Las personas sufren por el coronavirus. Ya sea física, financiera o psicológicamente. Es hermoso cuando el amor al prójimo no se queda en las palabras, sino que se demuestra con hechos. Así ayudan los hermanos en la fe.
Amor al prójimo practicado
Camboya también se vio afectada por la tercera ola de la pandemia de coronavirus. En las llamadas “zonas rojas”, el gobierno ordenó un duro confinamiento. Esto supone medidas drásticas para los habitantes: se cierran los comercios y las fábricas, y se acordona toda la zona. Estas medidas afectan sobre todo a los que tienen lo más necesario.
El Apóstol Sophal Keo vive en un suburbio de Phnom Penh que ha sido declarado zona roja. A él le va relativamente bien, pero experimentó de primera mano las penurias de sus vecinos. Por ello, ayudó en lo que pudo. Mientras lo hacía, se le ocurrió una idea. A través de Facebook, hizo un llamado a sus amigos y conocidos para recoger donaciones. Rápidamente pasaron a la acción: El Apóstol Sophal Keo pudo recaudar 3.000 dólares y utilizarlos para donar alimentos a más de 350 familias de las zonas rojas de Camboya.
Un ofrecimiento para el alma
Las iglesias están cerradas. En aquellos lugares donde se pueden realizar los Servicios Divinos, solo se lo puede hacer manteniendo la debida distancia y no con todos los hermanos y hermanas en la fe juntos. Muchas almas sufren el aislamiento. Falta el intercambio con otros miembros de la iglesia.
En Öhringen (Alemania) algunos hermanos en la fe se dieron cuenta de ello y quisieron crear la posibilidad de que todos se conectaran con la comunidad. Por ello, colocaron una caja de impulsos en el jardín de la iglesia. Este mueble de madera contiene muchos elementos que estimulan el pensamiento y dan alegría y conexión entre sí. Un banco frente a la caja de impulsos invita a la calma y la reflexión. Este pequeño oasis en el jardín de la iglesia puede ofrecer una nueva forma de comunión y proporcionar impulsos para la fe y el intercambio.
El Día Nacional de la Juventud se celebró en línea
Debido a la pandemia, en Indonesia el Día de la Juventud no pudo celebrarse a gran escala como estaba previsto. Pero el Apóstol de Distrito Edy Isnugroho y los Apóstoles indonesios querían ofrecer algo especial a sus jóvenes, que ya habían sufrido bastante con la pandemia. Por eso, los invitaron a un Día Nacional de la juventud virtual pero interactivo, del 24 al 26 de mayo. Así, los jóvenes de Indonesia se reunieron para el Día de la Juventud en línea. A través de YouTube y Zoom, todos pudieron participar. Ya sea en la pantalla de casa o con otros jóvenes en la comunidad.
Todo el mundo pudo participar. Previamente se hicieron películas sobre la fe en situaciones cotidianas, que luego se proyectaron, y vídeos musicales, cuyo contenido iba desde lo tradicional indonesio pasando por lo clásico de la INA hasta lo moderno. Los jóvenes cantaron, bailaron y tocaron varios instrumentos. Una pareja de moderadores, que cambiaban cada día, anunciaba las distintas actuaciones y se unían en directo a los jóvenes desde las iglesias, desde casa o desde salones donde se habían reunido los jóvenes. Además, los hermanos y hermanas pudieron chatear a través de YouTube y Zoom.
El programa incluyó juegos conjuntos en línea, presentaciones y debates con los Apóstoles y el Apóstol de Distrito. Para esto último, los jóvenes se conectaron en directo para que pudieran formular sus preguntas directamente a los portadores de ministerio. Los Apóstoles no solo se tomaron gustosamente un tiempo para ello, sino que también habían preparado breves impulsos espirituales e hicieron una oración con los jóvenes al principio y al final de la jornada.
El Día de la Juventud, que causó mucha alegría entre los participantes, concluyó con un resumen de la jornada en forma de película con una mirada entre bastidores, y por supuesto con música.