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Preservar los recuerdos (9): Unidos en alegría y tristeza

agosto 26, 2019

Author: Andreas Rother

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Alegres, tristes, festivos. Algunos Servicios Divinos ofrecen acontecimientos especiales y, por eso, tienen requerimientos muy específicos. Qué puede hacer el fotógrafo para que el acontecimiento preserve los mejores recuerdos.

Cuando dos personas creyentes se encuentran, les gusta presentarse ante el altar. Y cuando después la familia crece, también traen a esa pequeña personita ante Dios y la comunidad. En un casamiento o un Santo Bautismo no puede faltar un fotógrafo.

En todos los casos son válidos los siguientes consejos:

  • Planear y consensuar: El que se informa con tiempo sobre qué pasa antes, durante y después del acto puede presionar el disparador en el instante correcto.
  • Con tiempo en el altar: Precisamente en grandes salones de iglesias y en auditorios, la ubicación es decisiva para el éxito o fracaso en la búsqueda de los motivos. Importante: tener una buena perspectiva hacia los rostros de los novios o el que se bautiza.
  • Poco antes del amén: Durante el acto en sí es preciso ser reservado. En todo caso –eventualmente, habiéndolo hablado antes con el siervo oficiante– disparar recién hacia el final dos o tres veces y sin flash.
  • Cerca, aún más cerca: No pararse detrás de la tercera o cuarta fila y enojarse por las cabezas de atrás que aparecen en la foto. Pero tampoco estar demasiado encima de los involucrados; mejor usar el teleobjetivo.
  • Cambiar la perspectiva: Documentar el acontecimiento como un hecho personal (fotos detalladas y de cerca) y como un hecho de la comunidad (panorámicas y totales). Oportunamente cambiar de lugar con toda calma.

Por lo general, estas indicaciones rigen también para ordenaciones, encargos, nombramientos y pases a descanso. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en algunas regiones no se desea que se tomen fotografías durante las ordenaciones. Por eso, hay que consultar siempre.

Los deseos de dicha muestran la dicha

Después de estos acontecimientos, el fotógrafo tiene bastante vía libre cuando a continuación del Servicio Divino vienen las salutaciones.

  • Capturar las emociones: Se reflejan ante todo en los rostros, pero también en los gestos. No tener presentes solo a los que saludan, sino también a los que reciben las congratulaciones. De una u otra manera resulta útil cambiar a menudo de ubicación.
  • Presionar el disparador en serie: En las felicitaciones y despedidas hay mucho movimiento y el instante perfecto se termina pronto. Las tomas automáticas en serie aumentan la posibilidad de capturar los mejores momentos.
  • Estar atento a tiempo: Una iluminación desfavorable hace que los procesos rápidos salgan borrosos y movidos en la foto. Pues el automático entonces expone a mucha luz por demasiado tiempo. Por eso, poner en el programa TV (Canon) o S (Nikon, Sony, Panasonic) tiempos de 1/160 o más cortos.

Participación con sensiblidad

Los actos de duelo, los Servicios Divinos de consuelo o los entierros tienen sus propias leyes. Aquí la piedad es el mandamiento más grande:

  • Ser respetuoso: Están prohibidas las tomas de cerca, tampoco con teleobjetivo. Pues las fotos deben proteger la esfera íntima de los deudos y no exhibir el dolor, el duelo ni las lágrimas.
  • Mantener distancia: tomar un panorama de la comunidad, mejor el salón de la iglesia de atrás hacia adelante. Así se evita retratar a los duedos.
  • Hacer fotos simbólicas: La decoración floral, las velas, el libro de condolencias, la foto del difunto, la Biblia abierta, los textos del himnario, todo esto habla por sí solo.

El que tiene tanta sensibilidad para presionar el disparador, puede superar estas tareas tan exigentes.

Foto: Oliver Rütten

agosto 26, 2019

Author: Andreas Rother

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