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Ravioles contra el hambre y la soledad

septiembre 30, 2024

Author: Nils Kickert

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La pobreza es especialmente dolorosa en la estación fría. Los que pueden, se calientan en casa. Para los que no pueden, una comida caliente y una charla amistosa pueden ser un rayo de esperanza, por ejemplo en una Iglesia Vesper.

Bajo la impresión de las palabras de Jesús: “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mateo 25:40), la idea de una comida caliente y un lugar donde calentarse para personas sin hogar y necesitadas nació en Stuttgart (Alemania) en 1995. Desde entonces, se han establecido unas 70 de las llamadas “Iglesias Vesper” en diversas regiones de Alemania, que ofrecen comidas completas y atención a los necesitados durante los meses fríos. Lo central del ofrecimiento es siempre un almuerzo caliente, que se brinda a un precio más bien simbólico. Los demás ofrecimientos varían según el lugar: desde paquetes de bocadillos, atención médica, cortes de pelo gratuitos, charlas sobre gestión de crisis y orientación profesional hasta conciertos y conferencias. Por cierto, el término “Vesper” procede de la lengua germánica y solía referirse a un refrigerio, hoy es una comida principal.

Orar, cortar y servir

En Backnang (Alemania), la Iglesia Evangélica Metodista y la Iglesia Católica ofrecen conjuntamente una comida para los necesitados en la Iglesia Vesper todos los lunes de noviembre a marzo. El objetivo no es solo ofrecer comida y bebida, sino también crear oportunidades para el diálogo y la comunión.

Desde abril de 2023, hermanas y hermanos de la comunidad nuevoapostólica de Backnang apoyan a los equipos de cocina. Mientras tanto, los ayudantes han desarrollado una relación amistosa entre ellos más allá de las fronteras confesionales. “Alrededor de seis a ocho hermanos y hermanas de Backnang apoyan la respectiva mesa de comida, siempre en parejas”, informa Thomas Haag, Evangelista en descanso. “Los ayudantes se reúnen a las 8.45 de la mañana, celebran una breve reunión de recogimiento y luego empieza la cocina”. Según el plato, hay que pelar 20 kilos de papas o picar diez kilos de cebollas. Hasta 90 personas necesitadas se benefician del programa en Backnang. “Sería necesario ofrecer el servicio varias veces a la semana”, dice Thomas Haag. “Pero no tenemos voluntarios ni recursos económicos”.

Cientos de ravioles

También los creyentes nuevoapostólicos del distrito Göppingen/Kirchheim (Alemania) apoyan a la Iglesia Vesper de Kirchheim desde su fundación en 2009. Uno de los sábados, los cocineros nuevoapostólicos son los principales responsables del catering.

En la Iglesia Vesper de Kirchheim no se trata solo de ayudar a las personas que viven en la pobreza económica, sino también de socializar y conversar. La comida comienza siempre con una oración. Al comienzo de la temporada de la Iglesia Vesper, la Iglesia Evangélica organiza cada año un Servicio Divino, que ya ha contado con el apoyo de un coro de gospel nuevoapostólico.

También se decidió rápidamente con qué querían contribuir los cristianos nuevoapostólicos: tenía que ser algo suabo y debían poder participar varios hogares. ¡Así que ravioles suabos! “Inmediatamente pudimos conseguir la ayuda de algunas hermanas, y así se hicieron unos 300 ravioles en varias cocinas y se entregaron a la Iglesia de Santo Tomás. Allí se calentaron y se sirvieron al típico estilo suabo con sopa, papas y ensalada de hojas. El segundo año ya estábamos mejor organizados y elaboramos los ravioles en el centro juvenil de nuestra Iglesia junto con los jóvenes. A partir del tercer año, tuvimos la oportunidad de hacer los ravioles en las cocinas de los colegios. Una vez terminados, el organizador de la Iglesia Vesper recogía los ravioles y los llevaba a la cámara frigorífica durante la noche. Una vez terminada la cocción y la limpieza de la cocina, siempre cenábamos juntos y comíamos los ravioles que no habían salido tan bien”, dice Cornelia Greiner. “También hubo percances, una vez nos quedamos sin masa de pasta y tuvimos que esperar a que se descongelara la masa congelada”, dice Cornelia Greiner.

Motivación a través de la unión y el reconocimiento

Desde hace más de diez años, un cartel en la puerta de la sala Räuchle de Pfinztal (Alemania) anuncia cada jueves el Almuerzo de Pfinztal. No se sabe de antemano cuántas personas comerán realmente allí, ya que se trata de un ofrecimiento abierto. La Iglesia Vesper de Pfinztal comenzó en 2011, cuando los creyentes nuevoapostólicos del distrito Söllingen se plantearon cómo podían ayudar a las personas necesitadas. Se pusieron en contacto con las autoridades locales, el centro ecuménico de diaconía y la Asociación de Bienestar de los Trabajadores de Pfinztal. Juntos decidieron crear el Almuerzo de Pfinztal. Desde entonces, los jueves se ofrece allí el almuerzo. Los miembros de la Iglesia Nueva Apostólica se encargan del catering. Dos equipos de unos 15 cocineros se turnan cada semana. Sopa, plato principal, ensalada o verdura y postre, así como café y tarta forman parte del menú semanal. La organización de ayuda de la Iglesia Nueva Apostólica Alemania del Sur “human aktiv” ayuda a financiar las comidas que se ofrecen para que, gracias a otros donativos, el almuerzo pueda ofrecerse gratuitamente y a todos.

El Evangelista Klaus Müller, dirigente de la comunidad Pfinztal-Berghausen, describe cómo las hermanas y los hermanos consiguen mantenerse implicados durante tanto tiempo: “Lo hacen porque les gusta trabajar juntos. Es agradable trabajar juntos, hay un buen ambiente de trabajo, hablan entre sí, se ríen mucho y a veces cantan juntos antes de Navidad. La atención no se centra en el trabajo, sino en practicar el amor al prójimo, y los ayudantes reciben mucho reconocimiento de los invitados por el trabajo realizado”.

septiembre 30, 2024

Author: Nils Kickert

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