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«Quedar en la casa del Señor»: el triple templo

octubre 3, 2017

Autor: Andreas Rother

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¿Dónde encuentras a Dios? En todas partes, ¿o? Al fin y al cabo, Él es omnipresente. ¿Y dónde experimentas a Dios? Allí, donde Él está en casa. Un Servicio Divino sobre tres lugares donde mora Dios.

«Una absoluta pesadilla para todos los traductores». Así calificó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider el texto bíblico para el Servicio Divino del 30 de julio de 2017 en Zepernick (Alemania): «Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo» (Salmos 27:4).

Pues donde en la traducción alemana dice «Servicio Divino», en español e inglés dice «hermosura» y en francés «gloria». «El salmista sabía que «si quiero disfrutar la dedicación de Dios, debo venir a la casa de Dios», dijo el Director de la Iglesia e interpretó el templo de tres maneras.

El servicio de Dios en el hombre

«En el Servicio Divino podemos experimentar a Dios». Sin embargo, «no es el Servicio Divino de los hombres, sino el servicio que Dios realiza para los hombres».

  • «Primero aprendemos a conocer la gloriosa voluntad de Dios. ¿Qué es la voluntad de Dios? Dios quiere tu salvación, quiere mi salvación y quiere la salvación del prójimo».
  • «Si todos los hombres están al final de su arte y de su conocimiento, Dios siempre sabe una salida. Dios siempre tiene una solución. Dios siempre tiene una respuesta».
  • «Incluso si hicimos algo muy malo, si sentimos arrepentimiento, Dios nos dice: ‘Todo está bien. Te he perdonado'».
  • «La presencia de Dios que podemos experimentar en el festejo de la Santa Cena. Donde el Señor Jesús dice: ‘A ti, te amo muy personalmente. He muerto para ti. Hoy estoy contigo. Estoy muy cerca tuyo'».

«Sé que no todo Servicio Divino es un acontecimiento destacado», acentuó el Apóstol Mayor y aludió a la sabiduría del salmista, que «quiere estar en la casa del Señor todos los días de su vida porque sabe exactamente que venir una vez no alcanza. La actividad del Espíritu Santo por la palabra y el Sacramento se puede experimentar recién a la larga, con el paso del tiempo».

La cercanía de Dios en la comunión

«Si queremos experimentar la presencia de Dios, no la podemos vivir permaneciendo aislados. Para experimentar la dedicación de Dios plenamente, se debe ser parte de la comunión de los fieles, ser parte de la Iglesia de Cristo».

La oración para poder quedar en la casa del Señor, significa entonces peticiones concretas a Dios:

  • «Ayúdame una y otra vez a superar lo que divide».
  • «Pase lo que pase, déjame reconocer que tú nos has reunido».
  • «Sirvamos juntos. Trabajemos juntos. Venzamos juntos».

¿Y cómo se puede experimentar la gloria de Dios estando en comunión?

  • «Allí donde la comunidad se reúne en el nombre de Jesucristo y ruega junta en el sentir y Espíritu de Jesucristo, Dios responde. Él no necesariamente hace lo que esperamos. Pero Él responde».
  • «Cuando se ve cómo Dios trata a su hijos. Cuando a veces es tan paciente con uno u otro y a pesar de todo le permite experimentar: ‘Te sigo amando como siempre'».
  • «Porque a través de nuestro hermano, a través de nuestra hermana consuela, fortalece y ayuda. Y entonces hay que decir: ‘A ti ahora te ha enviado el amado Dios'».

La morada de Dios en el hombre

«Después todavía existe un tercer templo: Dios, el Espíritu Santo, ha hecho morada permanente en nosotros», destacó el Apóstol Mayor. «Que esto también sea nuestra petición, que este don de Dios, esta presencia de Dios en nosotros podamos experimentarla una y otra vez». Pero, «para ello también nosotros debemos ir a este templo: debemos entrar en nuestro interior y observar lo que Dios ha hecho con nosotros, qué hace con nosotros y qué se propone con nosotros».

Luego «vienen los pensamientos del Espíritu Santo, que no dice qué auto tengo que comprar, dónde tengo que pasar las vacaciones y ni siquiera, con quién me tengo que casar. Eso es otra cosa. Pero el Espíritu Santo me recuerda lo que es importante para mi salvación, cuáles tienen que ser mis prioridades y qué tengo que hacer con mi alma. Él me brinda orientación».

octubre 3, 2017

Autor: Andreas Rother

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