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Pentecostés y Pascua van juntos

junio 4, 2019

Autor: Peter Johanning

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Hoy el Espíritu Santo gobierna la Iglesia. La resurrección y la ascensión de Jesús le han dado espacio al viento de Dios que sopla reciamente por entre los bancos de la Iglesia. Aquí lo que nos espera en los Servicios Divinos de junio.

Los calendarios litúrgicos de las diferentes Iglesias están de acuerdo en que el domingo de Pentecostés constituye el final del tiempo de Pascua. Pascua, el tiempo más importante del calendario eclesiástico, nos recuerda la muerte y resurrección del Señor. Pero no es el final: Jesús le promete a su comunidad que le dará el Espíritu de Dios. Para que las cosas sigan su curso, para que los cristianos sigan reflexionando, sigan involucrándose y puedan seguir creyendo. El día 50 después de la resurrección de Cristo, el Espíritu Santo llenó a los discípulos del Señor cuando estaban reunidos en Jerusalén. Debían seguir trabajando sin el Maestro. Para la Iglesia comenzaba una nueva época, por lo que Pentecostés también es llamado el cumpleaños de la Iglesia.

La actividad del Espíritu Santo

Los Servicios Divinos nuevoapostólicos de junio se referirán a este tema. El domingo antes de Pentecostés, la comunidad todavía espera el Espíritu Santo. Es alentada a pedir por el conocimiento de la verdad del Evangelio. El Espíritu Santo debe guiar a la comunidad y establecer los parámetros. Y después, en Pentecostés, los creyentes recuerdan el derramamiento del Espíritu Santo y, con ello, la fundación de la Iglesia de Cristo. Es importante recordar que algo nunca cambió en la historia tan variada de la cristiandad: El Espíritu Santo mantuvo viva la fe en Jesucristo como el Hijo de Dios. En todos los tiempos estuvo activo en la Iglesia preservando los elementos esenciales del Evangelio.

La vida cristiana continúa

¿Y después? ¿Qué viene después de Pentecostés? El domingo después de Pentecostés está dedicado a la santa Trinidad de Dios. El foco está en las tres personas divinas. La fe en que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son el Dios uno, es el elemento que vincula a los cristianos. La fe en la Trinidad de Dios es de importancia central para los cristianos nuevoapostólicos. En el Catecismo dice al respecto que Dios, el Padre, es alabado como Creador y Sustentador, Dios, el Hijo, que adoptó la condición de hombre en Jesucristo, como Redentor, y Dios, el Espíritu Santo, como asistencia y Creador de lo nuevo (Catecismo INA 3.2.4 / Catecismo INA PyR 66 y 529). Nuestra respuesta a esto es nuestra vida.

El que tiene la esposa, es el esposo

El cuarto domingo de junio está orientado a Juan el Bautista, quien según palabras de la Sagrada Escritura tenía un carácter algo ambivalente. Hoy se lo llamaría un carismático. Él mismo se llamó el precursor, el que dirigía a la gente a Jesucristo y testificaba de que Jesús es el Cristo. Es interesante su afirmación de que: “El que tiene la esposa, es el esposo”: “Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él. El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido” (Juan 3:28-29).

El último domingo de junio la prédica ya se vuelve a enfocar en la preparación para el Servicio Divino en ayuda de los difuntos. ¡El tiempo pasa volando! Nuestra intercesión por los difuntos debe llevar la impronta de la nostalgia por la comunión con el trino Dios.

Foto: Thaut Images – stock.adobe.com

junio 4, 2019

Autor: Peter Johanning

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