Está claro que Jesús es la luz del mundo. Pero los creyentes también deben hacer brillar su luz. Incluso en el mundo del más allá. ¿Cómo? Esto fue alumbrado recientemente por el Apóstol Mayor en un Servicio Divino.
“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. El Servicio Divino del 26 de febrero de 2023 en Praia, Cabo Verde, giró en torno a esta invitación de Mateo 5:16.
“Mientras esté en el mundo, yo soy la luz del mundo”. Lo dijo el propio Jesús. “Él trajo la luz a los seres humanos. ¿Qué es esta luz?”, preguntó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider. Sus respuestas:
- Cristo reveló a los seres humanos la verdadera naturaleza de Dios: “Dios es un Padre bueno que se preocupa por nosotros, es un Dios de gracia y misericordia, y es un Dios de amor”.
- No se limitó a predicarlo: “Hizo las obras del amor de Dios, las obras de la gracia de Dios. Les mostraba a las personas: ‘¡Así es como Dios os ama, como yo os amo! Así es como Dios os perdona, como yo os perdono. Así es como Dios ayuda, como yo os ayudo’”.
- Jesús reveló a los seres humanos la verdadera naturaleza de la salvación: “La salvación no consiste en que Él resuelva todos los problemas de la tierra, sino que consiste en que Él quiere llevaros a su reino, donde ya no existe el mal, la muerte”.
- No respondió todas las preguntas: No le dijo a Marta por qué no había impedido la muerte de Lázaro. No dio una explicación sobre el derramamiento de sangre de los galileos en el templo, ni sobre las víctimas del derrumbamiento de la torre en Siloé.
- La luz de Cristo muestra el camino de la salvación: Abstenerse del pecado, creer en Jesús y seguirlo, recibir los Sacramentos y perseverar en la enseñanza de los Apóstoles.
“Él mostró este camino de salvación a los vivos y a los muertos”, subrayó el Apóstol Mayor. “Leemos en las Sagradas Escrituras que Jesucristo fue a los muertos en el más allá después de su muerte y también llevó su luz al más allá”.
Alumbrar con obras
“Jesucristo nos ha dado su luz y ahora debemos dejar que esa luz alumbre”. Pero, “no os limitéis a hablar: ¡que brille vuestra luz con vuestras obras!”. Esto incluye:
- “Con nuestro agradecimiento a Dios mostramos y señalamos: Dios es nuestro Padre, cuida de nosotros. Lo que tenemos viene de Él”.
- “Aunque a veces no entendamos lo que pasa en nuestra vida, ¡nos quedamos con Dios y confiamos en Él! A través de nuestra fidelidad y confianza podemos mostrar el amor de Dios”.
- “No tenemos miedo al futuro, sabemos que lo mejor está por venir. Nuestra prioridad es siempre el retorno de Jesucristo”.
- “También queremos mostrar el camino de la salvación: Para estar con el Señor, hay que seguirlo hoy. Seguir a Jesucristo es muy sencillo: significa amar como Él amó”.
- “Para salvarnos, seguimos a los Apóstoles, venimos al Servicio Divino y celebramos la Santa Cena”.
Irradiación hacia el más allá
“Ahora no solo ayudemos a los seres humanos de esta tierra”, dejó claro el Apóstol Mayor. “También es muy importante para nosotros que aquellos que están en el más allá, los muertos, puedan ser redimidos”. Porque “creemos firmemente que Dios es el mismo para los vivos y para los muertos, y creemos que la salvación que ofrece es la misma en este mundo y en el más allá”.
“Y como creemos esto, oramos por los difuntos”, dijo el dirigente de la Iglesia. “Para que nuestras oraciones sean creíbles y eficaces, tenemos que hacer algo más: Debemos tratar a los vivos como tratamos a los muertos. No se puede orar por los pecadores en el más allá, pero juzgar y condenar a los pecadores en esta tierra”.
Conclusión del Apóstol Mayor Schneider: “Jesús es la luz del mundo. Hacemos brillar su luz modelando nuestra vida conforme al ejemplo de Jesús. Creemos que Dios ama a los difuntos y oramos su salvación”.