Qué enseñan los Apóstoles

“El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió”. Estas palabras de Mateo 10:40 fueron el tema central del Servicio Divino del 13 de agosto en Daejeon (Corea del Sur).

Al principio, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider dejó claro: “Dios es el Padre de todos los seres humanos. Él ama a todos con el mismo amor. No hace diferencias. Y todos los seres humanos pueden hablar con Dios. Toda persona, crea o no en Jesús, puede hablar con Dios. Y toda persona que habla con Dios puede recibir una respuesta de Dios y su oración puede ser respondida”.

Estar junto a Dios

La diferencia está en cómo se recibe a Dios. “Recibir a Dios significa: Dios viene a ti. Lo recibes en tu casa”. Dicho de forma más sencilla: “Se trata de estar junto a Dios”. La fe en Jesucristo es decisiva aquí. “Jesús dijo: Nadie viene al Padre, sino por mí”. Y eso significa: “Él es la fuente de la vida eterna, la fuente de la salvación”.

Jesús, a su vez, envió a los Apóstoles. “A través del apostolado, Jesucristo hizo accesible la salvación”. Lo que Jesús dijo a sus discípulos cuando los envió es válido también hoy: “Debes recibir a los Apóstoles enviados por Jesucristo”. Lo decisivo no es la persona del Apóstol, sino lo que Dios realiza a través de su ministerio. “Recibir al Apóstol significa recibir el ministerio del Apóstol”.

Recibir el apostolado significa:

• recibir los Sacramentos,
• aceptar la Absolución y
• escuchar el Evangelio.

A continuación, el Apóstol Mayor profundizó en la enseñanza de los Apóstoles, es decir, en el Evangelio de Jesucristo.

Contar de la vida eterna

“La enseñanza del apostolado es sobre todo que Jesucristo, el Hijo de Dios, vino a la tierra para traer la salvación”, dijo el Apóstol Mayor. Advirtió a los hermanos y hermanas: “Tantos supuestos predicadores enseñan que llegarás a ser rico y adinerado si sigues a Cristo”. Esto contradice la afirmación de Jesús de Mateo 8:20, en la que Jesús dice de sí mismo que no tiene hogar. “La enseñanza de los Apóstoles es que Jesucristo no vino a mejorar la vida en la tierra ni a gobernar el mundo; Él vino para la vida eterna”.

El apostolado también proclama cómo se puede conseguir esta salvación. “Los Apóstoles dejan claro que la salvación no se puede comprar. No se puede comprar la salvación con dinero”. Más bien, “para salvarse, hay que hacer la voluntad de Dios”. Esto es “que creas en Jesucristo, que lo sigas y que sigas a los enviados por Él, sus Apóstoles”.

No ocultar las dificultades

“Otra enseñanza de los Apóstoles es que habrá dificultades”, dijo el Apóstol Mayor. Subrayó que esto no se aplica a las condiciones de vida terrenales. “Se trata de cosas espirituales”. La enseñanza del apostolado es: “Para permanecer fiel hay que luchar mucho”. Lo que significa que para entrar en el reino de Dios hay que pasar por tribulaciones. Significa que tienes que luchar hasta el final para permanecer fiel”.

Cómo esta lucha puede llevar a la victoria: “El apostolado nos dice que Dios nos ama. Pero tenemos que luchar y esforzarnos por creer en el amor de Dios”. El Apóstol Mayor apeló: “Creed sin ver, sin milagros, sin pruebas”.

Predicar el amor al prójimo

“La enseñanza del apostolado también es que hay que amar al prójimo”, dijo el Apóstol Mayor. Jesús es un modelo a seguir en esto. “Esta también es una de las enseñanzas más importantes del apostolado: Jesús no quiere que castiguemos a los pecadores, sino que los salvemos”, dijo el Apóstol Mayor y recordó: “Él dio su vida por todos los seres humanos. Y quiere que amemos a nuestro prójimo y nuestro amor por los pecadores no debe depender de si aceptan o no el Evangelio”.

Preparar para el retorno de Cristo

“Los Apóstoles nos dicen que debemos transformarnos en la imagen de Jesucristo”, dijo el Apóstol Mayor. “Debemos estar preparados para formar parte de la novia de Cristo, y esta transformación, esta preparación, implica un cambio, un desarrollo”. Parecerse cada vez más a Jesús es el objetivo. “La enseñanza del apostolado es que hay que crecer, crecer espiritualmente. No basta con quedarse igual y conservar la tradición”.

Para concluir, el Apóstol Mayor resumió el Servicio Divino: “No seguimos a Cristo por motivos terrenales, sino por motivos divinos. Queremos entrar en su reino como primicias. Para ello creemos en Jesucristo y en la enseñanza del apostolado. Permanecer fieles significa una lucha, un combate. Queremos amar a nuestro prójimo. Jesús no vino a castigar a los pecadores, sino a salvarlos. Y queremos realmente ser transformados, paso a paso, a la imagen de Jesucristo. Y Jesucristo prometió: ‘Si sigues al apostolado, me recibiréis a mí y recibiréis a mi Padre’”.