El viejo año litúrgico ha terminado, el nuevo ya comenzó. El tiempo de Adviento es más que cantar hermosos himnos, más que árbol de Navidad y aromas agradables. ¡Que el tiempo de espera sea un tiempo activo!
Los Servicios Divinos del tiempo de Adviento siempre tienen una impronta especial. Hay muchos himnos conocidos, se arma y se adorna el árbol de Navidad, para los niños y también para muchos adultos es un tiempo de expectativas. En los Servicios Divinos nuevoapostólicos, las prédicas de este Adviento están bajo el tema «La luz del mundo», que como se sabe es uno de los destacados «Yo soy» del Hijo de Dios.
No mires hacia atrás, mira hacia adelante
«¿Cómo está todo por acá?». Uno bien se puede imaginar cómo habrán observado consternados y deprimidos su tan querida ciudad de Jerusalén aquellos que regresaban del cautiverio en Babilonia. En el Servicio Divino del 1º de diciembre de 2019 esto se tematiza: Jerusalén está devastada, atraviesa una de las fases más oscuras para los moradores de la antigua Israel. La ciudad de Dios en ruinas, el templo destruido, las personas desalentadas, sin esperanza ni orientación. Los liberados salen del cautiverio para llegar a un mundo de caos.
¡Pero Dios no sería Dios si no alentara una y otra vez a su pueblo! Por la palabra del profeta promete una nueva gloria: «Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento» (Isaías 60:2-3). Por eso, tened valor, cristianos de hoy, el resplandor del nuevo tiempo es el sacrificio de Cristo. Trae al mundo la luz de la gracia y del perdón de los pecados.
Mejor luz que tinieblas
La luz del mundo también resplandece el segundo domingo de Adviento. Esta vez el foco se dirige a la voluntad de Dios y la verdad: «Los hombres amaron más las tinieblas que la luz», dice en Juan 3:19. Cuál era el motivo de esto, lo aporta el texto que sigue: porque sus obras eran malas. ¡Pero así no debe quedar! Jesucristo, como la luz, ilumina el camino por el que debe andar el cristiano. Seguir al Señor posibilita al pecador andar por el camino a la salvación y al reino de Dios.
Espera activa
El Adviento también es un tiempo de recordación y espera. La prédica del tercer Adviento tiene como contenido el obrar de Simeón y Ana. Simeón era un hombre devoto que esperaba cada día el nacimiento del Mesías prometido. Ana era una profetiza que nunca salía del templo y servía a Dios cada día. Ser devoto, quedarse en el templo. Dos peculiaridades que también les quedan bien a los cristianos de hoy. Nuestro Adviento debe ser «activo», no solo «de sentarse y esperar».
Alabar, agradecer, hacer el bien
El cuarto domingo de Adviento de tener en la mira la alabanza y el agradecimiento, pero también el bien del prójimo. Existen tantos motivos para agradecer a Dios. Uno de los motivos principales es que Dios envió a su Hijo a este mundo para salvar a la humanidad. Sin embargo, la alabanza a Dios no consiste solo en hermosos himnos y en decirle gracias. También queremos que se vea el agradecimiento en nuestras obras y dedicándonos al prójimo con amor. Ser cristianos en palabras y obras, ¡así se procede en Adviento!
Dios ama a los seres humanos
La bondad de Dios, su amor al hombre y su misericordia han aparecido en Jesucristo. Este es el mensaje de la fiesta de Navidad 2019. Redimidos por el sacrificio de Cristo y llenos de la verdad que Cristo nos enseña, podemos agradecer a Dios sirviéndolo con amor. Sin temor anunciamos la clara luz del Evangelio en palabras y obras. Respondamos a la bondad de Dios, a su amor por la humanidad y a su misericordia siguiendo a Jesucristo y anunciando sus virtudes con palabras y obras (1 Pedro 2:9). Dice al respecto el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider: «Si nos tomamos en serio el mensaje de Navidad, intentaremos resistirnos a todo lo que se opone al amor de Dios para con el hombre!».
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