Por qué un maestro cuelga del techo en una tela
Escuela dominical, ¿algo sobreentendido? No en África, donde viven alrededor del 85 por ciento de los miembros de la Iglesia Nueva Apostólica. Desde 2015 la escuela dominical es un programa oficial en toda África. ¿Y cómo se desarrolla? Un ejemplo.
«Este es mi programa para África». Con estas palabras finalizó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider el sábado de Pentecostés de hace tres años en Lusaka (Zambia) su alocución ante casi todos los Apóstoles del continente. “Les pido, mis amados Apóstoles, que prioricen estas dos tareas: capaciten a los dirigentes que necesita la Iglesia del futuro y establezcan la escuela dominical hasta en las comunidades más alejadas».
Esto es un gran desafío, lo sabe la máxima autoridad de la Iglesia. Al fin y al cabo, él mismo fue por muchos años como Apóstol de Distrito el responsable de los alrededor de 1,5 millones de hermanos y hermanas en la mitad suroriental de la República Democrática del Congo. Falta de maestros y falta de dinero para el material de enseñanza, cita como las dificultades principales.
Ninguna comunidad sin niños
Qué grande es este desafío en la práctica cotidiana, lo sabe el Anciano de Distrito Wolfgang Oehler. Su área de actividad fuera de la asistencia espiritual comprende once países en África Occidental: desde Guinea toda la costa hacia abajo hasta Gabón. Por encargo del Apóstol de Distrito Michael Ehrich (Alemania del Sur) organiza allá desde hace años la capacitación, en primer lugar para los portadores de ministerio y desde 2012 también para los maestros.
Muchos más que 900.000 miembros en casi 7000 comunidades cuenta la Iglesia Nueva Apostólica en esos países. Alrededor del 35 por ciento de la población tiene allí menos de 14 años de edad. «Prácticamente no existe ninguna comunidad sin niños», explica el Anciano de Distrito de 65 años de edad en conversación con nac.today. Su trabajo sigue tres principios: «Hacer es mejor que saber», «producir mucho con recursos sencillos» y fortalecer la competencia local mediante la «formación de formadores».
Los formadores capacitan a formadores
La pirámide de formación funciona en varios niveles. El ex presidente del directorio de una compañía aseguradora y su «equipo de supervisión de seminarios» en Alemania desarrollan el material para la formación de los maestros y planean su introducción entre los formadores. En cada país existe una «dirección nacional de seminarios», que coordina la puesta en práctica y el financiamiento junto con la administración nacional de la Iglesia.
En el nivel que sigue se llega al meollo de la cuestión. La «dirección del área de seminarios», en general un Apóstol o un Obispo, es responsable de poner en práctica las capacitaciones en la respectiva área de actividad. Los secundan dos a cuatro «tutores senior», quienes junto con los «tutores locales» dirigen las clases para los aspirantes a maestros de escuela dominical.
Aprender haciendo
¿Cómo se desarrolla un curso de dos días? «En ellos no nos presentamos como grandes maestros que saben todo», enfatiza Wolfgang Oehler. En lugar de largas explicaciones teóricas, por lo general sólo hay una breve introducción a los fundamentos y después directo a la práctica: los participantes realizan en vivo una hora de escuela dominical que antes pudieron preparar.
«Después conversamos todos juntos, lo que estuvo bien y lo que se puede hacer todavía mejor», explica. «Así nos proponemos fortalecer la responsabilidad personal y la iniciativa propia». Además, se trata de no imponer métodos extranjeros para el «cómo», sino aprovechar las experiencias locales.
Los juegos de roles cumplen el rol principal
¿Video y proyector, dibujar y hacer manualidades? Estos recursos muy pocas veces pueden ser usados por los maestros de escuela dominical en África Occidental. Pero también aquí es tan importante como en cualquier otra parte el relatar con mucha vida y el repetir lo escuchado. Los juegos de roles son la opción. Y entonces puede pasar que en la capacitación de los formadores alguna vez alguien cuelgue del techo en una tela para aterrizar como el paralítico ante los pies de Jesús.
En la formación de los maestros, el Anciano de Distrito también emplea recursos tan eficientes como efectivos. «Holgazán» llama a su resumen de una página que sintetiza en forma breve y concisa los aspectos más importantes, como por ejemplo los «5 + 10 mandamientos para el buen maestro» (ver galería de fotos).
El éxito no se mide sólo en cantidades
¿Y funciona este sistema? «El éxito tiene que poder medirse», dice el Doctor en Matemática. Por eso, las comunidades en África Occidental, además de los Servicios Divinos, ahora también registran en el libro de la Iglesia la escuela dominical.
A un promedio del 50 por ciento asciende, mientras tanto, la tasa de quienes toman clases regulares y la tendencia claramente va en aumento. Algunos países –como Sierra Leona con 69 por ciento y Liberia con 71 por ciento– incluso están cerca del objetivo fijado que es del 80 por ciento.
El programa de formación tiene otro objetivo: hasta 2020 todos los maestros locales deben hacerse cargo en forma autónoma de toda la formación. El Anciano de Distrito está bien seguro: «¡Lo lograremos! Hoy ya tenemos tutores excelentes y muy motivados».
Pero para Wolfgang Oehler el éxito está lejos de medirse sólo en cantidades. Por lo general, está allí cuatro veces por años, sumando hasta dos meses por año. Entonces no sólo concurre a la formación de maestros, sino también a la misma escuela dominical. «Y esto es lo más hermoso, cuando veo qué alegres y entusiasmados están los niños concentrados en sus tareas».