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Servir a los que sirven

febrero 9, 2022

Autor: Katrin Löwen

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Legítimo como un atleta, enfocado como un soldado e incansable como un labrador: el reciente Servicio Divino de los portadores de ministerio que ofició el Apóstol Mayor trató de cualidades ejemplares, así como de tareas y fuentes de fuerza.

Desde Bad Bergzabern (Alemania), el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider celebró el 22 de enero de 2022 un Servicio Divino para los portadores de ministerio de Palanca (Angola). Debido a la pandemia, no pudo viajar a Angola y tuvo que recurrir a una transmisión por vídeo.

La base fue la palabra bíblica de 2 Timoteo 2:2: “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros”. El Apóstol Mayor esbozó el tema así: “Hoy tenemos el encargo como Apóstoles y como colaboradores de los Apóstoles de predicar el Evangelio, así como lo hemos recibido a través del testimonio de los primeros Apóstoles”.

La misión

El Apóstol Mayor explicó la misión que Jesús encomendó a sus Apóstoles y, por lo tanto, también a sus colaboradores.

  • “Hoy tenemos el encargo de predicar el Evangelio, así como lo hemos recibido a través del testimonio de los primeros Apóstoles”. El mensaje es que “Jesús vino para dar a los seres humanos la oportunidad de entrar en su reino”.
  • “Este es el segundo aspecto de nuestra misión: motivar a los hermanos y hermanas para que difundan el Evangelio: a sus hijos, a sus semejantes, y enseñarles a ser testigos creíbles de Jesucristo”.
  • “Debemos preparar a la novia de Cristo, a las almas que como el sacerdocio real luego llevarán el Evangelio a todos los seres humanos en el reino de paz”.

La fuerza

Está claro que para llevar a cabo un encargo se necesita fuerza. ¿De dónde viene la fuerza para este encargo? “Por la gracia en Cristo Jesús”, explicó el Apóstol Mayor. ¿Qué gracia brinda Jesús a los cristianos?

  • “Jesús nos eligió, murió por nosotros”. Venció el mal e hizo que los cristianos fuesen coherederos. “Esto es un regalo de gracia que Dios nos da. De esa gracia tomamos la fuerza para servir al Señor. Por agradecimiento”.
  • “Es una gracia que Dios nos hable, que podamos recibir el cuerpo y la sangre de Jesús”. Y “aunque tengas que predicar esto tú mismo, querido hermano, ¡toma fuerzas de la prédica!”.
  • La salvación no se puede ganar, sino que Dios la da por gracia. “Dios hace cosas perfectas con personas imperfectas”.

La manera

El Apóstol Mayor les dio a los portadores de ministerio algunos ejemplos concretos de la epístola a Timoteo para mostrar cómo se debe trabajar como siervo de Dios.

El cuarto versículo habla de un soldado que milita y no se enreda en los negocios de la vida cotidiana. Esto no significa que uno no deba llevar una vida terrenal exitosa. Por el contrario, “debemos llevar una vida totalmente normal en la familia, en el matrimonio, en la sociedad”. Pero “tenemos que ser conscientes una y otra vez de lo importante que es nuestro servicio”. Es una cuestión de vida eterna o de separación eterna de Dios. “Por lo tanto, no debemos distraernos con las cosas terrenales”.

El siguiente versículo trata de un atleta. Solo puede ganar si sigue las reglas. El Apóstol Mayor y señaló tres reglas para los portadores de ministerio. Primero: “Servirás, no gobernarás”. Advirtió que no hay que prestar más atención a la propia persona, al poder o al honor que a los hermanos en la fe. En segundo lugar: Nadie debe esperar de Dios más de lo que Dios ha dado. “Confía en el Señor, haz tu servicio con lo que Él te ha dado”. Y tercero: “Lo más importante para el Señor es la unidad”. El Apóstol Mayor exhortó que un pensamiento, por muy bueno que fuera, podía destruir la unidad si no procedía del Espíritu Santo.

El sexto versículo habla de un labrador que cultiva un campo y es el primero en participar de los frutos. “Servir al Señor requiere esfuerzo. Y hace falta perseverancia”, dijo el Apóstol Mayor. Servir al Señor no es una cuestión de grandes logros individuales. “No, hay que trabajar constantemente”. Y “un siervo de Dios también debe adaptarse”. Al igual que no se puede arar y cosechar con el mismo equipo, no se puede tratar a todos los hermanos y hermanas en la fe de la misma manera. Y el agregado de que el agricultor es el primero en participar de los frutos, significa que la palabra y el Sacramento provocan primero un cambio en el que predica.

“Si servimos con todo el corazón, seremos los primeros en beneficiarnos de la eficacia de la palabra y los Sacramentos”, subrayó el Apóstol Mayor. “Sigamos sirviendo así, y experimentaremos la bendición de Dios”.

febrero 9, 2022

Autor: Katrin Löwen

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