cierta experiencia profesional o haber finalizado sus estudios, saber escribir y hablar bien inglés, disfrutar de una amplia gama de trabajos –incluido el trabajo de oficina–, ser de mentalidad abierta y trabajar en equipo, tener buena capacidad de comunicación, estar familiarizado con MS Office y estar dispuesto a asumir responsabilidades. Los candidatos que cumplan estos requisitos todavía se pueden presentar a la mayor brevedad posible.

Después comienza la aventura, pero primero hay volver a la escuela. En un seminario de unas dos semanas, los jóvenes voluntarios conocen la realidad de la vida y el día a día en el país y aprenden a actuar en situaciones de emergencia. También reflexionan sobre su propio papel como voluntarios internacionales y se enfrentan al racismo, los estereotipos, el colonialismo y sus propios privilegios. Y se los introduce en cuestiones de política de desarrollo utilizando métodos de aprendizaje global. Una vez resueltos los temas del visado, las vacunas y el idioma, en septiembre parten hacia África.

En la oficina y cerca de la gente

En Lilongüe, los voluntarios apoyarán al equipo de la NACRO en las tareas cotidianas de oficina y papeleo. Organizarán cursos de formación para los grupos destinatarios, redactarán solicitudes de proyectos e informes y supervisarán los proyectos localmente.

Esta última fue una de las tareas favoritas de Stephanie: “Me gustó especialmente conocer los diferentes proyectos y visitarlos dentro del país”, dice. “Desde mi punto de vista, el programa ofrece una oportunidad única de ir durante un periodo de tiempo más largo a un país al que probablemente no viajarías así como así. África es rica en cultura, tradición e innovación. Los voluntarios aprenden a trabajar en un equipo intercultural y a vivir en una sociedad diferente. Al mismo tiempo, también empiezas a mirarte a ti mismo y a tu propio país mucho más de cerca y a ver las cosas desde otra perspectiva. Esto es especialmente valioso para los jóvenes. Además, trabajar en una ONG es muy variado y emocionante”.

A todos los posibles candidatos, les dice: “Ante todo, hay que tener la mente abierta, no tener prejuicios y ser curioso. Muchas cosas son diferentes en el servicio voluntario y en el país de lo que podrías haber imaginado de antemano. No hay que tener miedo a salir de la zona de confort y acercarse a la gente, su país y su cultura”.