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Qué es lo realmente importante para la Iglesia

enero 10, 2019

Autor: Andreas Rother

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Tener éxito en la vida y encontrar un equilibrio personal. Para esto muchas personas no necesitan la fe en Dios. ¿Y para qué se necesita la Iglesia, entonces? Una respuesta clara del Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider.

En torno a la «universalidad de la Iglesia» gira un texto doctrinario que puede encontrarse en la última edición de community y que también fue publicado en sus revistas hermanas «Unsere Familie» y «African Joy». Este concepto proviene del tercer artículo de la fe que la Iglesia Nueva Apostólica comparte con la mayoría de las demás Iglesias cristianas: «Creemos en la Iglesia, que es una, santa, universal y apostólica».

La Iglesia que sirve a todos

Las universalidad de la Iglesia de Cristo resulta de tres aspectos, explica el Apóstol Mayor:

  • Dios quiere redimir a todos los seres humanos de todos los tiempos, de todas las naciones y en todas las situaciones.
  • El Evangelio de Jesucristo es válido y efectivo para todos los hombres, sin excepción.
  • Allí donde hay Apóstoles activos, están todos los medios necesarios para alcanzar la plenitud de la salvación.

En efecto, este carácter universal de la Iglesia no siempre se puede percibir en su figura visible, ya que la fe no se puede desarrollar en todas partes de la misma manera. Se pone en duda la vigencia del Evangelio y se cuestiona la necesidad de la Iglesia. Sin embargo, «creemos en la promesa de Jesús de que las ‘puertas del infierno’ no prevalecerán contra la Iglesia de Cristo», dice el dirigente de la Iglesia haciendo referencia a Mateo 16:18.

El mensaje válido para todos

La prédica no se basa solamente en el Evangelio y en la doctrina de fe, sino también en experiencias personales que pueden brindar ayuda a las personas en su vida. Sin embargo, «hay que admitir que no tienen carácter universal, no conciernen necesariamente a todos los seres humanos». Pues el hombre moderno ya no necesita muchas confortaciones y promesas que normalmente forman parte de la prédica y de la asistencia espiritual.

«Por eso recibimos el consejo de concentrarnos en el enunciado universal del Evangelio que es válido para todos los seres humanos», enfatiza el Apóstol Mayor. «La universalidad del Evangelio se basa en aquello que Jesucristo nos enseña: de Dios, de nosotros, de nuestra relación con Dios y con nuestro prójimo, y de la salvación que Dios nos prepara». Solo este mensaje es verdaderamente universal. Debe ser el núcleo de cada prédica.

La actitud que ayuda a todos

A fin de anunciar el mensaje del Evangelio con convicción, no necesitamos «demonizar» la vida sobre la tierra, ni pintar de negro el futuro. «El seguimiento a Cristo no está en contradicción con una vida confortable sobre esta tierra, todo lo contrario: ¡puede contribuir a que así sea!».

El anuncio universal del Evangelio excluye toda pretensión de uniformidad. El Apóstol Mayor Schneider deja claro que «¡la nueva vida en Cristo se puede desarrollar en las condiciones económicas, mentales y culturales más diferentes! Para seguir la enseñanza de los Apóstoles, la nueva generación no necesita compartir las preferencias de sus mayores».

El testigo en el que todos creen

Para ser creíbles como testigos del Evangelio, debemos ser auténticos. Conforme al ejemplo de Jesús esto significa:

  • tener confianza: «Nuestra fe es la certeza de lo que esperamos y esta confianza debe percibirse en nuestro entorno».
  • estar resueltos a vencer el mal: «El testimonio de un cristiano engreído no es creíble».
  • ser humildes: «No corresponde a los pecadores condenar a otros pecadores. Todo lo contrario, Jesús nos prohíbe juzgar al prójimo».
  • ser libres: «Cuanto menos estemos atados por las cosas materiales y por los honores propios, más fácil nos resultará perdonar a los demás que nos producen daño».
  • estar llenos de amor a Dios y al prójimo: «Como amamos a Jesús estamos dispuestos a sufrir por Él y con Él. Amemos a nuestro prójimo de hecho y en verdad».

La conclusión del Apóstol Mayor: «Quedemos firmes en la fe en la Iglesia de Cristo y su vocación general. Nuestra tarea es anunciar el mensaje universal de salvación y no atenernos a aspectos más bien secundarios, seguir los impulsos del Espíritu Santo de manera que el alegre mensaje pueda ser anunciado sin restricciones y orientarnos en el ejemplo de Cristo para ser testigos veraces».

Foto: franz12 / fotolia.de

enero 10, 2019

Autor: Andreas Rother

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