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Pescado y sésamo contra el hambre

septiembre 30, 2020

Autor: Martin Petzoldt

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Con un conjunto de medidas, NAK-karitativ ayuda a combatir el hambre entre los pobladores de Burkina Faso. Se ha iniciado el cultivo de semillas de sésamo, se han fundado cooperativas de agricultores y grupos de ahorro y crédito. Y se están emprendiendo más medidas de ayuda…

Burkina Faso significa traducido: “Tierra de hombres honorables”. Es un estado del África Occidental en la región subsahariana que limita con Malí, Níger, Benín, Togo, Ghana y Costa de Marfil. En 1960 la antigua colonia francesa “Alto Volta” logró su independencia y en 1984 pasó a llamarse Burkina Faso. Habitan en una superficie de unos 270.000 kilómetros cuadrados 20 millones de personas, siendo uno de los países más pobres del mundo. A menudo la gente tiene menos de un dólar al día para vivir. Sufren períodos recurrentes de sequía, por un lado, y de inundaciones debido a las fuertes lluvias durante la estación lluviosa, por el otro. Además, la población está agobiada por la creciente amenaza de las luchas por las tierras de pastoreo.

Medidas contra el hambre

Con varias medidas, NAK-karitativ ha ayudado a las personas de las zonas rurales a obtener ingresos. En 2013 comenzó con medidas contra una gran hambruna en el sudeste del país introduciendo el cultivo del sésamo. Los agricultores encontraron una forma sostenible de cultivar para su propia comida. Luego se fundaron cooperativas de agricultores y grupos de ahorro y crédito. Juntos, los miembros ahorraron algo de dinero para poder pedir pequeños préstamos del capital del grupo para sus actividades de ingresos individuales.

El sistema funcionó y los grupos pudieron hacer provisiones para la recurrente escasez de alimentos. En Burkina Faso también es popular la carne de cerdo. El 20 por ciento del producto nacional bruto del país se genera con animales de granja como cerdos, pollos y peces. NAK-karitativ puso el foco en la cría de animales. La organización de ayuda regional Poteram Si Volebam demostró ser un buen socio; se construyeron en varios lugares granjas de cerdos, establos comunitarios para la cría de aves de corral y estanques interiores para la industria pesquera.

La cría de cerdos en las aldeas se lleva a cabo en su mayoría según los métodos tradicionales. Los habitantes se encargan juntos de la cría, que tiene lugar en un área comunitaria del pueblo. El trabajo de cuidado y pastoreo es simple, permitiendo incluso a las personas con pocos conocimientos la oportunidad de ganar algo de dinero. Los cerdos pasan la “noche” o incluso los “días calurosos” en pequeños y oscuros corrales de arcilla o atados a una estaca. La cría de cerdos en los alrededores de la ciudad de Bobo-Dioulasso es más profesional. Allí se promueven las razas porcinas “korhogo” y “blanca grande”. Reaccionan mejor al gran calor y a la luz solar intensa. También tienen una tasa de crecimiento más rápida y producen camadas más grandes.

En la ciudad de Dédougou se han construido grandes establos y se han formado y empleado agricultores que se ocupan exclusivamente de la cría de cerdos. Un cerdo ya criado pesa hasta 80 kilogramos. Los excedentes de las ventas se transfieren a los grupos de ahorro y crédito. Los activos así aportados se ponen a disposición de otros agricultores en forma de microcréditos. El sistema funciona bien y las familias pueden usar el dinero para financiar su propia cría de animales pequeños.

Avicultura y piscicultura

Antes de que NAK-karitativ iniciara sus actividades junto con su socio, el grupo “Wend Naam” dirigía su proyecto conjunto de cría de aves de corral cerca de Kédougou (a unos 100 kilómetros al oeste de la capital Uagadugú) solo a tiempo parcial para complementar sus escasos ingresos como soldadores, maestros o propietarios de quioscos. “A menudo por las noches tenemos que llevar a nuestros hijos a la cama con hambre debido a nuestros bajos ingresos”, escuchaba decir una y otra vez el director del proyecto. Estas frases se han vuelto muy raras, porque con el apoyo del grupo la situación ha cambiado.

Después de observar el mercado, nació la idea de construir una granja avícola en un terreno de la aldea. El proyecto comenzó con 300 gallinas ponedoras y 30 gallos. Además, se criaron gallinas de Guinea. En doce incubadoras se incuban los huevos y así se produce un suministro de pollitos para otros clientes. La estación de cría de pollos genera su propia electricidad con un sistema solar. La cría de aves de corral se complementa con el cultivo de hortalizas durante la estación seca.

Aún una mirada al pescado, que es un alimento que no puede faltar en las mesas de Burkina Faso. El consumo de pescado proporciona las proteínas esenciales para la vida frente a la frecuente malnutrición. La producción de pescado también es considerablemente más barata que la de carne. Hay que tener en cuenta que Burkina Faso, como país sin litoral, depende de las importaciones de pescado. ¡Eso es muy caro! Tras la rápida disminución de las poblaciones de peces debido a la sobrepesca y a la contaminación de los ríos nacionales, se ha puesto en marcha un proyecto de pesca con el grupo de agricultores “La Paix”. Las áreas para la construcción de los estanques de cría ya se han encontrado y dispuesto.

La situación actual

Las cuatro formas de seguridad alimentaria (sésamo, cerdos, aves de corral y peces) requieren cuidados intensivos y estímulo. La ejecución de los proyectos no siempre es fácil porque las difíciles condiciones de infraestructura, como la interrupción de las cadenas de suministro de forraje y semillas, la disminución de las capas freáticas, las enfermedades animales o las vacunas inadecuadas suelen causar grandes dificultades a los pequeños agricultores.

No todos los proyectos funcionan bien de inmediato. Los conocimientos adquiridos en los proyectos pueden transferirse a otras regiones del África Occidental. La pandemia del coronavirus ha provocado una situación alimentaria tensa en los países del África Occidental. NAK-karitativ está preparando medidas de ayuda específicas.

El informe fue publicado previamente en la revista «Unsere Familie» edición 11/2020.

septiembre 30, 2020

Autor: Martin Petzoldt

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