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Raíces que calan más hondo y alas que llegan más lejos

23 01 2025

Autor: Peter Johanning

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Clases para niños, seminarios para jóvenes, enseñanza de música y cursos para portadores de ministerio: todo esto forma parte de la vida cotidiana en las comunidades. Pero la Iglesia tiene mucho más para ofrecer. Una reflexión con motivo del Día Internacional de la Educación, el 24 de enero: 

Si se le pregunta a cualquier miembro de la comunidad a quién le gusta recordar: a menudo es a la maestra de la escuela dominical. Goethe ya lo sabía: “Lo que los niños necesitan son raíces y alas”. Y necesitan maestras y maestros que les proporcionen ambas cosas.

“Aspira seriamente a la educación que es tan preciosa como la plata, y por ella gana oro”, dice la Biblia (Sirach 51:28). Convertir la plata en oro es un viejo sueño de la humanidad. Pero no es tan sencillo, y no tiene nada que ver con la magia. La educación no proviene de dichos ingeniosos, sino de buenas maestras y buenos maestros. Esto se aplica tanto en la Iglesia como en la familia, en la escuela o en el trabajo. En última instancia, cada experiencia es una pieza del rompecabezas educativo, siendo la alabanza la más intensa. 

Educación: no es un producto de masas

La educación es algo más que acumular conocimientos: es, sobre todo, la capacidad de aplicar en la práctica los conocimientos adquiridos. Ya lo subrayaba Hermann Hesse con un toque de ironía: “La práctica debe ser el resultado del pensamiento, y no al revés”.

Además, la educación es un derecho humano, en sentido literal: ¡convierte a la persona en individuo! Ayuda a las personas a desarrollar su identidad. Por eso la educación no es un producto de masas, sino la formación de la personalidad. Y la motivación subyacente es digna de todo honor: la educación permite a las personas mejorar su situación política, social, cultural y económica, afirma Naciones Unidas con motivo de su Día Internacional de la Educación.

Educación: lema para 2025

Se celebra el 24 de enero de cada año desde 2018, por lo que aún es bastante reciente. Su lema para 2025 toca la relación entre la inteligencia artificial y los seres humanos: “IA y educación: preservar la autonomía en un mundo automatizado”. Los proyectos concretos pretenden apoyar a las personas y las comunidades para que aprendan a comprender el progreso tecnológico e influir positivamente en él. La coordinación de estos proyectos corre a cargo de la UNESCO.

Educación: la comunidad también debe beneficiarse

¿Qué tiene que ver todo esto con mi comunidad? Las Iglesias son centros educativos de un tipo especial. Al igual que en una escuela, en la comunidad también se aplican planes de aprendizaje y unidades de formación. Por encima de todo, es un hogar para la idea cristiana fundamental de la redención y la salvación a través de Jesucristo.

Es Dios quien gobierna su Iglesia y espera que nos centremos en lo esencial. La imagen cristiana de Dios siempre tiene al Dios lleno de amor en el centro, nunca al Dios que castiga. Si las buenas maestras y maestros transmiten esto a los creyentes –independientemente de quiénes, qué y cómo sean– entonces cada día es un día de formación. 

Educación: plan de estudios para 2025

“¡Es tiempo de hacer el bien!”. El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider establece una misión educativa para 2025 señalando que ya es hora de hacer los cambios necesarios para orientar nuestros pensamientos, palabras y acciones en la voluntad de Dios. De ello puede derivarse un plan de estudios para la convivencia en la comunidad:

  • ¡Hazte el bien a ti mismo! La educación espiritual surge al tratar temas esenciales del futuro. La espera del retorno inminente del Señor necesita un lugar en nuestra vida. 
  • ¡Jesús es el modelo! En el aquí y ahora, la voluntad de Dios y el obrar de Jesús son el principio rector. Jesús quiere que nos cuidemos los unos a los otros, que nos ayudemos mutuamente. Quiere que utilicemos nuestras diferencias y contribuyamos a la unidad de la comunidad, una comunidad en la que todos tengan en mente la salvación de los demás.
  • ¡Mira a tu prójimo! Esto no se limita a la puerta de la iglesia. Es bueno que perdonemos a nuestro prójimo sin demora y nos reconciliemos con él. Abandonemos los rencores, tengamos el valor de deshacernos de la vieja levadura que arruina nuestra vida (1 Corintios 5:7). Jesús nos exhorta a hacer el bien a los demás, haciendo ahora por ellos lo que nos gustaría que alguien hiciera por nosotros algún día (Lucas 6:31).
  • ¡Pensad en vuestros hijos! Queridos padres, dedicad tiempo a hacer el bien a vuestros hijos (Catecismo INA 13.3.4). Ahora es el momento de enseñarles a amar a Cristo y a la Iglesia. Para ello, a veces tendréis que dejar de lado vuestros propios intereses. ¡Pero el esfuerzo vale la pena!

Estos son extractos del mensaje de Año Nuevo del Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider. Así que el plan de estudios está escrito. 


Foto: Panuwat – stock.adobe.com

23 01 2025

Autor: Peter Johanning

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