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Servir a Dios y al prójimo: ¿cómo? ¿cuándo? ¿dónde?

noviembre 21, 2019

Autor: Andreas Rother

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¿Seguir a Jesús? Esto es más que tener fe, orar y asistir al Servicio Divino. Significa ante todo: servir a Dios y al prójimo. ¿Cómo, cuándo y dónde? Lo ilumina una prédica del Apóstol Mayor.

“Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará”. Así dice el texto bíblico de Juan 12:26 que sirvió de base para el Servicio Divino del 19 de septiembre de 2019 en Suva, Fiyi.

Para entrar en la gloria eterna, es necesario creer en Jesús y seguirlo, explicó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider: “Esto es lo que prometimos cuando fuimos bautizados, cuando fuimos sellados, cuando fuimos confirmados”.

No obstante, “el seguimiento significa más que solo quedar fieles, creer en Dios, asistir a los Servicios Divinos, traer sus ofrendas, orar cada día”. Seguir a Jesús significa seguir su ejemplo.

Muy importante aquí es que “Jesús se definió a sí mismo como servidor”. Había venido a la tierra para hacer la voluntad del Padre. Había venido para servir a los hombres. “Seguir a Cristo significa ser servidor, un servidor de Dios y un servidor para los hombres”.

Ser servidor significa:

  • Jesús dice qué, cuándo y dónde hay que hacer algo: “Esta es la definición básica de un servidor: Eso debe hacer”.
  • Sus servidores tienen que rendir cuentas ante Él: “Esto no es una amenaza, es solo la realidad. Pues cuando Él venga nuevamente y vea que no estoy en condiciones de servir, no me necesitará en el reino de paz”.
  • La preocupación por lo material no debe evitar que sirvamos a Cristo: “No puedes servir a dos señores. Puedes vivir la vida cotidiana normalmente, pero no olvides que tu prioridad debería ser el servir”.

“¿Y qué comprende este servicio?”. La respuesta del Apóstol Mayor:

  • Anunciar el Evangelio en palabras y obras: “Solo menciono un ejemplo: A veces las personas tienen ideas alocadas sobre su prójimo, sobre una cierta parte de la población, sobre cómo deberíamos vivir, la forma en la que nos deberíamos comportar. Y entonces nuestra tarea es decir: Nosotros no estamos de acuerdo. Esta no es la voluntad de Dios”.
  • Apoyar el encargo de los Apóstoles: “En lugar de esperar una eternidad para hacer el bien, hagámoslo ahora. Porque tenemos apuro: Jesús viene”
  • Ni acusar ni castigar: “Jesús nunca acusó a los pecadores y no los quería castigar. Si no lo hace el Señor, el servidor tampoco debería hacerlo”.

¿Y dónde debería tener lugar este servicio?

  • “En primer lugar: en la comunidad”. Pues el Señor pidió a su pueblo que se sirviesen unos a otros.
  • “Somos parte de la sociedad y cumplimos nuestras obligaciones en la sociedad”. La tarea es mostrar que siempre es posible vivir el Evangelio.
  • “Vamos a los débiles, a los enfermos, a los forasteros, a los rechazados, a los pobres”. Pues a ellos también fue Jesús. Y donde Él está, también debe estar su servidor.

Todavía queda el cuándo:

  • En momentos felices: “Disfrutad de vuestra vida. Jesús también lo hizo. Pero cuando en medio de la fiesta llegó el tiempo de servir al Señor, lo hizo”.
  • En días de pruebas: “Jesús sirvió al Señor también cuando todo iba mal y estaba solo”.
  • Hasta que el Señor venga otra vez: “Solo Jesús debe establecer cuándo terminamos de servir”.

La conclusión del Apóstol Mayor Schneider: “Cuando Jesús venga nuevamente, dirá: ‘Okay, has hecho suficiente. Ven, entra en el gozo de tu Señor’. Este es mi deseo para todos nosotros”.

noviembre 21, 2019

Autor: Andreas Rother

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