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Perspectiva celestial

29 01 2025

Autor: Simon Heiniger

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¿Qué significa ser ciudadano de los cielos? El Apóstol Mayor dirige nuestra atención a la comunión eterna con Dios y al retorno de Jesucristo. Un camino que termina en la perfección y culmina en el servicio a los demás.

En su Servicio Divino sorpresa en la comunidad Kehl (Alemania del Sur) el 10 de noviembre de 2024, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider abordó una promesa que a los cristianos no solo les da esperanza, sino que también determina toda la perspectiva de su vida.

Ciudadanos del cielo

El mensaje del Apóstol Mayor se basó en el pasaje bíblico de Filipenses 3:20-21: “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante a su cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas”.

Los cristianos se convierten en ciudadanos de los cielos a través del Bautismo, explicó el Apóstol Mayor. Dios ha tendido un puente y ha hecho posible el acceso a Él. No obstante, los creyentes viven en medio del mundo, cumplen con sus tareas y disfrutan de los placeres de la vida, pero siempre con el conocimiento de que su verdadero hogar no es de este mundo. “Lo decisivo para nosotros no es lo que el mundo quiere, sino la voluntad y la ley de Dios”.

La fe en el retorno de Cristo

Otro punto central de la prédica fue la espera del retorno de Jesús. Los cristianos nuevoapostólicos, dijo el Apóstol Mayor, no esperan la muerte o el fin del mundo para luego ser redimidos de todo: “Esto está en consonancia con nuestra convicción de fe”. La fe nuevoapostólica parte de la base de que Dios interviene activamente en la historia. “El retorno de Cristo es tan seguro como su nacimiento, su encarnación, su resurrección y su ascensión”.

Animó a buscar la conversación con Dios cuando la fe en el retorno de Cristo se debilite. La comunión con otros creyentes y con los portadores de ministerio también puede ayudar a volver a centrarse en la promesa de Jesús. Creer en su retorno no es solo una esperanza, sino una piedra angular de la fe cristiana.

Redención y perfección

El retorno de Jesús también va acompañado de una transformación. Dios no solo redimirá a los creyentes del sufrimiento y la muerte, sino que también los hará perfectos en espíritu, alma y cuerpo. El cuerpo nuevo estará entonces libre de dolor, enfermedad y envejecimiento, un estado lleno de armonía y alegría.

Pero esta transformación es más que una liberación del sufrimiento terrenal. Es la culminación de un proceso que ya ha comenzado. Los cristianos se esfuerzan por ser como Cristo, llenos de confianza en Dios, de amor a Él y al prójimo. Es “una salvación por gracia, porque nosotros no podemos lograrla”, explicó el Apóstol Mayor. “Es la gracia de Dios la que hace perfectos a los creyentes”.

Comunión y servicio

La perfección en Cristo conduce a una profunda comunión con Dios y con los demás. El Apóstol Mayor describió la visión de una comunión perfecta en la que todo lo imperfecto ha desaparecido.

Esta perfección también capacitará a los creyentes para trabajar como sacerdotes de Dios en el milenario reino de paz. “Los creyentes podrán contribuir de forma perfecta a que otras personas también encuentren la comunión con Dios”.

Photo: NAK Süddeutschland

29 01 2025

Autor: Simon Heiniger

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