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¿Qué lección sacas de esto?

enero 25, 2022

Autor: Peter Johanning

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“¡Gracias por estar ahí! No tengo idea de lo que sucederá en el futuro, pero sí sé una cosa: ¡Dios es fiel! Él estará con nosotros. No teman.”. Con estas palabras el Apóstol Mayor concluyó un Servicio Divino extraordinario en Calgary, Canadá.

Este Servicio Divino será particularmente inolvidable para la Iglesia Nueva Apostólica EE. UU., dado que el líder de la Iglesia ordenó a cuatro Apóstoles nuevos para esta Iglesia Regional, a saber: Mark Fuerbach, Lonnie Klein, John Schnabel y Brett Streinbrueck. Desafortunadamente, la comunión del Servicio Divino solo pudo llegar a los EE. UU. por livestream. La visita del Apóstol Mayor a esta área, que había sido planificada para mediados de diciembre, debió cancelarse por la pandemia del Covid-19. Así pues, no una, sino dos grandes Iglesias Regionales pudieron beneficiarse del Servicio Divino del 9 de enero de 2022: Canadá y EE. UU.

Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo” (1 Juan 1: 3). Como ya se anunció en el lema anual para 2022, todo gira en torno a la comunión en Cristo. Nadie es olvidado por Dios: “Quiero dirigir este mensaje especialmente a aquellos que están pasando por adversidades y aflicciones. Muchos de nuestros hermanos y hermanas deben vivir con la enfermedad. Otros están de duelo. Otros deben lidiar con problemas en el trabajo, en su familia o en su matrimonio. Otros tienen problemas financieros. Nadie es olvidado por Dios. Él conoce tus pensamientos. Conoce tus problemas. Comparte tu dolor. Confía en Él. ¡Él te ayudará!”.

No obstante, el Apóstol Mayor también dirigió un pensamiento especial a aquellos que son felices: “También quisiera dirigir este mismo mensaje a los que experimentan muchas cosas hermosas. Tal vez se sientan bastante avergonzados de no tener ningún problema. ¡Pero no se avergüencen por eso! ¡Jesús comparte vuestra alegría! Incluso en este período difícil, tan inusual, nada ha cambiado para nosotros en lo que respecta a nuestra prioridad: queremos estar preparados para el regreso de Cristo. Por eso estamos hoy aquí. Ese es el sentido de la fe cristiana. Los verdaderos cristianos tienen este fuerte deseo de tener comunión eterna con Cristo. De otro modo, Cristo habría muerto en vano”.

Lo que los Apóstoles vieron y oyeron

“El pasaje bíblico explica la tarea del ministerio de Apóstol” dijo el Apóstol Mayor en su sermón. A continuación, presentó cinco mensajes clave que los Apóstoles recibieron de Jesucristo.

  • Jesucristo es el centro de la Sagrada Escritura. El Antiguo Testamento debe interpretarse a partir de Jesucristo. Los enunciados del Antiguo Testamento son fundamentales para nuestra salvación solo en la medida en que estén en armonía con el Evangelio”.
  • Jesucristo no vino para castigar a los pecadores—sino todo lo contrario: Vino para salvarlos. Incluso sus discípulos lo entendieron mal al principio. Nadie puede asegurar haber sido enviado por Cristo para castigar o matar. Naturalmente, una sociedad debe tener ciertas leyes y velar por su cumplimiento, de ser necesario, castigando a los culpables. Pero nunca puede hacerlo en el nombre de Jesucristo”.
  • El reino de Jesús no es de este mundo. No vino para ejercer un poder terrenal. Por el contrario, su mensaje se centró en la ley del amor a Dios y a nuestro prójimo. No fue su objetivo solucionar todos los problemas de la humanidad, ni enseñarles a los hombres a solucionarlos. Solo hay un Redentor: Jesucristo. El modo en que Él quiere resolver nuestro problema es librándonos del maligno. El Señor quiere salvar a la humanidad dándole acceso a la comunión con Dios en la nueva creación, donde no habrá más maldad, ni sufrimiento, ni muerte”.
  • El Hijo de Dios vino a esta tierra y se hizo verdadero Hombre. Dejó la gloria de Dios para vivir y morir como todos los seres humanos. Como verdadero Hombre, venció al pecado y a la muerte. Está dispuesto a compartir su victoria con los que creen y confían en Él. Y sabe que, como seres humanos, nunca lograremos esto por nosotros mismos. Por eso nos dice: ´Eso no importa. He traído el sacrificio para ustedes. Pueden participar en mi mérito. Solo hay una cosa que necesitan hacer: deben creer en Mí. Deben confiar en Mí. Para estar a mi lado por toda la eternidad, ya hoy deben tener comunión conmigo´”.
  • Para tener comunión con Cristo y alcanzar la vida eterna, debemos nacer de nuevo de agua y del Espíritu, pero también debemos comer el cuerpo de Cristo y beber su sangre. Esto no es una invención de la Iglesia Nueva Apostólica. Si quieren tener vida eterna, deben recibir los Sacramentos”.

