En las Filipinas, más exactamente en la isla de Cebú, se pueden imaginar muchas cosas: por ejemplo, una deliciosa comida navideña de tipo sajón con bollos. Un chef alemán lo hace posible.
Frank Hoyer nació en Sajonia, Alemania. Vive desde 2015 en Cebú y emigró hacia allí con su familia. Una enfermedad que superó, lo obligó a buscar un clima más cálido. Su familia –su esposa Sandra y sus dos hijas Ann-Katrin y Antonia Carolina– participó contenta de la mudanza. Fue el 3 de octubre hace tres años. Entretanto la familia se acostumbró al nuevo lugar donde viven.
Y la fiesta de Navidad, ¿cómo la festejan? La Nochebuena, el 24 de diciembre, van vestidos bien elegantes y con ánimo festivo a festejar al Hotel en Cebu-City, así es su plan. No está nada mal celebrar la fiesta de las fiestas de esta manera, dice el Pastor Hoyer. En el hotel, la atmósfera es «muy tranquila y bien navideña». Y «hay un árbol de Navidad de diez metros de alto y el chef alemán del hotel prepara la cena navideña de tipo sajón: con bollos, especialmente solo para nosotros». Aunque no hay ganso, sí hay un pavo sobre la mesa siempre adornada festivamente. «Esta es una pequeña tradición nuestra y la amamos mucho».
Sin árbol de Navidad, pero con regalos
En esta región no existen árboles de Navidad naturales, dice Frank Hoyer. Y a la familia no le gusta un árbol artificial, por lo que la casa de los Hoyer no tiene árbol de Navidad. Al fin y al cabo, estos árboles enormes adornados festivamente están en todas partes en la ciudad, en los hoteles y centros de compras. En estos últimos la familia también compra sus regalos para obsequiarse entre ellos. O bien los compra online, de China, que no está tan lejos.
Una gran fiesta cristiana
Navidad en las Filipinas, ¿cómo se conjugan? Muy bien, describe la situación el Pastor nuevoapostólico. Alrededor del 90 por ciento de las personas allí son de fe católica. Navidad, por lo tanto, es muy conocida, es una de las grandes fiestas cristianas del calendario litúrgico. Y ya comienza en septiembre: en los centros comerciales ya se escuchan los primeros cantos navideños y un sinfín de cadenas de luces empiezan a iluminar los corredores. En todas partes en los alrededores se festeja y se hace música. «Todos celebran la Navidad, la mayoría en grupos grandes, pues las familias filipinas son numerosas. En Nochebuena aumenta notablemente el nivel sonoro, por lo que la noche de Navidad se convierte en la noche más ruidosa del año».
El ánimo festivo de la gente dura mucho, pues en enero comienza en Cebú el festival Sinulog. «Entonces se festeja durante todo el mes, hasta febrero».
Calor en lugar de nieve
Más de 35 grados Celsius, esta es la temperatura normal en Navidad. En los Montes Metálicos, de donde proviene la familia, era totalmente diferente. «Pero el clima no determina nuestros pensamientos», dicen los cuatro Hoyers al unísono. Navidad es, finalmente, una cuestión del corazón. «La música navideña de los Montes Metálicos, hornear galletitas, las decoraciones navideñas, encender velas aromáticas, cantar cantos navideños y el tiempo que pasan juntos hacen que tengamos el mismo espíritu navideño que en Alemania». Y si quieren que haga un poco de frío, simplemente viajan 20 minutos hasta el centro de compras más próximo: allí hay unos 18 grados, en comparación una temperatura agradable, donde incluso se encuentra una pista de hielo.
Servicio Divino en Cebú
La familia celebra el Servicio Divino de Navidad el 25 de diciembre a las 10 de la mañana en la comunidad Cebu-City. Después del Servicio Divino todos están invitados a una comida en conjunto. «La comida conjunta es una de las tradiciones centrales más importantes por la que uno va uniéndose y conociéndose más de cerca».