“Estos puntos,” dijo el Apóstol Mayor Schneider, “constituyen un breve resumen de la doctrina de los Apóstoles”. Ahora, también es importante que saquemos nuestras propias lecciones de ello. Esto”, dijo el Apóstol Mayor, “es una gran preocupación en mi corazón:”

Cultivar la comunión de unos con otros: “La comunión con Dios está inseparablemente unida a la comunión de unos con otros, de los creyentes entre sí”. No basta con tener comunión solo con Dios. “No se puede amar a Dios si no se aman también los unos a los otros”. ¡Los que quieran estar unidos con Cristo, también deben estar unidos en Cristo! Esto fue también algo que los discípulos aprendieron de Jesús: ‘¡Todo lo que hagáis a alguno de los míos, a mí me lo hacéis!”.

Salir de nuestra zona de confort: “Si queremos parecernos a Él, entonces también sentiremos la condición de nuestro prójimo”, subrayó el líder de la Iglesia. “Si vemos que nuestro prójimo está sufriendo o necesita algo, entonces estemos dispuestos a abandonar nuestra zona de confort para ayudarlo. No es algo cómodo. Es más fácil ignorar a una persona que sufre. A veces, parece que el sufrimiento es contagioso, porque tan pronto como alguien se siente infeliz, todos los demás dan grandes rodeos para evitarlo. ¡Pero el sufrimiento no es contagioso! Dejemos nuestra zona de confort para acercarnos a nuestro prójimo y compartir su dolor y su sufrimiento, para consolarlo y ayudarlo. Al fin y al cabo, la gran oración de Jesús por los suyos fue: ´¡Padre, que sean uno, como tú y yo somos uno!´. Esto también se aplica a hoy: “A través del ministerio de Apóstol, recibimos todo lo que necesitamos para tener comunión con Dios y con los demás, para llegar a ser uno con Dios y para llegar a ser uno con los otros. Estoy muy agradecido de que en la Iglesia Nueva Apostólica tengamos una sola doctrina. Tenemos una fe, una confesión de fe, un Catecismo. Les digo algo: allí donde el Espíritu Santo actúa realmente, trabaja por la unidad».

Hacer hincapié en las cosas en común más que en las diferencias: En nuestro tiempo, todos se centran en las diferencias. “A veces me parece que la gente cultiva cada vez más sus diferencias para demostrar: ´No, no soy como tú. Debes respetarme. Soy diferente´. Eso está ciertamente en orden, debemos aceptar la otredad de nuestro prójimo. De eso no hay duda. Pero no debería ser nuestra meta subrayar e insistir en nuestras diferencias. Uno solo es el pan. Somos un solo cuerpo. Insistamos en lo que tenemos en común juntos en Cristo. ¡Insistamos en lo que tenemos en común! No importa que seamos diferentes. Lo importante es que la solución es la misma para todos nosotros. El camino que debemos seguir es el mismo para todos”.

enero 25, 2022

Autor: Peter Johanning

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